El día 24 de agosto, Corea del Norte realizó uno de los ensayos más relevantes para el desarrollo de su programa nuclear hasta la fecha.
El lanzamiento exitoso de su KN-11, también denominado “Nodong-D”, desde un submarino en el pacífico es un paso más en la escalada de tensión que el gobierno de Kim Jong Un protagoniza frente a otras potencias regionales no afines, especialmente Corea del Sur y Japón, ambas consideradas por Pyonyang como extensiones del poder norteamericano. Para comprender la importancia de este ensayo es necesario conocer algunos de los detalles técnicos del armamento que se está desarrollando, así como la naturaleza del ensayo y su finalidad.
Las pruebas del programa nuclear se dividen en el desarrollo de dos tecnologías de naturaleza totalmente diferente: las pruebas relacionadas con la carga nuclear (habiéndose reportado la última en enero de este mismo año, cuando Corea del Norte anunció estar en posesión de la bomba de hidrógeno) y las pruebas relativas al vector de lanzamiento, es decir, los misiles encargados de transportar la cabeza nuclear. De las primeras, sólo hay registradas 5 y siempre de una potencia inferior a 10 kilotones, de las segundas podemos encontrar muchas más, siendo una de las más sonadas la puesta en órbita de un satélite en febrero de este mismo año.
Hasta el momento, el misil balístico intercontinental norcoreano de mayor alcance conocido es el BM-25 “Musudan” o Taepodong X, (ante la falta de confirmación de las características técnicas del Taepodong 2) desvelado en 2010, con un alcance estimado de entre 4000 y 6000Km y capacidad para ser lanzado desde una plataforma móvil. Este misil, basado en el misil balístico intercontinental submarino soviético R-27 “Zyb” (década de los 80), es capaz de suponer una amenaza real para todos los países de la región, pero su alcance, incluso atendiendo a las estimaciones más optimistas, era insuficiente para suponer una amenaza contra EEUU.
Se desconocen los detalles del nuevo misil desarrollado por Pyonyang, pudiendo estar basado en los modelos soviéticos R-27 “Zyb”, en cuyo caso el alcance sería similar al del comentado “Musudan”, o la familia R-29 “Vysota”, en cuyo caso el alcance rondaría los 9000Km. Lo más probable es que este modelo suponga una continuación del trabajo que los norcoreanos ya venían realizando con el “Musudan”, pero la cuestión más relevante con respecto a estos ensayos no radica tanto en el rango de acción del misil sino en el hecho de que haya sido lanzado desde un submarino. La posibilidad de lanzar un misil con carga nuclear desde un submarino anula el problema de la distancia, más cuando Corea del Norte tiene un programa propio de desarrollo y construcción de mini-submarinos (los de la clase “Sang-O” y “Sinpo”, diésel, con una autonomía de cerca de 3000Km) para infiltración y dispone de suficientes submarinos de la clase “Golf-II” (hasta 9500Km de autonomía, son los que usa para probar los SLBM), suponiendo este paso adelante la primera amenaza directa a países que estaban, hasta el momento, fuera del alcance de los ICBM norcoreanos.
Si los ensayos se repiten con éxito y el desarrollo de los KN-11 se concreta, es probable que el siguiente paso de Corea del Norte en su camino hacia el exclusivo club de las potencias nucleares sea el desarrollo y la producción de un nuevo modelo de submarino capaz de portar dichos misiles y de ofrecer la ventaja estratégica que Pyonyang necesita para negociar su posición en el escenario internacional.
En el lado surcoreano del paralelo ven estos avances como una medida de coacción a los EEUU, mientras que China continúa “desaprobando” los avances de su aliado “peleón” (más centrada en el reparto de poder en el Mar de la China Meridional) y Japón confirma su apuesta por la defensa, manteniéndose por encima del 5% del gasto público, dentro del top 10 mundial (aun así, poco más de un tercio del gasto surcoreano, que supera el 13%).
