EL HORIZONTE DE VIOLENCIA EN EUROPA/ The horizon of violence in Europe

warsaw_0_0 La respuesta extremista en Europa no es un fenómeno nuevo… de hecho, como señala Salvador Llaundes, investigador del Real Instituto Elcano, podemos encontrar similitudes político-sociales con lo que ocurrió entre la Gran Guerra y la Segunda Guerra Mundial, cuando se sufrió una profunda crisis económica y un enorme descontento social que despertaron sentimientos ultranacionalistas y radicales alimentados por discursos populistas. El actual auge extremista se debe, al igual que en el siglo XX, a una coja evolución de la crisis económica mundial a la que se le ha añadido a una situación de desconcierto ante la repentina presión de la inmigración irregular producida por los conflictos y la desestabilización en Oriente Medio y África. Europa, acostumbrada al cobijo de la estabilidad y el bienestar creados tras la Guerra Fría, golpeada por un futuro desconcertante con una larga crisis económica, se encuentra ahora en una situación de inseguridad y temor, amenazada y herida en su propio territorio con el auge del terrorismo yihadista del Daesh y la violencia como respuesta a todas esas preguntas que la sociedad no ha sabido sopesar.

No obstante, esta realidad no ha afectado a toda Europa, de hecho, es más reconocible en la franja norte europea y no tanto en los países mediterráneos (a excepción de Grecia y Chipre). La respuesta más extremista de la población alemana, noruega o húngara se ha visto alimentada por la enorme presión y el temor a los desajustes sociales ante la llegada masiva de inmigración procedente, mayoritariamente, de Oriente Medio debido al conflicto en Siria, Iraq y Afganistán. Pero también se ha visto justificada debido a un alarmante aumento de ataques yihadistas en suelo europeo, a destacar este último mes.

Cuando arrancó a mediados de junio el tiempo sagrado para los musulmanes, el Ramadán, se dispararon, como era de esperar, las actuaciones violentas; fue un periodo donde los países que más fueron heridos por los ataques terroristas fueron de mayoría musulmana (Turquía, Arabia Saudí, Yemen, el sudeste asiático, Siria e Iraq). Pero las fechas que han precedido a esas semanas, los objetivos han sido diferentes, más intensos y con un enfoque en Europa: Irak continúa siendo el país favorito del terror (el 3 de julio se saldó la vida de 309 personas), pero Francia y Alemania se han convertido en el centro de la inspiración terrorista: el 14 de julio hubo 85 muertos en Niza provocado por un hombre que había sido rápidamente radicalizado y de vinculaciones yihadistas confusas, los siguientes ataques fueron en Alemania (5 heridos en Baviera por heridas de hacha, 10 muertos en Múnich por un tiroteo de un joven radical también de confusas inspiraciones y otro asesinato en Baviera por arma blanca; no pasaron ni dos días cuando sucede el primer atentado suicida en territorio europeo, en Ansbach, Baviera, y al día siguiente, en el norte de Francia, Normandía, se profana un centro de culto católico con el degollamiento de un cura en medio de la ceremonia).

Imagen2Se ha abierto el debate, o más bien el desconcierto, ante esta continuidad de ataques en suelo europeo (que hace tiempo que no vivía semejante inseguridad y amenaza por el terror); al análisis no se le ha sabido dar una explicación consensuada sobretodo por los siguientes motivos: los perfiles tan diversos de los criminales, el modus operandi desconocido hasta ahora entre los grupos yihadistas globales (Al Qaeda y Daesh siempre han preferido herir al enemigo con atentados suicidas o explosiones que dañen igualmente a infraestructuras clave y ofrezcan un mayor impacto mediático) y el miedo a una estigmatización y división en el continente al señalizar a una religión o grupo social como culpable. Enseguida tras los ataques, antes de anunciamientos o reivindicaciones, las redes sociales ardían atribuyéndoles la autoría -y la victoria- al autodenominado Estado Islámico mientras éste se congratulaba de la situación caótica y del miedo desplegado en el continente europeo animando -ahora sí-, dada la popularidad mediática y el éxito de las operaciones, a atacar de cualquier forma disponible a los enemigos del Califato; los grupos terroristas ya no necesitan producir información, la propaganda del terror la despliegan los medios de comunicación, la descontrolada opinión pública -maestros del “periodismo” en las redes- y la inseguridad y falta de claridad de los gobiernos europeos.

