La presencia actual del autoproclamado Estado Islámico en el sudeste asiático es firme. El presente de ésta región para el grupo pasa por constituir, ahora mismo, un teatro de operaciones, si bien bastante incipiente, si totalmente establecido y en funcionamiento. De acuerdo con The Diplomat[1], desde el pasado marzo aproximadamente, el Daesh ha cambiado su sistema de reclutamiento, priorizando el sudeste asiático debido a los reveses y el retroceso sufridos en Oriente Medio (Siria e Irak), tanto en lo referido a hombres como a infraestructuras. Aunque éste no es el único grupo islámico radical en el sudeste de Asia, sí que es el que cuenta con mayores capacidades y medios de financiación, razón por la que esta investigación se centra en dicho grupo.
Para analizar el presente es esencial mirar al pasado, mediante el cual se puede entender el porqué de esta realidad. En primer lugar, hay que dejar claro que el terrorismo islámico no es un fenómeno nuevo en la región; Asia lleva sufriendo el terror desde la década de los 80, como prueba el think tank Radicalization Research[2], con el ascenso de grupos como Jemaah Islamiyah, entre muchos otros. Hoy en día, la realidad refleja que, aunque los actores principales son otros, la yihad sigue activa aunque haya estado un tanto durmiente en el sudeste asiático, olvidada por otro teatro de operaciones más susceptibles al terrorismo (África y Oriente Medio). Así pues, aunque la personificación del yihadismo en la zona ha sido llevada a cabo, hasta este momento, por el grupo Jemaah Islamiyah (un grupo ligado a Al –Qaeda y que fue el artífice del atentado en Bali de 2002 en el que más de 200 personas murieron), hay que resaltar que el principal actor terrorista en esa parte del mundo, hoy día, es el autoproclamado Estado Islámico, quedando Al Qaeda en una posición secundaria.
En la actualidad, la clave para comprender dicha preponderancia es la conexión que se está dando entre los grupos terroristas de la zona con el autoproclamado Estado Islámico, ya que muchos de ellos han jurado lealtad al Daesh y, entre ellos el principal es Jemaah Islamiyah, en el pasado afiliada a Al Qaeda, pero necesitada de medios y financiamientos mayores que podían ser suministrados por Daesh; además de que comparten una ideología muy similar. A cambio, el autoproclamado Estado Islámico se ha valido de las estructuras de una organización asentada desde hace casi 30 años y de otros grupos (Bangsamoro Islamic Freedom Fighters, por ejemplo), para establecerse en el territorio y comenzar a reclutar, tal y como pone de manifiesto The Washington Times[3].
En éste mapa se pueden apreciar las zonas fuertes en las que Jemaah Islamiyah ha estado y está asentada, y que están siendo copadas por el Daesh:
Así, en la actualidad se puede hablar de un sudeste asiático dominado en el campo del terrorismo islámico por el Daesh y en el que Indonesia, Malasia, Singapur y Filipinas constituyen las zonas principales desde las que éste puede reclutar y que se han convertido en su centro logístico más importante. Al interno de ese centro logístico, la Región Autónoma del Mindanao Musulmán (ARMM) en Filipinas constituye un enclave de gran importancia como se explicará a continuación.
Los países de la zona en los que existe una presencia más fuerte del Daesh, o los que aspira a dominar son:
- Indonesia: el Estado Islámico está haciendo que algunos grupos locales de Indonesia se agrupen en torno a él y, pese a que su capacidad operativa en Indonesia sigue siendo pequeña y limitada según la BBC[4], la probabilidad de ataque terrorista en el país es alta y permanecerá alta en el futuro. Así, a pesar de su limitada capacidad, se cree que el número de militantes de Jemaah Islamiyah en Indonesia es de unos 2.000 militantes y el ambiente de la zona ya demuestra una gran tensión, según afirma el director de IPAC (Institute For Policy Analysis of Conflict). Por si ello fuese poco, según IPAC, de los 800 militantes que fueron metidos en prisión a inicios del 2000, muchos serán liberados en los años sucesivos. Además, según el Instituto de Ayuda a Presos con Libertad Condicional, Yayasan Prasasti Perdamaian, se estima que el 40% de 400 presos que serán liberados a partir de diciembre de este año volverán a formar parte de la lucha.
