Kuwait es un bastión de la estabilidad y de la democracia, entendida en términos de la región a la que pertenece. El sistema constitucional que posee, secundado por la fuerza del emir Sabah Al- Ahmad Al- Yaber Al- Sabah, hacen de Kuwait el país más liberal de su zona.
Sin embargo, el poder que ostenta el emir sobre el Parlamento hace tambalear la idea de democracia entendida desde el prisma occidental. Aunque Kuwait presente un poder legislativo que recae sobre la Asamblea Nacional, es el emir, representante del poder ejecutivo, quien toma las decisiones relativas a la formación o disolución de la única cámara del país.
El pasado 16 de octubre, Al- Sabah decretó la disolución del Parlamento, alegando motivos de seguridad. Conviene hacer aquí dos aclaraciones. En primer lugar, el Parlamento de Kuwait ya fue disuelto en el año 2011 cuando, a tenor de la popularmente denominada “Primavera Árabe”, y tras el asedio al Parlamento por manifestantes, el gobierno fue renunciando, por lo que el emir convocó nuevas elecciones.
Entonces, las minorías marginadas por el trato desigual del emir con respecto a privilegios otorgados a la población kuwaití, junto con las acusaciones de corrupción a miembros del gobierno (como el Ministro de Asuntos Exteriores), unido a las cargas policiales contra los manifestantes, hicieron que la estabilidad de Kuwait se viese amenazada. Sin embargo, y a pesar de las discrepancias entre el emir y los resultados de las elecciones, la seguridad de Kuwait se mantuvo y su estabilidad continuó siendo ejemplar.
Por su parte, la posición geográfica del país hace aún más ejemplar su estabilidad. Aunque el papel de Estados Unidos en la defensa del país, así como su condición de “aliado importante no- OTAN”, son importantes datos para entender la seguridad del país, su pequeño tamaño y su condición de país fronterizo con Iraq y con Arabia Saudí hacen relevante la contundencia del equilibrio político- social de Kuwait.
El emir, encargado de salvaguardar dicho equilibrio y, por ende, de mantener las políticas públicas destinadas a dicha salvaguarda, no se muestra dubitativo a la hora de disolver la única cámara elegida democráticamente por los kuwaitíes. En efecto, y respaldado por “cuestiones de seguridad regional” Al Sabah ha recurrido a las amenazas de la zona para decretar la disolución y convocar nuevas elecciones.
Sin embargo, el argumento de la inseguridad regional resulta una mera excusa. La región no amenaza al país desde el mismo día 16. Más bien al contrario, Kuwait se ha mantenido erguido ante la caída de Iraq y se ha mostrado implacable ante los desplazamientos de células terroristas saudís. Por tanto, ¿qué ha motivado al emir a disolver ahora el Parlamento? El petróleo.
Kuwait posee la sexta mayor reserva mundial de crudo. En el país, el crudo presenta la mitad del PIB, el 90% de las exportaciones y el 75% de los ingresos gubernamentales. Sin embargo, ante la inestabilidad del precio del petróleo en el mercado actual, traída por el rechazo iraní de congelar la producción, Kuwait se ha debatido entre el endeudamiento de su petrolera estatal y ha tanteado el recurso a nuevas formas de financiación.
La semana anterior a la disolución de las cortes, un grupo de 35 miembros de la Asamblea Nacional (compuesta por 50 miembros) presentó una solicitud para la realización de una sesión de emergencia para debatir la decisión del gobierno (formado por el emir y sus 15 ministros) de incrementar el 80% de los precios del carburante. En efecto, este cuestionamiento a la medida tomada por el gobierno ha sido la nota definitiva que ha llevado al emir a disolver el parlamento.
En conclusión, un país tan hermético, en términos de seguridad, y con unas alianzas tan importantes en materia de defensa, no puede recurrir a la amenaza que supone la inestabilidad de su región para disolver, de repente, un parlamento que, en teoría, ejemplifica la democracia en Oriente.
El terrorismo, la guerra o cualquier otra actividad criminal que asola la zona oeste del Golfo no perjudican ni supone un riesgo para Kuwait. Sin embargo, un estado que abandera el progreso, la alta tasa de ingresos y el elevado nivel de vida, no puede sacar a debate las decisiones que supongan poner en juego la principal fuente de riqueza del país.
Kuwait is a stronghold of stability and democracy, (democracy must be understood in terms of the region to which it belongs). The constitutional system that Kuwait has which is supported by the strength of the emir Sabah Al-Ahmad Al-Jaber Al-Sabah, make itself in the most liberal country in its area.
However, the power that holds the emir on Parliament makes the idea of democracy from the Western prism stagger. Although Kuwait present a legislative power which lies above the National Assembly, the emir is the representative of the executive, who makes the decisions concerning the formation or dissolution of the single chamber of the country.
On October 16, Al-Sabah ordered the dissolution of Parliament, citing security concerns. Two clarifications should be made here. First, the Kuwaiti Parliament was already dissolved in 2011 when, under the popularly called «Arab Spring», and after the siege to parliament by protesters, the government was giving up, reason why the emir called for new elections.
So, minorities that were marginalized by the unequal treatment of the emir with respect to privileges that were granted to the Kuwaiti population, along with accusations corruption to members of the government (as Minister of Foreign Affairs), and because of the police charges against demonstrators, the stability of Kuwait saw threatened. However, despite the discrepancies between the emir and the results of the elections, the security of Kuwait remained, and stability continued to be exemplary.
Meanwhile, the country’s geographical position makes it even more exemplary stability. Although the US role in defending the country and its status as «non-NATO major ally», are important data to understand the country’s security, its small size and its status as a country that is bordering Iraq and Saudi Arabia, make relevant the strength of the political social balance of Kuwait.
The emir, responsible for safeguarding this equilibrium and therefore to maintain public policies for the safe, doesn’t show hesitant himself when dissolving the only camera democratically elected by the Kuwaitis. In fact, Al Sabah has used threats of the area to declare the dissolution and new elections. He is backed by «regional security issues».
Nevertheless, the argument of regional insecurity is merely an excuse. The region does not threaten the country from the day 16. On the contrary, Kuwait has remained upright before the fall of Iraq. It has been relentless to the movement of terrorist cells Saudis too. So, what has prompted the emir to dissolve parliament now? The oil.
Kuwait has the world’s sixth largest oil reserve. In the country the oil has half of GDP, 90% of exports and 75% of government revenues. However, given the instability of oil prices in the current market, because of the Iranian refusal to freeze production, Kuwait has been discussed between the indebtedness of the state oil company, and it has groped the use of new forms of financing.
Previous to the dissolution of the courts, a group of 35 members of the National Assembly (this is composed of 50 members) week submitted a request to perform an emergency session to discuss the government’s decision (this is made by the emir and his 15 ministers) of 80% increase in fuel prices. Indeed, this challenge to the measure taken by the government has been the final note has led the emir to dissolve parliament.
In conclusion, a country so airtight, in terms of security, and with such important alliances in defense, cannot resort to the threat posed by instability in their region to dissolve suddenly a parliament that, in theory, exemplifies democracy in the East.
Terrorism, war or any other criminal activity that devastates western Gulf do not harm nor pose a risk to Kuwait. Nevertheless, a state that is leading progress, the high rate of income and the high standard of living, cannot make decisions debate that involve setting the main source of wealth of the country at stake.
PATRICIA JURADO DE LA SANTA
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