La región de Jammu y Cachemira no ha conocido un periodo de paz desde que la India y Pakistán lograran su independencia hace más de 60 años, y los sucesos recientes no hacen más que aumentar la tensión reinante. Esto se debe a que el pasado 17 de septiembre se produjo un ataque contra las instalaciones del ejército indio en la ciudad de Uri en la cual perdieron la vida 17 soldados del mismo, el mayor ataque sufrido en la región desde el año 2002, cuando murieron 30 personas. Los atacantes eran cuatro terroristas que habían cruzado la Línea de Control (LoC), que hace las veces de frontera entre la India y Pakistán, desde el lado paquistaní.
Las reacciones no se han hecho esperar. Nada más conocerse los detalles del atentado y que los cuatro terroristas habían sido abatidos por las fuerzas indias que se encontraban en el lugar, el ministro del Interior de la India, Rajnath Singh, acusó al gobierno pakistaní de haber permitido los ataques y por lo tanto de ser un gobierno colaboracionista con el terrorismo de la región. Las autoridades de Pakistán se apresuraron a negar dicha información y a acusar al gobierno del país vecino de difundir información falsa sin haber conocido el resultado de la investigación que se está llevando a cabo.
Sin embargo, la región lleva más de dos meses convulsionada debido a que las fuerzas militares indias, que son las que tienen el control de la provincia al quedar dentro de la jurisdicción de la India, dispararon contra el activista y militante del grupo Hizbul-Mujahideen Burhan Muzaffar Waniun. Su muerte provoco un gran número de manifestaciones en protesta por lo sucedido además de una serie de actos violentos contra edifico gubernamentales, locales de la provincia, servicios públicos, etc. Estos altercados han intentado ser controlados por la policía y las fuerzas armadas indias, pero han tenido el efecto contrario ya que los medios y la violencia utilizados para reprimirlas solo han generado una escalada en la violencia que parece no llegar a su fin y que se han cobrado hasta la fecha 88 muertos y más de 11000 heridos.
La región de Jammu y Cachemira se ha caracterizado en la última mitad de siglo por ser una de las regiones más violentas de Asia, donde los indios y los paquistaníes han luchado
en tres guerras además de los numerosos atentados que se han producido contra todas las partes. Sin embargo estos recientes acontecimientos están reduciendo a cenizas la frágil economía de la zona, que no podrá aguantar mucho más tiempo sin distribución de productos básicos y la reanudación de las actividades comerciales. Es además un conflicto que podría hacer estallar una guerra entre dos países nucleares, que aunque no parecen dispuestas a usarlas, no sabemos que podría deparar el futuro, ya que la paz no parece concebible en esta región por el momento.
The region of Jammu and Kashmir has not known a period of peace since India and Pakistan achieved its independence more than 60 years ago, and the recent events don’t make rather than increase the tension reigning. This is due to the last 17 of September when an attack was produced against the facilities of the Indian army in the city of Uri in which 17 Indian soldiers lost their life, the greater attack suffered in the region since 2002, when 30 soldiers and their families died. The attackers were four terrorists who had crossed the Line of Control (LoC), which serves as a border between India and Pakistan, from the Pakistani side.
Reactions have not been made wait. When the details of the attack were known and the four terrorists had been killed by Indian forces who were in the place, the Indian Minister of the Interior, Rajnath Singh, accused the Pakistani Government of having allowed the attacks and therefore to be a collaborationist government with terrorism in the region. Pakistan authorities were quick to deny such information and accused the Government of the neighbouring country of spreading false information without having known the result of the investigation that is being carried out.
However, the region has been more than two months convulsed since Indian military forces, who have control of the province which remains within the jurisdiction of India, fired on the activist and militant of the terrorist group Hizbul-Mujahideen Burhan Muzaffar Waniun. His death caused a large number of protest demonstrations in addition to a series of violent acts against governmental buildings, local stores, public services, etc. These wrangling have tried to been controlled by the police and the armed forces of India, but they have had the contrary effect since the means and the violence used to suppress them only have generated a climbing in the violence that doesn’t seems to get to its end and that has charged until it date 88 dead’s and more than 11000 injured.
The region of Jammu and Kashmir has been characterized in the last half of the century as one of the most violent regions of Asia, where Indians and Pakistanis have fought in three wars in addition to the numerous attacks that have occurred against all parts.
However these recent developments are reducing to ashes the fragile economy of the area, which may not hold much longer without the distribution of commodities and the resumption of business activities. It is also a conflict that could generate a war between two nuclear countries, although they don’t seem to will to use them, we do not know what it could bring the future, since peace seems not conceivable in this region at the moment.
JORGE GARCÍA ALONSO DE CELADA
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