El pasado jueves había convocada una manifestación multitudinaria en el centro de Caracas para pedir a la Consejo Nacional Electoral (CNE) que acelere la convocatoria del referéndum revocatorio de Maduro, al cual el gobierno está poniendo todas las trabas que puede.
La manifestación fue convocada por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para presionar al CNE, pero el gobierno se ha propuesto de todas las formas posibles minimizar el impacto de la misma, aunque no ha servido de mucho. Varias de las medidas han sido reparto de alimentos en los supermercados, aunque una muy pequeña cantidad debido a las restricciones que rigen el país además de la carestía alimentaria; cierre del espacio aéreo nacional a cualquier jet privado o dron desde el sábado anterior a la manifestación hasta el 5 de septiembre presumiblemente para evitar la llegada de líderes opositores de otras partes del país además de dirigentes extranjeros; amenazas con despedir a altos cargos de la administración que firmaron para pedir la convocatoria del mismo; controles y accidentes en las carreteras para impedir la entrada en Caracas, etc.
A pesar de ello el éxito de la misma fue rotundo, lo cual era de esperar teniendo en cuenta que la situación del país es del todo insostenible, un país que se vio obligado a abrir las fronteras con Colombia para que la gente pudiera ir a comprar comida y donde se encarcela o se arresta a los principales líderes opositores, como el caso de Daniel Ceballos, número tres de Voluntad Popular que estaba en arresto domiciliario y antes de la manifestación fue trasladado a la cárcel. Esta marcha ha sido apoyada por varios países como Estados Unidos o España, habiéndose convocado en este último una manifestación de apoyo dos días después de la caraqueña. El presidente Nicolás Maduro por su parte ha tildado al proceso de golpe de estado de la “derecha fascista” contra su persona, alegando que el apoyo del pueblo está de su parte.
A su vez la CNE ha declarado que no se sienten presionados y que seguirán los procesos establecidos sin demora, llegando incluso a decir que si se producía algún incidente violento contra dicha autoridad podrían suspenderlo. Su próximo paso es la fijación de tres días a finales de octubre en los cuales los convocantes tendrán que recoger el consentimiento del 20 por ciento del padrón electoral para convocar finalmente el referéndum. La pretensión de los opositores es recoger el 20 por ciento de cada provincia de Venezuela, aunque según el último proceso que se convocó de estas características fue en el 2004 y se entendió que era a nivel nacional y no en cada región, aunque el gobierno de Maduro podría imponer esta medida para dificultar el camino. Si este objetivo se consigue, entonces se podrá convocar dicho referéndum. En caso contrario el proceso habrá tocado a su fin y habrá que esperar a las elecciones presidenciales de 2019.
The manifestation was convened by the Democratic Unity Roundtable (MUD in Spanish) to press to the CNE, but the Government has decided to put in practice all possible ways of minimizing the impact of it, though it has not served much. Several measures have been distribution of food in supermarkets, although a very small amount because of the restrictions that the govern of the country has; closure of national airspace to any private jet or drone from the Saturday before until the 5 of September, presumably to prevent the arrival of opposition leaders from other parts of the country as well as foreign leaders; threats of dismiss to high positions of the Administration that signed the call for the referendum; controls and accidents on the roads to prevent the entry into Caracas, etc.
In spite of this the success was overwhelming, which was to be expected considering that the situation in the country is completely unsustainable, a country that was forced to open the borders with Colombia so that people could go to buy food and where is imprisoned or arrested the main opposition leaders, as the case of Daniel Ceballos, number three of Popular Will (VP in Spanish) who was under house arrest and before the demonstration was transferred to prison, or Leopoldo López. The protest has been endorsed by several countries such as United States or Spain, having been called a demonstration of support in Madrid two days after the one in Caracas. The President Nicolas Maduro meanwhile has branded the coup d’etat of the «fascist right» process against him, alleging that the support of the people is on his side.
To his time the CNE has declared that it doesn’t feel pressured and that will continue with the process established without delay, coming even to say that if any incident violent was produced against such authority it could suspend it. The next step is the fixation of three days in the end of October in which the conveners will have to collect the consent of the 20 percent of the electoral register to convene finally the referendum. The claim of opponents is to collect 20 percent of each province of Venezuela, although according to the last process that was called in 2004 and it was understood that it was at national level and not in each region, even if Maduro Government could impose this measure to hinder the way. If this goal is achieved, then they may convene such a referendum. Otherwise the process will come to its end and they will have to wait for the presidential elections of 2019.
JORGE GARCÍA ALONSO DE CELADA
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