¿Son “lobos solitarios”, ataques inspirados o ataques dirigidos por células yihadistas en suelo europeo? Lobo solitario fue el de Anders Breivik en Noruega, que se radicalizó, se organizó y operó completamente en solitario para llevar a cabo la matanza de más de 70 personas. Lo que no se puede es atribuir un nombre tan épico a unos criminales a los que todavía no se les ha podido investigar ni discernir si operaban en solitario, inspirados o dirigidos por alguien. Una persona no se auto-radicaliza en unas semanas para llevar a cabo en solitario un ataque como el de Niza, ni se puede decir que el joven germano-iraní con un sentimiento de venganza ante la violencia psicológica sufrida por sus “abusones” que declaró su atracción por los ideales extremistas y que después se quitara la vida pudiera estar afiliado al Daesh. El desorden social que se está viviendo en Europa desde hace años -por las situaciones anteriormente comentadas-, las continuadas derrotas sufridas por el autodenominado Estado Islámico en las tierras de su Califato y la violencia expandida por el terrorismo yihadista si pueden ser el causante común de todos estos ataques.

Lo que sí está claro, según los datos ofrecidos por el Real Instituto Elcano, los países de los que han partido un mayor número de combatientes a territorios de Siria, Libia o Irak son Francia (+900), Alemania (720-760), Reino Unido (700-760), Bélgica (420-526), Austria (230-300) y Países Bajos (220); mientras que los países con los que cuentan con un mayor número de retornados de esas zonas de combate son: Dinamarca (50%), Reino Unido (48%), Alemania (33%), Suiza (29%), Francia (27%) y Austria (26%). Esto significa que la amenaza de esa “operación retorno” ante las graves pérdidas de territorio del Daesh y las células yihadistas que puedan crearse y ya existan en países europeos se hará más latente en esos lugares donde se ha registrado un mayor número de combatientes y radicalizados.

Imagen4Ahora bien, advertir cuál de todas estas situaciones en Europa -el yihadismo, la inmigración masiva e irregular, la crisis económica o los extremismos radicales en aumento- será más problemática a la larga es difícil de establecer; lo que está claro es que se alimentan entre ellas. La ineficacia y el enorme sentimiento de inseguridad ante los movimientos de refugiados y el aumento de violencia provocado por la inspiración del terrorismo yihadista acrecienta el sentimiento ultranacionalista y xenófobo y, por tanto, incrementa la popularidad de discursos más radicales. El cómo se gestione la amenaza terrorista a nivel nacional e internacional -mediante un aumento en formación, defensa, cooperación y coordinación en Inteligencia- o los conflictos regionales que desestabilizan a los países vecinos y, por ende, a las regiones más próximas, va a influir en el futuro orden político-social de Europa con la llegada de nuevos líderes políticos con discursos diferentes.

Llevar a cabo mayores medidas de seguridad y de defensa, coordinadas y en cooperación con países aliados, va a ser un objetivo fundamental -o debería ser- en Europa. Para esto, es importante concienciar a la población sobre el problema y la naturaleza de esta nueva amenaza, controlar con narrativas adecuadas el auge de extremismos y radicalismos de cualquier tipo y fomentar y potenciar los principios y valores que caracterizan a la sociedad europea para no regalar la victoria que tanto están deseando vislumbran a los propagadores de semejante violencia y terror.

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The extreme response in Europe that we are living nowadays is not a new phenomenon … in fact, as Salvador Llaundes notes, researcher at the Elcano Royal Institute, we can find political and social similarities with what happened between the Great War and the Second World War, when Europe suffered a deep, huge economic crisis and a social unrest that aroused radical ultranationalists feelings fueled by populist speeches. The current extremist boom is caused by, as in the twentieth century, a lame evolution of the global economic crisis that has been added to a state of bewilderment at the sudden pressure of illegal immigration caused by the conflicts and the destabilization in the Middle East and Africa. Europe, accustomed to the shelter of the stability and the well-being created after the Cold War, which has been hit by a bewildering future with a long economic crisis, is now in a situation of insecurity and fear, threatened and wounded in their own territory with the rise of Daesh jihadist terrorism and violence as a response to all those questions that the society has failed to answer.

However, this has not really affected the whole of Europe, in fact, is more recognizable in Europe’s northern fringe rather than in Mediterranean countries (except Greece and Cyprus). The most extreme response of the German, Hungarian or Norwegian population has been fueled by the enormous pressure and fear of social maladjustment by the massive influx of immigrants from, mainly, Middle East because of the conflict in Syria, Iraq and Afghanistan. But it has also been justified due to an alarming increase of jihadist attacks on European soil, to highlight this last month.