- Malasia: El yihadismo ha estado activo y creciendo en Malasia desde 1970. De hecho, aquí está el origen del grupo Jemaah Islamiyah, siendo en los noventa cuando éste se extendió hacia Indonesia, Filipinas, Tailandia y Singapur, según se expone en el artículo de Middle East Institute[5]. Además, Abu Sayyaf (leal al Estado Islámico) también actúa aquí, así como en Indonesia. De acuerdo con el citado Instituto, desde 2014 las autoridades han detectado un aumento de las probabilidades de ataque sobre los no musulmanes, sobre todo por aquellos combatientes que retornan de Siria, lo cual afecta a la multietnicidad de un país que se ha caracterizado por la buena convivencia entre culturas. Sin embargo, The Pew Global Attitudes 2013 survey[6] muestra que, pese a la existencia de esa convivencia real y de una preocupación de muchos musulmanes por el terrorismo, sí que hay una considerable minoría de musulmanes que aceptan que se lleve a cabo un atentado suicida para defender el islam. A todo ello se sumaría la escasa voluntad política del Gobierno de Malasia, cuyas políticas tanto económicas como sociales han afianzado mucho más la pertenencia de los musulmanes a su religión, teniendo ésta una mayor influencia que en el pasado.
- Filipinas: El Daesh tiene una considerable presencia en Filipinas. De hecho, Abu Sayyaf y Jemmah Islamiyah, de las que el Estado Islámico se sirve, están también muy presentes en Filipinas, concentrando su presencia en el sur. Según la CNN[7], la región musulmana autónoma de Mindanao está llegando a constituir un centro logístico del Daesh de primera magnitud ya que es un lugar de paso obligado para aquellos que tratan de cruzar el sudeste asiático y, por ende, un lugar perfecto para establecer conexiones y redes. De hecho, el recrudecimiento de la actividad del Deah en el sur de Filipinas está convirtiendo Mindanao en una provincia de facto (Wilayat) grupo terrorista.
- Singapur: En Singapur, el nivel de amenaza por terrorismo es también alto en la actualidad, tal y como refleja el think tank Foreign Policy[8]. Una amenaza que procede en gran parte de los trabajadores que proceden de Bangladesh. Pese a que muchos de estos ven en Singapur una oferta más amplia de trabajo, algunos tienen vínculos con el autoproclamado Estado Islámico. Con el fin de abordar la situación, el Gobierno de Singapur creó una ley de seguridad que permite, según refleja Foreign Policy también, llevar a cabo detenciones por terrorismo sin necesidad de un juicio, conllevando ello a una restricción de libertades progresiva que no hace sino asfixiar a la población en nombre de la seguridad.
- Brunei: Pese a que no presenta signos de islamismo radical ni de actuación del Daesh, Brunei no los necesita para poner de manifiesto la preponderancia del islam sobre las demás culturas. Brunei es un sultanato con un 65% de musulmanes suníes que, como hace constar el diario The Telegraph[9], cada vez da pasos más fuertes hacia la islamización de una sociedad que ya lo es bastante; pasos como instaurar la Sharia o dejar sin navidades a los cristianos con la excusa de que ello podía afectar a la fe musulmana. Además, toda disensión popular en este país suele quedar atenuada al ofrecer Brunei un buen nivel de vida a los ciudadanos, y perderlo les supondría pagar un precio muy caro.
Con la excepción de Tailandia, donde existen dudas de una presencia asentada del Daesh, de acuerdo con The Diplomat[10], el resto de países del sudeste asiático (Laos, Vietnam, Birmania y Camboya) no muestran signos de la presencia afianzada de ese grupo terrorista, así como de otros grupos yihadistas importantes. No obstante, todo indica que sí son un objetivo del Daesh en el futuro, un objetivo que éste no se puede permitir, dada su situación en la actualidad.
En este sentido, podemos extraer, del pasado y del presente de la región las características de más peso a la hora de ver que sucederá. Así, recordamos que:
- El yihadismo en el sudeste asiático no es, en ningún caso, un fenómeno nuevo, sino que está asentado y enraizado, sobre todo en los países que hemos señalado como principales (Indonesia, Singapur, Malasia y Filipinas) y en los cuales existen muchos grupos, de entre los que destacan Jemaah Islamiyah y Abu Sayyaf, pero en donde también hay lugar para Ansar Al – Khilafa o Mujahidin Indonesia Timor por ejemplo. Así, el Daesh sólo se ha aprovechado de la existencia de una base yihadista anterior muy importante y esto nos indica que, al estar enraizado el islamismo, la dificultad para detener su expansión y radicalización va a ser costosa.
