Icíar Aragón lanza su nueva marca de skincare en Madrid mientras rinde homenaje a su abuelo Miliki

El 4 de noviembre de 2025, Icíar Aragón Bermúdez no solo celebró el cumpleaños de su abuelo, el mítico payaso Miliki, sino que también dio el salto definitivo al mundo del lujo español: lanzó su primera línea de skincare en Madrid, bajo un nombre aún no revelado, en alianza con dos socias anónimas. La fecha no fue casual. "Hoy es un día especial. Feliz, feliz en tu día, abuelo. Sé que hoy me vas a dar toda la suerte del mundo desde ahí arriba", escribió en Instagram, acompañando una foto en París con un paquete de productos en mano. Ese mismo día, en la capital española, su nueva empresa abrió sus puertas virtuales —y pronto, físicas— con una promesa: cosmética ética, con ingredientes locales y sin compromisos. La reacción en redes fue inmediata: más de 87.000 likes en menos de cuatro horas. Y no es para menos. Ichi, como la llaman todos, ya no es solo la hija de Emilio Aragón ni la nieta de Miliki. Es una emprendedora con trayectoria, con pies en la calle y cabeza en el futuro.

De ESIC a las panaderías gourmet: el camino de una empresaria auténtica

Icíar estudió publicidad en la ESIC, una escuela que formó a muchos de los comunicadores que hoy dominan el mercado español. Pero en lugar de buscar un puesto en una agencia tradicional, decidió construir su propio mundo. Tras trabajar como directora de fotografía en Nueva York, fundó en 2011 Crepes & Texas, su primera agencia de comunicación 360°. Fue allí donde aprendió lo que realmente importa: cómo vender una historia, no solo un producto. Esa lección la aplicó con maestría cuando, en 2018, lanzó Madreamiga, una cadena de panaderías gourmet con ocho locales en Madrid. No era solo pan. Era pan con alma, con nombre, con identidad. Y lo vendía como tal: con fotos de sus hijos tomando bollería, con posts que hablaban de la conciliación, del cansancio, de los madrugones. Su público, sobre todo mujeres entre 28 y 45 años, se identificó. En 2021, tras su salida de Name the Brand —el proyecto con María Pombo que cerró tras un malentendido legal—, Ichi decidió quedarse solo con Madreamiga. Y funcionó. Hoy, la marca factura más de 3,2 millones de euros al año y tiene una comunidad de 412.000 seguidores en Instagram.

Una familia de leyenda, pero con sus propios pasos

La historia de los Aragón es casi una saga cinematográfica. Su abuelo, Miliki, fue el payaso que hizo reír a una generación entera junto a Fofito. Su padre, Emilio Aragón Álvarez, construyó Grosso Napoletano, la cadena de pizzerías que hoy es sinónimo de calidad en España. Pero Ichi no quiso copiar. No quería ser la heredera de una marca, sino la fundadora de una. Su hermana, Macarena, vive lejos del foco; su hermano Nacho, padre del pequeño Pelayo nacido en octubre de 2025, se mantiene en la sombra mediática. Ichi, en cambio, ha convertido su vida personal en parte de su marca. "He sido tía y estoy enamorada. Me contengo para no ir a verles todo el día", dijo a Hola tras el nacimiento de su sobrino. Y no es solo emoción: es estrategia. Sus hijos —Martín, Teo, Aruca y Cuba, este último bautizado en homenaje a los orígenes cubanos de Miliki— aparecen en sus redes, no como decorado, sino como parte del mensaje: la maternidad no es un obstáculo, es el motor.

La DANA, la cosmética y el compromiso social

En julio de 2025, cuando la DANA devastó partes de la Comunidad Valenciana, Ichi no se quedó en su oficina. Con su equipo de Madreamiga, puso sus hornos al servicio de los damnificados: repartió más de 12.000 raciones de pan y bollería durante tres semanas. "No es un gesto de marketing. Es lo que haría cualquier madre que tiene un horno y un corazón", dijo en una entrevista con El Mundo. Ese mismo espíritu de compromiso lo llevó a su nueva empresa de skincare. Los productos, todos veganos y con envases reciclables, incluyen ingredientes como el aceite de oliva virgen extra de la Sierra de Cádiz y extractos de lavanda de la Comarca de la Serranía. "No queremos vender sueños. Queremos vender cuidado real", explicó en una reunión con proveedores en noviembre. La inversión inicial supera los 2,3 millones de euros, financiados en parte por su propia fortuna y en parte por un fondo de capital privado que no ha querido revelar su nombre.

¿Qué sigue? La cuarta generación en marcha

La saga Aragón ya tiene cuatro generaciones activas: Miliki, Emilio, Ichi y ahora, el pequeño Pelayo y Cuba, sus hijos. Pero lo que distingue a Ichi no es su linaje, sino su capacidad para reinventarse. Tras el fracaso de Name the Brand, pudo haberse retirado. En cambio, se reinventó. Tras el éxito de Madreamiga, pudo haberse quedado ahí. En cambio, se lanzó al mundo de la cosmética. Ahora, con 40 años, no solo es una empresaria exitosa: es un modelo de cómo combinar familia, identidad y emprendimiento sin sacrificar ninguna de las tres. "No soy la heredera de Miliki. Soy la hija que decidió hacer algo distinto, y que lo hizo bien", dijo en su entrevista con Vanitatis en marzo. Y eso, en un mundo donde muchos heredan títulos, es lo más valiente que puede hacer alguien.