Tras la muerte del Mulá Omar, que se confirmó el pasado mes de julio del año 2015, el Movimiento Talibán, fundado por el propio Omar, sufrió escisiones. En efecto, los Talibán se vieron debilitados por las divisiones internas que surgieron a partir del apoyo que cada una de las partes mostraron a diferentes candidatos a suceder al fallecido Mulá. Finalmente, el Mulá Akhtar Mansour se convirtió en el líder de los Taibán.
Sin embargo, el pasado domingo 22 de mayo, los servicios de inteligencia de Afganistán (DNS) confirmaron que el Mulá Akhtar Mansour había muerto tras un ataque estadounidense, realizado con un dron en Dabandin (Baluchistán), cuando este se encontraba en el país paquistaní. No obstante, la inteligencia paquistaní (ISI) no confirma con rotundidad esta muerte, alegando que los restos encontrados en el vehículo atacado están sumamente calcinados, debilitando esto su reconocimiento.
La muerte de Mansour trae consigo numerosas consecuencias, tanto para el Movimiento Talibán como para Estados Unidos. Por una parte, y a tenor de lo dicho por el Ministerio del Interior, para Paquistán, el ataque perpetrado en el territorio paquistaní ha supuesto una violación de su soberanía. Esto supone un nuevo frente con un país del que requiere colaboración en la lucha antiterrorista que Estados Unidos lleva a cabo en la zona contra grupos como Estado Islámico o Al-Qaeda, además del movimiento Talibán.
Respecto a los propios Talibán, y atendiendo a las divisiones que se produjeron tras el fallecimiento del Mulá anterior, este puede ser un duro golpe. La muerte de Mansour podría propiciar nuevas divisiones e, incluso debilitar aún más al movimiento islamista ultraconservador. Además, con el nuevo Mulá, la fuerza y expansión del Movimiento había aumentado, capturando Kunduz en los últimos días, algo que no se había producido desde la llegada a la zona de las tropas americanas en 2001.
No obstante, desde la llegada del Mulá Mansour, los Talibán habían logrado contener al Estado Islámico en Afganistán. Por lo que su muerte, y la posible división interna que esta origine, puede suponer también la caída de este muro de contención, y aumentar la presencia del Estado Islámico en Afganistán, así como su expansión por la región.
After the death of Mullah Omar, that was confirmed last July 2015, the Taliban Movement suffered excisions. It was founded by Omar, and when he died there were many candidates to succeed. Indeed, the Taliban were weakened by internal divisions that emerged from the support that each of the parties showed to different candidates. Finally, Mullah Akhtar Mansour became the leader of the Taliban.
However, on Sunday May 22, the Afghan intelligence service (DNS) confirmed that Mullah Akhtar Mansour had died after a US attack. It was made with a drone in Dalbandin (Baluchistan), when he was in the Pakistani country. However, the Pakistani intelligence (ISI) emphatically does not confirm this death. They allege that the remains found in the attacked vehicle are extremely charred, so this recognition is difficult.
Mansour’s death brings many consequences, for the Taliban Movement and the United States. On the one hand, on the basis of what was said by the Interior Ministry, for Pakistan, the attack in Pakistani territory has been a violation of its sovereignty. This involves a new front with a country that requires cooperation in the fight against terrorism that the United States are carried out in the area against groups such as Islamic State or al-Qaeda, in addition to the Taliban.
Regarding the Taliban, and according to the divisions that occurred after the death of previous Mullah, this can be a major blow. Mansour’s death could bring about new divisions and even further weaken the ultraconservative Islamist movement. In addition, with the new Mullah, the strength and expansion of the Movement had increased. They have captured Kunduz in recent days. This is something that had not occurred since the United States arrived in the area of American troops, in 2001.
However, since the arrival of Mullah Mansur, the Taliban had managed to contain the Islamic State in Afghanistan. So his death, and a possible internal division that it origins, can also mean the fall of this retaining wall. It could increase the presence of the Islamic State in Afghanistan and its expansion in the region.
PATRICIA JURADO DE LA SANTA
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