En esta última semana el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, ha lanzado varia señales tanto a nivel interno como externo de que no cederá su gobierno ante lo que denomina un golpe de estado organizado por los vecinos latinoamericanos en connivencia con la Mesa de Unidad Democrática (MUD), partido de la oposición y que en estos momentos controla la Asamblea Nacional.
Esta situación se ha alcanzado por los temores del presidente a que sea destituido bien mediante un referéndum nacional que están tratando de convocar las fuerzas opositoras o bien mediante una invasión de los países vecinos dirigida por el expresidente colombiano Alvaro Uribe y los Estados Unidos de América. Si a esto le sumamos que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha dado carta blanca a la prórroga indefinida del Estado de Excepción y de Emergencia Económica, nos encontramos con una situación en la que Maduro cuenta con poderes especiales para dirigir la nación y poder esquivar a una Asamblea Nacional hostil a sus intereses.
En relación a la amenaza exterior también el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se ha pronunciado al respecto, anunciando que elaboraran un informe donde se trate la crisis del país que afecta en todos los ámbitos, desde la corrupción institucional hasta la falta de alimentos pasando por la mayor crisis económica de su historia.
A nivel interno la MUD, liderada por Jesús Torrealba, ha iniciado un proceso para convocar un referéndum en el cual se preguntará a la gente si el actual presidente debe abandonar su cargo, y en caso afirmativo que este dimita y convocar elecciones anticipadas. Sin embargo se han encontrado con la oposición de Maduro y de todo el oficialismo, que está tratando de impedirlo por todos los medios posibles. Entre estas medidas han puesto la condición de revisar todas y cada una de las firmas necesarias para poder comprobar su validez, pudiendo así obtener la información de quienes han firmado la petición. Esta medida sin embargo no está contemplada en las leyes, por lo que es un acto de control por parte del gobierno sobre la población que quiere su dimisión.
Todo esto lo que provoca es una situación de crisis que está consiguiendo llevar al límite a un estado que vive con una inflación del 180% actualmente y que el FMI prevé que pueda subir hasta un 700% este año, un país donde no hay prácticamente alimentos para la población y donde la corrupción al más alto nivel está dejando las arcas estatales completamente vacías. La mejor solución sería que hubiera una cooperación entre el gobierno y la asamblea, pero esto no parece que vaya a darse, o bien el referéndum sale adelante y se decide sobre la presidencia o la crisis acabara derivando en una posible revolución con consecuencias impredecibles.
Last week, the President of the Bolivarian Republic of Venezuela, Nicolas Maduro, launched various signals, both internally and externally: his Government will not yield to what he calls a coup d’etat organized by Latin American neighbours in collusion with the table of Democratic Unity (MUD), the opposition party that currently controls the National Assembly.
This situation has been reached by the fears of the President to be removed through a national referendum which are trying to summon the opposition forces or through an invasion of neighbouring countries led by former Colombian President, Alvaro Uribe, and the United States of America. If to this we add that the Supreme Court of Justice of Venezuela has given A carte blanche to the indefinite extension of the state of economic emergency, we have a situation in which Maduro has special powers to lead the nation and to be able to dodge a hostile National Assembly to their interests.
In relation to the external threat, the Secretary General of the Organization of American States (OAS), Luis Almagro, also has stated in this regard, announcing that they will develop a report which concerned the crisis of the country affecting at all levels, from the institutional corruption to the lack of food passing through the greatest economic crisis of its history.
Internally the MUD, led by Jesus Torrealba, has initiated a process to call a referendum in which they will ask the people if the current President should leave his post, and if so resign and call early elections. However, they have encountered opposition from the ruling party, which is trying to prevent it by all possible means. These measures have been the condition of reviewing each and every one of the signatures required to be able to check its validity, and can thus obtain information of those who have signed the petition. This measure however is not contemplated in the laws, it is an act of control by the Government on the people who want his resignation.
All this causes a situation of crisis that is getting to be the boundary to a State that now lives with 180% inflation and that the IMF expects that it can go up to 700% this year, a country where there is no practically food for the population and where the corruption at the highest level is leaving the State coffers completely empty. The best solution would be to have a cooperation between the Government and the Assembly, but this does not seem that it will occur, either the referendum goes ahead and decides on the Presidency or the crisis ended resulting in a possible revolution with unpredictable consequences.
Jorge García Alonso de Celada
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