- Según Al Jazeera[11], otro de los factores que están consolidando la presencia del Daesh en Asia es la vuelta de los “foreign fighters”, que actúan de forma más eficiente ya que su presencia en Irak y Siria les ha proporcionado experiencia de combate. Se trata de un fenómeno que se agrava a cada día que pasa y que tiene, pese a que las fuentes difieren en el número, a más de 1.000 combatientes asiáticos luchando en Oriente Medio, según Al Jazeera. Como se ha dicho, se espera que una gran parte de ese contingente regrese en breve.
- Otro factor a tener en cuenta es la interconexión entre los grupos terroristas locales y el terrorismo internacional que representa el Daesh. La situación actual es de interconexión efectiva, siendo el Daesh el que poco a poco va anexionando grupos y aumentando su capacidad de actuación y daño. Además, estos grupos necesitan de la capacidad del Daesh para operar, como demuestra Brookings[12]. La siguiente imagen recoge algunos de los grupos más importantes que han jurado lealtad al Daesh en la región:
- Por último, de entre estos factores generales hay que destacar la reacción de los gobiernos de los países asiáticos afectados ante la situación. En este sentido, la edición de 2016 de “Freedom in the World” que lleva a cabo The Freedom House[13], habla de una década de descenso democrático en el sudeste asiático. De esta form, se hace patente el descenso de derechos políticos, sociales y culturales en sociedades en las que el extremismo político y cultural se hace más fuerte, lo cual constituye un basamento férreo desde el que asentar un yihadismo más fuerte. Así, la ley de seguridad de Singapur constituye un ejemplo perfecto a la hora de evidenciar esto.
Dichos factores parecen llevar a una conclusión clara: existen factores de peso suficientes como para hablar de un mayor asentamiento del Daesh en el sudeste asiático, basado éste allí donde mejores conexiones ha podido encontrar: Indonesia, Malasia y Filipinas. Por otra parte, se trata de una presencia que en muchos de los casos es capaz de reclutar e influir sobre centenares de personas, aunque la cifra de personas a la que llegan sigue siendo muy baja. Lo preocupante es que pese a ser un número no muy grande, las medidas necesarias para invertir esa tendencia creciente son, dado que el yihadismo lleva tanto tiempo instalado, muy difíciles de llevar a cabo. Se trata de medidas que implican una colaboración estrecha entre los países afectados (una cooperación que no se da ni mucho menos al nivel necesario). Asimismo, se requiere de una ayuda por parte de terceros países, como Estados Unidos, Rusia o China, que pudiese cortar por lo sano el problema.
En suma, el conjunto de medidas necesarias es de tal magnitud, que la inoperancia de los gobiernos actuales pone sobre la mesa la necesidad de una intervención extranjera importante, (no estamos hablando todavía de una vía militar, pero sí de fuerzas de inteligencia y seguridad). No obstante, la posibilidad de que ello se lleve a cabo es más bien pequeña, debido tanto a que el teatro de operaciones de Siria e Irak es el que atrae toda la atención, como a que cualquier intervención de carácter serio en el sudeste asiático supondría contar, de una u otra forma, con el apoyo de China, un país que no solo tiene un montón de intereses en la región, sino que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, lo cual le daría poder para vetar cualquier intento por vía de Naciones Unidas. En definitiva, no hay que olvidar que el panda chino controla a los tigres asiáticos.
The presence of the Islamic State in the Southeast Asia is strong. Nowadays, this region appears to have become an IS fully settled operational theater. According to The Diplomat[1], almost from last March, Daesh has changed its recruiting system by giving priority to the Southeast Asia due to it is suffering in the Middle East (Syria and Iraq). Although Daesh is not the only Islamic radical group on the ground, it is the main one as well as the one who has better funding and armament and, thus, we will focus on this group on this report.
To analyze the present, it is a must to look back to understand the reality. First of all, it is important to claim that the Islamic terrorism is not new in this region, and Daesh is not the first one acting on that region. Actually, as the think tank Radicalization Research[2] proves, the south of Asia has been enduring terrorism since the eighties when the uprising of radical groups, such as Jemaah Al – Islamiyyah. Today, the reality shows that main actors have changed but Jihad, even when it is being sleepy, is still active. In fact, even though Jemaah Al – Islamiyyah has been the most important terrorist group so far (a group linked to Al – Qaeda which carried out an assault on Balí in 2002 where more 200 people died), Daesh have become the main group in the Southeast of Asia, being Al – Qaeda in a secondary position.
