Desde que los opositores venezolanos lograran la mayoría absoluta de la cámara legislativa de Venezuela uno de sus máximos objetivos ha sido el de relevar al actual presidente Nicolás Maduro de sus funciones como presidente de la República, y desde el mismo momento aquellos que le apoyan han hecho lo mismo para que no suceda. Esta semana hemos visto un nuevo ejemplo de esto último.
Como hemos visto en ocasiones anteriores existen una serie de procesos para poder convocar un revocatorio contra el presidente Maduro, y hasta la fecha se han ido logrando no sin dificultades. El último de estos consistía en la recogida de un 20% de firmas de todas las personas que disponen de derecho a voto para que pudiera llevarse a cabo. Sin embargo, el gobierno a través de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia estableció que el 20% necesario debía ser en cada provincia del país, a pesar de que en las elecciones presidenciales la circunscripción es nacional y no provincial, que las leyes no lo especifican y que la última vez que se convocó en el año 2004 la cifra era a nivel nacional y no provincial. Aun así la Mesa de Unidad Democrática (MUD), convocante del revocatorio, se veía con la capacidad de lograrlo y así lo manifestaron. Es entonces cuando el jueves se hizo pública la noticia de que cinco tribunales de provincia de Apure, Aragua, Bolívar, Carabobo y Monagas habían suspendido el proceso de recolecta de firmas que iba a tener logar entre el 26 y 28 de octubre de 2016 ya que consideraban que se había cometido fraude en la primera recolecta de firmas de inicio del proceso, acusando a la MUD de haber puesto identidades falsas. Ello retrasa el proceso hasta que finalicen las investigaciones de cada provincia.
Las respuestas no se han hecho esperar, y un día después de la noticia el excandidato a la presidencia y Gobernador del Estado de Miranda Henrique Capriles califico el gesto como un “golpe de Estado” y anuncio junto a los representantes de la MUD que este miércoles quedaba convocada una gran movilización bajo lo que él llamó una “toma de Venezuela”, además de convocarse para el domingo una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional donde se discutiría un juicio político contra Maduro, pero este no pasó desapercibido. Durante la celebración del mismo un grupo de personas partidarias del presidente entraron a la fuerza atacando a periodistas y parlamentarios, produciéndose múltiples agresiones y robos además de insultos y amenazas.
Esta situación es solo una muestra más de los carices que está tomando esta lucha de poder entre la Presidencia y la Asamblea Nacional, donde los únicos que están sufriendo son los ciudadanos, que no pueden hacer más que mirar impasibles como se profundiza la mayor crisis económica de su historia, donde no hay alimentos para las personas y donde enfermedades como la difteria han reaparecido y posiblemente se expandan rápido por la falta de organización y capacidades que reinan en uno de los países más ricos de toda Latinoamérica, o por lo menos antes lo era. Los actos violentos se multiplican cada día y si la situación no empieza a revertirse pronto no sería de extrañar que se diera una guerra abierta entre ambos bandos, pues la situación empieza a ser insostenible.
Since Venezuelan opponents reached an absolute majority of the Legislative Chamber of Venezuela one of their top goals has been to relieve of the current President Nicolas Maduro duties as President of the Republic, and from that moment those who support him have done the same to make it not happen. This week we have seen a new example of this.
As it has been seen in many occasions earlier there are a series of processes to convene a recall against President Maduro, and until the date it have gone achieving not without difficulties. The last of these was the collection of 20 percent of signatures of all persons that have right to vote so that it could be carried out. However, the Government through the Electoral Chamber of the Supreme Court of Justice established that the 20% required should be in every province of the country, while in the presidential election the constituency is not provincial, and national laws do not specify it, even though the last time that it was convened in 2004 the constituency was national and not provincial. Yet the Democratic Unity Roundtable (MUD), convener of the recall, had the ability to do it and thus expressed it. Is then when on Thursday it became public that five courts of province of Apure, Carabobo, Aragua, Bolivar and Monagas had suspended the process of collecting signatures that would have took place between 26 and 28 October 2016, since they believed that it had been committed fraud in the first collection of signatures of the beginning of the process accusing the MUD of having placed false identities. This delays the process until the research of each province are completed.
The answers haven’t made wait, and a day after the news the former candidate to the Presidency and Governor of the State of Miranda Henrique Capriles qualified the gesture as a «coup of State» and announced next to the representatives of the MUD that this Wednesday was convened a great mobilization which he called a «take of Venezuela» in addition to an extraordinary session of the National Assembly for Sunday where a political trial against Maduro would be discussed, but this did not go unnoticed. During the celebration of the same a group of people supporter of the President entered to the force attacking to journalists and parliamentarians, producing multiple assaults and robberies besides insults and threats.
This situation is just a sample of the turnings that are taking this power struggle between the Presidency and the National Assembly, where the only ones who are suffering are the citizens, who cannot do anything more than watch impassively as it deepens the greatest economic crisis in its history, where there is no food for the people and where diseases like diphtheria have reappeared and possibly expand faster due to the lack of organization and capabilities in one of the richest countries of all Latin America, or at least before it was. Violent acts are multiplying every day and if the situation does not begin to be reversed soon it would not be surprising an open warfare between the two sides, because the situation is becoming unsustainable.
JORGE GARCÍA ALONSO DE CELADA
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