En Septiembre de 2015 la Unión Europea acordó que 160.000 refugiados debían ser repartidos entre los estados miembros de la Unión. En ese momento, dicha cifra era solo una parte inicial a repartir de entre el total de refugiados con los que Europa tenía que tratar. Todo ello bajo la presión de alrededor de un millón de inmigrantes que llegaron a Europa en 2015, teniendo que distinguir entre aquellos que buscan asilo y que tienen derecho a quedarse y aquellos inmigrantes económicos, que pueden ser devueltos a sus países. Después de casi ocho meses, la UE solo ha redistribuido el 1% de esos 160.000 refugiados. Pese a que la mayoría de países ha mostrado desgana en el cumplimiento del reparto, la mayor oposición viene del llamado “Grupo de Visegrado”, que incluye a Polonia, República Checa, Hungría y Eslovaquía, siendo éstos los países por los que pasa la principal ruta que siguen los refugiados hacía Europa: los Balcanes.
La inmigración continuó creciendo y la Unión dió un paso adelante pactando con Turquía la creación de una barrera a la vez que filtro en su frontera, a cambio de compensaciones económicas por valor de seis millones de euros, así como otra serie de ventajas políticas. La frontera con Turquía es la más importante, ya que la mayor parte de los refugiados vienen de Oriente Medio, especialmente de países como Siria, Irak o Afganistán. No obstante, desde África son muchos los refugiados que llegan a Europa a través del Norte de África así como por otras vías.
Dejando de lado la criticada gestión turca de los refugiados, ésta ha supuesto un balón de oxígeno para Europa. Un balón que también ha conllevado la concesión de ciertas medidas que la Unión llevaba tiempo evitando dar, como la eliminación de la necesidad de visados para los turcos que vayan a la UE o la continuación de las negociaciones sobre la entrada de Turquía en la Unión Europea.
Aún con esas, Turquía no es capaz de solventar un problema que tiene multiplicidad de origenes. Por ello, la Comisión Europea ha dado un nuevo paso con un carácter diferente, y en el que las sanciones tienen un papel preponderante para que cada uno de los estados acepte su cuota de refugiados. Consecuentemente, el “Convenio de Dublin” ha sufrido cambios. En primer lugar, el convenio establecía que el país al que el refugiado llegase tenía la obligación de tramitar la solicitud y aceptarlo. Sin embargo, ésto se ha adaptado para que cuando hay más de 50% de las demandas de un estado cubiertas, automáticamente se traslade a los refugiados a otro estado, que los tomará atendiendo a su economía y su cuota. Además, aun a pesar del desacuerdo de muchos países balcánicos, la Unión multará a aquellos países que no acojan refugiados con 250.000 euros por cada refugiado que no acojan. Del mismo modo, se pretende que por parte de los refugiados no se trate de alcanzar un país deseado, como Alemania, sino que se queden en el país asignado, pudiendo ser sancionados de una u otra manera.
Se trata de un conjunto de normas que pretenden dar celeridad y obligación a un sistema de colocación que ha sido aprobado pero que nadie lleva a cabo. No obstante, más allá de la discusión sobre la distribución de los refugiados o sobre como parar los conflictos en los lugares de los que proceden, ésta el que la Unión Europea tiene con el resto de países, mostrando quien es. Especialmente interesado en saber quien es la Unión Europea está Turquía, ese país que se encuentra en medio de dos culturas y que parece estar derivando hacía un mayor sistema político islámico. Durante años, Turquía ha intentado formar parte de la UE y ahora, al mismo tiempo, aparece centrada en el mundo árabe, con aspiraciones de liderarlo. Turquía se encuentra de pie en medio de dos mundos desbordados con problemas sociales y, desde luego, decidir cual es el apropiado dependerá de cómo Europa sepa afrontar está crisis de refugiados.
On September of last year the European Union agreed that 160.000 refugees had to be shared amongst all European nations. At that time, this was only a part of all the refugees that Europe had to overcome, and all under the pressure of around a million of asylum seekers and migrants that had come to Europe since the beginning of 2015, having to distinguish amongst refugees and economic migrants. After almost eight months, the European Union has been able to redistribute just the 1% of all of them. Even though many countries are a bit reluctant to take refugees, major opposition comes from what is called the “Visegrad Group”, which includes: Poland, Czech Republic, Hungary and Slovakia, countries located thought out the Balcanic route, the biggest one migrants have been using so far.
Immigration kept increasing and the European Union had to take a step agreeing with Turkey a way to keep migration outside Europe. By giving money, six thousand millions of euros and some political measures, Turkey has been controlling migration coming from its border, the closest one to Syria, which is the main country were refugees comes from but not the only one. Africa is, alongside Middle East, where migration also comes from, being Syria, Iraq and Afghanistan the three most important countries. Avoiding the criticized Turkish way to deal with refugees, it is giving Europe an oxygen bottle. However, as a payment the European Commission has approved this week a law by which Turkey’s citizens do not need any visa to travel through the EU space. Thus, differences amongst EU and Turkey would diminish as Turkey expects.
Even so, Turkey can´t stop all the arrivals as there are more routes. As a consequence, the European Commission has taken a new step which implies to force all states to accept their refugee quote by using several ways. Consequently, the “Dublin Regulation” has been changed as it says the country where asylum seeker reaches should be the one which has to process its integration inside that country, however, from now on, when a country receives over 50% of demands it may deals with, distribution will be automatically initiated and other countries should take refugees according to its economy and quote. Despite some of the West Europeans countries disagree, the Union approved to fine states by making them pay 250.000 euros per each refugee they are not taking. Moreover, Brussels wants to avoid refugees going along all Europe looking for the best country to live so they would also be fined in case they do not follow European rules.
It is a wide range of new created rules in order to turn an allocation that has been approved by everybody but nobody wants into an effective system. Beyond European discussion to distribute refugees or even how to stop conflicts that create migrations, there is the one EU is having with the rest of countries, showing who it is. Especially interested on this is Turkey, a country which is in between two cultures and which seems to be deriving in a more Muslim-interested political system than it used to be. Then, for years, it has been trying to become part of the European Union and now at the same time, it is also focusing on the Arab world, trying to become a regional leader. Turkey is now standing in the middle of two worlds which are in trouble and, for sure, deciding which one is the appropriate one to become part of is a decision that depends on how Europe deals with refugee crisis.
JOAN CABRERA ROBLES
Parece haber dadO en eL clavo con su articulo. Enhorabuena