Nowadays, it is a must to reflect that the connection amongst so many different kinds of groups in the area and Daesh. Thus, so many of these groups have sworn loyalty to IS and the greatest could be no other than Jemaah Islamiyyah, as it has lost so much importance and it requires IS means and funding. In exchange, Daesh gets access to these terrorist local groups structure and organization all along Southeast Asia and it means it got structures from a well-established organization (30 years in the region). Then, IS has received a great capacity to settle in the South of Asia and to start the recruitment of fighters as The Washington Times[3] says.
On this map, we see Jemaah Islamiyyah strongholds colored in yellow, the same strongholds that Daesh is taking advantage of under local groups indulgence:
So, Indonesia, Malaysia, Singapore and Philippines are the main areas where Daesh is settled and they have turned into the most important logistics center that IS has on the southeast Asia. Specially, the Muslim autonomous region of Mindanao, in Philippines, has to be pointed out as the nexus of that center. Specifically, there is Islamic State settlements in the following countries:
-Indonesia: Daesh is making some Indonesian terrorist groups to swear loyalty to its leader and, even when its capability is limited according to the BBC[4], the probability of Daesh’s attacks within the country is high and it will remain high in the future. However, it is believed that the number of Jemaah Islamiyyah militants (or Daesh ones) is around 2.000 and the atmosphere is particularly full of tension. Furthermore, and according to IPAC, in the future 800 terrorists that are now in prison will go free and, it is thought that 400 prisoners will be released on December 2016; 40% of them will go back the fight.
-Malaysia: Jihadism has been active and growing in Malaysia since 1970. Actually, Jemaah Islamiyyah origins are in this country precisely, being on the nineties and expanded to Indonesia, Philippines, Thailand and Singapore as it is claimed by the Middle East Institute[5]. Moreover, Abu Sayyaf (also loyal to Daesh), has presence in this country as well as in Indonesia. As it is also commented by the Institute, Malaysian authorities have reported an increase of probabilities of jihadists attacks over non-Muslims, especially by those fighters returned from Syria. Moreover, a survey from the Pew Global Attitudes[6] in 2013 shows that, despite there is quite good coexistence between Muslims and non-Muslims in the country and many of them do worry about terrorism, others would accept a suicide attack in order to defend Islam, and that implies that there is room for radicalism in Malaysia. Finally, this country helps terrorism due to the huge lack of interest Government has to tackle this problem. Actually, economic and social policies have made Muslims to become more Muslims than in the past.
-Philippines: Daesh has also presence on this country. Abbu Sayyaf and Jemaah Islamiyyah, from which IS takes power, are located in Philippines focusing its presence in the South of it, especially in Mindanao. According to CNN[7], the autonomous region of Mindanao is becoming to constitute not just a Daesh logistic center as it is a necessary step to those who cross Southeast Asia but a real IS province (Wilayat).
-Singapore: menace terrorism level is also high in Singapore as the think tank Foreign Policy[8] This menace comes from those workers coming from Bangladesh. So, although the majority of them see Singapore as a place to work and earn money, some of them are related to Daesh. As Foreign Policy claims, and because of this foreign workers, this country Government has created a law that allows authorities to detain people without any kind of trial when detained because of terrorism implying that freedom may be restricted so easily. In some cases, detentions may be unfair and could affect people´s behavior in case they do not have freedom enough.
-Brunei: although Brunei does not show any sign of radical Islamism or terrorism within the country, it does not need them to prove that Islam is above all other cultures and religions. Brunei is a sultanate with a 65% Sunni Muslim population and, as The Telegraph[9] highlights, step by step, Islam is becoming more and more important in a country where it always was. For instance, the Sultan´s government has adopted Sharia as main source of law as well as last year, the Sultan decided to ban Christmas as it was thought it could have affected Muslim faith. Moreover, popular dissension does not achieve anything as people has such a good level of life and they do not want to lose it.
Excluding Thailand and according to The Diplomat[10] there is still doubt about Daesh presence on the rest of the Southeast Asia countries: Laos, Vietnam, Burma and Cambodia. Nevertheless, everything suggests that they are a future objective of Daesh.
In this regard, we may extract from the country´s past and present those features that are going to be important in the future. Thus, it may be claim:
- Jihadism in Southeast Asia is not a new phenomenon at all and is well established in the region, especially in those countries we have numbered: Indonesia, Singapore, Malaysia and Philippines. Amongst the main groups carrying out terrorist attacks and recruiting, it stands out Jemaah Islamiyah and Abu Sayyaf mainly, but there are also others, such as Ansar Al – Khilafa or Mujahidin Indonesia Timor. Thus, Daesh is just taking advantage of the basis those groups had created before IS got Southeast Asia. Then, many years will be needed to tackle something that is rooted as jihadism.