When in mid-June started the sacred month of Ramadan, were soared, as expected, violent actions; it was a period of time where the countries more wounded by terrorist attacks were those with Muslim majority population (Turkey, Saudi Arabia, Yemen, Southeast Asia, Syria and Iraq). But the dates that preceded those weeks, the objectives have been different, more intense and with a focus on Europe: Iraq remains as the favorite country hit by terror (on July 3, the life of 309 people ended), but France and Germany have become the focus of terrorist inspiration: on July 14, there were 85 deaths in Nice led by a man who had been quickly radicalized who showed confused jihadist links; the following attacks were in Germany (five wounded in Bavaria by an ax, 10 killed in Munich by a shooting of a radical young also with confused inspirations and another murder in Bavaria by stab); however, did not pass two days when happened the first suicide attack on European territory in Ansbach, Bavaria, and the next day in the northern of France, Normandy, a center of Catholic worship is desecrated with the beheading of a priest in the middle of the ceremony.

It has been opened the debate, or rather the confusion, due to this continuity of attacks on the European soil (which has not lived such insecurity and terror threat for years); the analysis has not been able to give a consensual explanation for the following reasons: criminal profiles very different, the unknown modus operandi and its links to the global jihadist groups (Al Qaeda and Daesh have always preferred to strike the enemy with suicide bombings or explosions, which also damage key infrastructures and offers a greater media impact) and the fear of stigmatization and division on the continent to signal a religion or social group as guilty. Immediately after the attacks, before any announcements or claims, the social networks burned attributing the authorship to the self-styled Islamic State while the group was pleased by the chaotic situation and fear deployed in Europe -yes now- even encouraging, given the popularity in the media and the success of the operations, to attack by any form available against the enemies of the Caliphate; the terrorist groups no longer need to produce information or propaganda of terror, the media, the uncontrolled public opinion -teachers of «journalism» in the networks- and the insecurity and lack of clarity of European governments make it.

Are «lone wolves», inspired attacks or directed attacks by jihadist cells on European soil? Lone Wolf was Anders Breivik in Norway, which was radicalized, was organized and operated completely alone to carry out the killing of more than 70 people. We can not attribute such an epic name a few criminals before any investigation or discern about their lonely operation, inspired or directed by anyone. A person is not self-radicalized in a few weeks to perform by itself attack as what we saw in Nice, nor can one say that the young German-Iranian with a feeling of revenge against the psychological violence suffered by his «bullies» who declared an attraction to extremist ideals and then took his own life could be affiliated to Daesh. Social disorder that is living in Europe for years commented above, the continuing defeats suffered by Daesh in the lands of the Caliphate and the violence expanded by jihadist terrorism can be, indeed, the common causes of all these attacks.

What is clear, according to data provided by the Elcano Royal Institute, the countries from where departed a greater number of combatants to the territories of Syria, Libya and Iraq are France (+900), Germany (720-760) United Kingdom (700-760), Belgium (420-526), Austria (230-300) and the Netherlands (220); while those countries with a larger number of returnees from those combat zones are: Denmark (50%), UK (48%), Germany (33%), Switzerland (29%), France (27%) and Austria (26%). This means that the threat of the «operation return», due to the heavy losses of Daesh’s territory and the jihadist cells that can be created and already exist in the European countries will become more latent in those places where there has been a greater number of combatants and radicalized people.

Now, to notice what of all these situations in Europe -jihadism, massive and irregular immigration, economic crisis or radical extremism increasing- will be more problematic in the long run it is difficult to establish; what is clear is that they feed each other. Inefficiency and huge feeling of insecurity to refugee movements and increased violence caused by the inspiration of Jihadist terrorism increases the ultranationalist and xenophobic sentiment and therefore increases the popularity of radical speeches. How the terrorist threat, in a national and international level, is regulated through a rise in training, defense, cooperation and coordination in Intelligence- or how is managed the regional conflicts that destabilize neighboring countries and, consequently, the nearest regions will influence the future political and social order of Europe with the arrival of new political leaders with different speeches.

Carry out further measures of security and defense, coordinated and in cooperation with allied countries, will be a fundamental objective, or should be- in Europe. For this, it is important to raise awareness about the problem and the nature of this threat, to control with proper narratives the boom of extremism and radicalism of any kind and to encourage and promote the principles and values that characterize the European society and not give away the victory desired by the propagators of such violence and terror.

MARTA Gª OUTÓN

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