Las implicaciones que tiene para la seguridad mundial la existencia de una potencia nuclear plena, de corte estalinista y con intereses territoriales en la península de Corea son graves. Estados Unidos, en plena campaña de influencia en Asia-Pacífico, no dejará de apoyar al socio surcoreano debido a su increíble peso comercial y tecnológico, pero una Corea del Norte fuerte puede tener la voluntad de aumentar la presión militar convencional en la península, utilizando las armas nucleares como medida disuasoria para mantener a los EEUU alejados del conflicto y ganar opciones de cara a una reunificación bajo sus condiciones.
El programa nuclear norcoreano, aun atendiendo a las estimaciones más conservadoras, ha llegado a un punto en que ya no hay marcha atrás posible: Corea del Norte es, o en breve será, una potencia nuclear. Lo que Pyonyang haga con ese estatus es una incógnita, aunque parece claro que mejorará su situación actual dotándole de una posición negociadora más sólida.
August 24th, North Korea accomplished one of the most important tests of their nuclear program until today.
The successfully launch of their new KN-11 missile, also known as “Nodong-D”, from a submarine in the Pacific is a new step in the tension escalation leaded by Kim Jong Un government against other rival powers in the region, specially Japan and South Korea, both considered as an extension of the American power in the region by Pyonyang. To understand the importance of this test is necessary to know some technical details about the North Korean armament which is being developed, as well as the test objectives and sense.
The nuclear program tests are divided in two different technologies development: Tests related to the nuclear charge (the last in January of this year, when North Korea announced the H bomb) and tests related to the launching systems: the missiles which have to transport the nuclear warhead. There are just only 5 registered North Korean nuclear tests, and always under 10 kilotons; regarding launch systems tests, those are much more frequent, being the most important the launching of a satellite in February 2016.
For the moment, the most range North Korean ICBM known is the BM-25 “Musudan”, also known as Taepodong X, (given the lack of information about the Taepodong-2) revealed in 2010, which has an estimated range of 4000 – 6000Km and capacity to be launched from a mobile platform. This missile, based in the soviet submarine launched ballistic missile R-27 “Zyb” (80’s), which is a real threat for all the countries in the region, but it’s range, even considering the most optimistic estimations, is insufficient to be a threat for the U.S.A.
Details about the new missile developed by Pyongyang are still unknown; it may be based in the soviet R-27 “Zyb” model, in which case it would have a range similar to the “Musudan”, or it may be based in the soviet R-29 “Vysota” family, in which case the range would be over 9000Km. The most probable option is that this model is a continuation of the North Korean work done with the “Musudan”, but the most important question about the tests is that the missile has been launched from a submarine. The possibility of launching a nuclear warhead from a submarine annul the problem of the distance, especially when North Korea has his own submarine development and construction program (classes “Sang-O” and “Sinpo”, diesel, with 3000Km range) for infiltration, and has enough “Golf-II” class submarines (up to 9500Km range, used to the SLBM tests), being this step the first real threat to many countries which where, until now, out of reach for the North Korean ICBMs.
If the tests are successfully repeated and the development of the KN-11 get done, is probable that the next North Korea’s step in the path to the exclusive club of the nuclear powers will be the development and the production of a new model of submarine capable of carry those SLBMs and to provide the strategical advantage that Pyongyang needs to negotiate its position in the international scene.
In the South Korean side of the parallel these progresses are seen as a coercion policy to the U.S.A., while China still disapproving the advances of their “plonk” ally (focused on the power distribution in the Southern China Sea), and Japan confirm its bet for the defense, keeping the public spending in defence over 5%, and being in the world Top 10 (even so, it still being a third part of the South Korean defence spend, which overtake 13%).
The implications for the world security as a consequence of the existence of a full nuclear Stalinist type power, with territorial interests in the Korean peninsula, are serious. The States, deep into the influence campaign in Asia-Pacific region, will not fail to support its South Korean partner, because of its great commercial and technologic importance; but a strong North Korea could have the will of increasing the conventional military pressure in the peninsula, using the nuclear power to dissuade U.S.A. of taking part in a hypothetical conflict and to win options in order to a re-unification under their conditions.
FERNANDO LAMAS MORENO
2 thoughts on “LA AMENAZA NUCLEAR DE COREA DEL NORTE: realidad y consecuencias/ North Korea’s nuclear threat: reality and consequences”