- In accordance with Al Jazeera[11], the return of foreign fighters is also bolstering Daesh presence in Southeast Asia. Due to they have been fighting in Syria and Iraq, these fighters have achieved combat skills and experience enough and they are now applying these skills on their countries. Even when sources of information do not agree with how many fighters from southeast Asia went to Syria and Iraq, it is calculated that between 1.000 and 2.000 foreign fighters are in Middle East and are coming back those countries.
- Another factor to keep in mind is the interconnection between local terrorist groups and international ones, which are represented by Daesh. Nowadays, that interconnection works perfectly and it is Daesh who, step by step, is annexing local groups, what increases its power and its scope. Furthermore, and as Brookings[12] reveals, these local groups need IS in order to keep acting, otherwise they are not as able as they were. The following picture shows some of the groups that swore loyalty to IS in the region.
- At last, amongst all these factors, it is important to have a look at the reaction of those countries governments. On this matter, the 2016 edition of “Freedom in the World”, carried out by Freedom House[13], warns that democracy level has diminished all along Southeast Asia. As a consequence of that, we have that political, social and cultural rights go down on these societies at the same time extremism rises. There is no need to say that jihadism may root and spread better if democracy is not strong as the lack of rights usually makes people to support extremism. So, Singapore security law is a perfect example to prove this. But, moreover than that, there is a huge lack of political will to face the problem and for instance.
All these factors lead to a clear conclusion: there is information enough to claim that Daesh presence in the Southeast of Asia is far larger than in the past, and it is so where it finds better connections: Indonesia, Malaysia, Philippines and Singapore. Moreover, it is a presence enough to allow IS to recruit people and to get influence. It worries that, even when this capacity to recruit and act is not that big, the measures needed to deal with terrorism are so difficult to carry out as jihadism is rooted on the Southeast of Asia. First of all, the cooperation between the affected countries should be a must, and it does not exist at any level. Finally, third powerful countries such as United States, Russia or China must give a hand otherwise this matter is not ending up in any good way.
Then, due to Southeast of Asia’ governments have lack of will to tackle jihadism, an intervention from powerful countries is needed to counterattack the terrorists (although we do not mean armies yet, but the presence of intelligence and security forces). However, it is nearly impossible to happen as everybody is focus on Syria and Iraq and because any intervention would have to be approved somehow by China, the biggest actor over the region. China it is also a permanent member of the Security Council, what makes more difficult to act without its permission.
JOAN CABRERA ROBLES
[1] Botobekov. U. (Mayo 2016). Isis and Central Asia: a shifting recruiting strategy. The Diplomat. Recuperado de: http://thediplomat.com/2016/05/isis-and-central-asia-a-shifting-recruiting-strategy/
[2] Francis.M (Febrero de 2012). “Radicalization and Islamist violence in Southeast Asia: the logic of defensive jihad”. Radicalization Research. Recuperado de: http://www.radicalisationresearch.org/debate/sidel-2012-radicalisation-2/
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[8] Sands.G (Mayo 2016).”The Islamic State in Singapore”.Foreign Policy. Recuperado de: http://foreignpolicyblogs.com/2016/05/09/islamic-state-singapore/
[9] Henderson.B (Diciembre 2015). Sultan of Brunei bans Christmas “because it could damage faith of muslims”. The Telegraph. Recuperado de:http://www.telegraph.co.uk/topics/christmas/12063373/Sultan-of-Brunei-bans-Christmas-because-it-could-damage-faith-of-Muslims.html
[10] Shawn.C (Marzo de 2016). “Islamic State in Thailand: a phantom threat?”. The diplomat. Recuperado de: http://thediplomat.com/2016/03/islamic-state-in-thailand-a-phantom-threat/
[11] Cuss.C (Julio 2016). “The returning jihad: ISIL in Southeast Asia”. Al Jazeera. Recuperado de: http://www.aljazeera.com/indepth/opinion/2016/07/returning-jihad-isil-southeast-asia-160710061109667.html
[12] Chinyong.J (Abril 2016). ISIS in the Pacific. “Assessing terrorism in Southeast Asia and the threat to homeland”. Brookings. Recuperado de: https://www.brookings.edu/testimonies/isis-in-the-pacific-assessing-terrorism-in-southeast-asia-and-the-threat-to-the-homeland/
[13] Varios autores. (2016). “Freedom in the World 2016”. The Freedom House. Recuperado de: https://freedomhouse.org/sites/default/files/FH_FITW_Report_2016.pdf