El pasado miércoles 30 de marzo, el Primer Ministro libio reconocido por la ONU, Fayez Sarraj, llegó por mar a la base naval de Trípoli acompañado por algunos de sus diputados. Su llegada al país, desafiando las amenazas de la oposición, se ha logrado finalmente después de varios intentos para volar desde Túnez, donde se encuentra el Consejo Presidencial.
El Consejo Presidencial, que cuenta con nueve miembros y con Sarraj como Primer Ministro, fue formado el 17 de diciembre de 2015 tras la firma de un acuerdo impulsado por la ONU, que puso fin a la confrontación política y militar. Contando con la firma de numerosas fuerzas rivales que acordaron poner en marcha los primeros pasos hacia un gobierno de unidad, el acuerdo, sin embargo, no fue respaldado por algunas milicias y fuerzas políticas. Después de la llegada de los representantes, las milicias rivales y algunos políticos demostraron su oposición a la instalación de un nuevo gobierno en el país, lo que llevó a las sanciones impuestas por la Unión Europea el 1 de abril. Estas han sido dirigidas a Agilah Saleh, diputado de la Cámara de Representantes en Tobruk; a Khalifa Ghweil, jefe del llamado Gobierno de Salvación Nacional (GSN), apoyado por la alianza Atardecer Libio; y a Nouri Abusahmen, quien lidera el Congreso General Nacional, el anterior parlamento, y apoya al GSN.
En los días siguientes a la llegada, ha habido varias protestas a favor del nuevo gobierno de unidad en Trípoli y la zona occidental, lo que no se ha expandido al este del país, donde el gobierno de Sarraj aún no ha sido sometido a votación. Desde 2014 Libia cuenta con dos gobiernos, uno en Trípoli y otro en Tobruk. A día de hoy, existen tres gobiernos, ninguno de los cuales opera dentro del país, por lo que es de importancia extrema que el gobierno de unidad se implante lo antes posible. El elemento clave radica en la plausibilidad del funcionamiento del gobierno de Sarraj: en primer lugar, puesto que cuenta con la oposición de las tres organizaciones políticas principales; en segundo lugar, dada la falta de control total sobre el Banco Central, la compañía estatal de petróleo y otras instituciones estatales; en tercer lugar, por la presencia de grupos armados en todo el país, incluyendo ISIS, lo que será un foco abierto a una nueva ronda de violencia.
Sin embargo, después de un año de negociaciones para consolidar un gobierno de unidad, Libia está dando los pasos adecuados para la implantación de la paz y el camino hacia la reconstrucción estatal. El hecho de que el país ha contado siempre con milicias unido a la expansión del yihadismo y el establecimiento de células terroristas que controlan suministros de petróleo y enclaves territoriales, evidentemente dificultará la situación. No obstante, la llegada de Sarraj también muestra que hay un camino abierto hacia la estabilidad, una posibilidad inexistente hace solo unos meses.
The nine-member Presidency Council─ with Sarraj as Prime Minister─ was formed on December 17 2015 with the signing of an agreement under UN guidelines, which ended the political and military confrontation. Despite rival positions signed up to the agreement in order to carry out the first steps to a unity government, numerous militia brigades have not backed it. After the arrival of the representatives, rival militias and politicians showed their opposition to the installation of the new government, what was contested with sanctions from the European Union on the 1st of April. These ones are directed to Agilah Saleh, head of the House of Representatives in Tobruk; Khalifa Ghweil, head of the so-called National Salvation Government (NSG) which is supported by the Libya Dawn Alliance in Tripoli; and Nouri Abusahmen, who leads the General National Congress, the previous parliament, and supports the NSG.
In the following days, there have been public protests in favour of the new government in Tripoli and western Libya, but this has not been expanded to eastern Libya, where the proposed government has not been approved yet. Since 2014 Libya has had two administrations, one in Tripoli and the other one in Tobruk. Nowadays, there are three governments and all of them are operating out of Libya, for what it is paramount for the UN-backed government to come to Libya as soon as possible. The key element is the plausibility for Sarraj’s government to work: firstly, there is the opposition of the three main political organisations previously mentioned, which manifest direct disagreement to Sarraj’s regime; secondly, there is the problem of the control of the Central Bank, the oil company and other state institutions which will be a focus of disputes; thirdly, there is the armed groups present in the whole country, including ISIS, which could promote a new round of fighting.
Nevertheless, after one year of negotiations to consolidate a unity government, Libya is carrying out the correct steps for the implementation of peace and state-building. The fact that the country has counted with militias traditionally along with the expansion of yihadism and the implementation of terrorist cells that control petrol supplies as well as important territories, will complex even more the situation is evident. But the arrival of Sarraj also means that there is a path to stability that was not even possible a couple of months ago.
1 thought on “EL NUEVO GOBIERNO LIBIO RESPALDADO POR LA ONU LLEGA AL PAÍS/Libya’s UN-backed government arrives to the country”