El diálogo para la construcción de la paz entre las FARC y el gobierno de Colombia lleva en proceso, oficialmente, desde el año 2012 con el protagonismo de Juan Manuel Santos, actual presidente del país, y “Timochenko”, líder de la guerrilla. Un conflicto que lleva candente durante 56 años y que ha disparado el crimen organizado dentro del país, la corrupción y las guerrillas (han llegado a existir unas 10), apoyadas por regímenes exteriores como Cuba, Venezuela y Ecuador, pero que llega a su fin con una fecha ya marcada: finales de septiembre. No obstante, este proceso de paz y de diálogo con una de las guerrillas que mayor protagonismo ha cogido en Colombia desde comienzos de su existencia, aunque ha sido un paso importante para la estabilización del país, aún le falta mucho camino para cerrar los diversos frentes conflictivos internos y otro de ellos, grave e importante, es el grupo armado ELN, que no se siente identificado con las cláusulas de paz ni desea formar parte de ella.
El 1 de septiembre, el líder del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista (“Gabino”) expuso en una entrevista y una carta dirigida a las FARC que el proceso de paz no les iba a afectar[1]. De hecho, el 3 de septiembre y el 4 de septiembre, provocaron un ataque que afectaron a miles de personas: el primero destruyendo una vía principal al noreste del país de Saravena-Arauca y el segundo en el norte de Santander, contra un oleoducto. Ante estas actuaciones, el Gobierno ha amenazado a la guerrilla que no se podrá abrir una mesa de diálogo de paz si no cesan los atentados y los secuestros de colombianos, algo que el ELN no está dispuesto a renunciar, al menos por el momento.
A pesar de haber alcanzado un logro histórico: la paz entre el Gobierno y las FARC, este proceso aún no ha convencido del todo a la población colombiana. Las principales víctimas de la violencia interna del país están reticentes a la hora de celebrar lo acordado, puesto que las mayores violaciones de los derechos humanos no sólo son cometidos por las guerrillas (protagonistas ahora de las portadas), sino también por las bandas paramilitares -no reconocidas por Estados Unidos-, que por supuesto también se encuentran al margen de estos acuerdos de paz y quienes aumentarán sus actuaciones, como el ELN, tras el abandono del terreno armado de las FARC (tal y como recoge el periódico Insight Crime, la Misión de Observación Electoral de Colombia (MOE) calcula que casi 250 municipios (es decir, más del 25% de los 1105 municipios de Colombia) «están en riesgo de violencia o fraude con respecto al referéndum sobre el anticipado acuerdo de paz» con las FARC)[2]. Como indica el padre Giraldo[3], detrás de la movilización rápida hacia la paz con las FARC se esconde la impunidad de los mayores criminales de guerra en Colombia (grupos paramilitares de extrema derecha) y la imposibilidad de lograr cambios sociales exigidos por la población colombiana debido al duro mecanismo de represión estatal.
The dialogue for building peace between the FARC and the government of Colombia has been in process officially since 2012 with the leadership of Juan Manuel Santos, the current president of the country, and «Timoshenko», the guerrilla leader. A conflict that has been burning for 56 years and has triggered the organized crime inside the country, also the corruption and guerrillas (have come into existence about 10), supported by foreign regimes such as Cuba, Venezuela and Ecuador, but that comes to an end already marked with a date: the end of September. However, this peace process and dialogue with the greater guerrilla group that has been in Colombia since the beginning of its existence and although it has been an important step to the stabilization of the country, still has a long way to close the various internal conflict fronts. One of them, serious and important, is the ELN armed group, who does not feel identified with the terms of the peace process and does not want to be part of it.
On 1 September, the ELN leader, Nicolas Rodriguez Bautista («Gabino»), explained in an interview and in a letter to the FARC that the peace process would not affect them. In fact, on September 3 and September 4, they provoked an attack that affected thousands of people: the first one, destroying a main route in the northeast of the country (Saravena – Arauca) and the second one in northern Santander, against a pipeline. Given these actions, the government has threatened the guerrilla saying that it will not open a dialogue for peace unless they cease the attacks and stop the kidnappings of Colombians, something that the ELN is not willing to give up, at least for now.
Despite it has been reached a historic achievement: the peace between the government and the FARC, this process has not yet entirely convinced the Colombian population. The main victims of domestic violence in the country are reticent to conclude the agreement, since the greatest violations of human rights are not only committed by the guerrillas (protagonists now in the media covers) but also by paramilitary bands – not recognized by the United States and the government of the country-, which of course are also outside of these peace agreements and who increase their performances, as the ELN, after the abandonment of the field by the armed FARC (as stated in the newspaper Insight Crime, the Electoral Observation mission of Colombia (MOE) estimates that nearly 250 municipalities (over 25% of 1105 municipalities of Colombia) «are at risk of violence or fraud with respect to the referendum on the anticipated peace agreement» with the FARC). As the Father Giraldo said, behind the rapid mobilization towards the peace with the FARC, there is still impunity and silence related to the major war criminals in Colombia (paramilitary groups of extreme right) and the impossibility of achieve social changes demanded by the Colombian population due to the hard mechanism of the state’s repression.
MARTA GARCÍA OUTÓN
[1] http://www.lahaine.org/est_espanol.php/carta-abierta-del-eln-colombiano
[2] http://www.huffingtonpost.es/dan-kovalik/paz-en-colombia_b_11833178.html
[3] http://www.javiergiraldo.org/spip.php?article257
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