Con el anuncio del fin de la intervención militar francesa en República Centroafricana (Operación Sangaris, desde 2013) , se abre un nuevo periodo de incertidumbre en este estado fallido. Antes de abordar el posible desarrollo futuro de los acontecimientos en la RCA, es necesario hacer una somera revisión de los antecedentes históricos y económicos.
– Entorno de la RCA :
La RCA es un país sin salida al mar, con una extensión similar a la de Francia, y ubicado en la frontera entre la selva centroafricana y el Sahel, aunque se ve afectado por una creciente desertificación. La República Centroafricana comparte frontera con hasta 6 países (Rep. Dem. Congo, Congo, Camerún, Chad, Sudán y Sudán del Sur), algunos de los cuales, especialmente Sudán del Sur, son importantes núcleos de inestabilidad y violencia religiosa.
La República Centroafricana está habitada por 5.5 millones de personas (el 60% menores de 24 años), de entre las cuales un 15% son musulmanes, un 35% practican cultos ancestrales y un 50% son cristianos católicos y protestantes, aunque la influencia de las mencionadas prácticas ancestrales (animismo) sobre los practicantes cristianos es muy significativa. Hay 7 grupos étnicos principales, de entre los que destacan los Baya (33%), los Banda (27%) y los Mandjia (13%).
En cuanto a la economía centroafricana, cabe destacar que el país no ha alcanzado nunca una situación de estabilidad, azotado por continuos golpes de estado que han ido erosionando el sistema e impidiendo el desarrollo. Como acontecimiento económico más reciente encontramos que el PIB del país cayó más de un 36% en 2013, fruto del último golpe de estado perpetrado por los rebeldes Seleka (Musulmanes) de Michel Djotodia.
La República Centroafricana tiene una economía de subsistencia basada en la agricultura (que supone un 50% del PIB), la minería y la producción maderera. Se trata de uno de los países más pobres del mundo (posición 228 de 229; sólo Somalia presenta una inferior renta per cápita – est. 2015), y la situación de inestabilidad política no hace sino empeorar las condiciones del estado que, tras la mencionada caída del 36%, crece hoy a un ritmo de entre un 1 y un 5% al año. Cabe destacar, además, que las condiciones políticas han hecho que los países adheridos al “Proceso Kimberley” rechacen el comercio de diamantes de la RCA por considerarlos de riesgo (diamantes de sangre), por lo que este lucrativo mercado se encuentra, a día de hoy, cerrado parcialmente (con una salida de diamantes muy inferior a la registrada en 2012).
– Antecedentes históricos del conflicto:
La República Centroafricana, a pesar de su perenne inestabilidad desde la independencia de Francia en 1960, no ha experimentado nunca el fenómeno de la violencia religiosa hasta el estallido del último conflicto. Desde 2005, las tensiones étnico-religiosas entre la minoría musulmana (representada en el conflicto por las milicias Seleka) y la mayoría cristiana (cuyos milicianos conforman los grupos Anti-balaka o Anti-machete) han producido el desplazamiento de cerca de 385 mil personas y la emigración forzosa de prácticamente la misma cantidad de refugiados, principalmente hacia Chad.
La historia de esta violencia religiosa comienza en la zona norte de RCA, donde existe la mayor concentración de musulmanes del país, durante la guerra civil que se produjo a raíz de la toma del poder por parte de François Bozizé. Posteriormente, en 2012, se produce el levantamiento Seleka y los milicianos musulmanes toman el gobierno, François Bozizé huye del país y Michel Djotodia asume la presidencia, que abandonará en 2014 incapaz de controlar la creciente violencia entre las milicias musulmanas y sus homólogas cristianas .
Es en este escenario de violencia y caos en el que Francia decide mediar tras la aprobación de su propuesta de intervención en el consejo de seguridad de la ONU . Desde 2013, Francia ha llegado a desplegar hasta 2500 soldados en la RCA .
Un escenario particularmente ilustrativo de la situación actual en RCA puede ser su capital, la ciudad de Bangui, donde los diferentes distritos de la ciudad se encuentran controlados por una u otra milicia armada (los musulmanes se agrupan en el conocido como PK-5 , al oeste de la ciudad) y donde se producen altercados violentos con mucha frecuencia: En definitiva, el estado es incapaz de imponer el orden entre grupos violentos político-étnico-religiosos, que se encuentran enzarzados en un conflicto de odio creciente que sólo la presencia de tropas extranjeras es capaz de contener.
Siendo tal el escenario, la ONU instaló en la RCA una misión de paz permanente (desde 2014), la MINUSCA. Esta misión era un elemento de apoyo para las tropas francesas que, a pesar de retirarse (y conscientes de las limitaciones del contingente de la ONU) mantendrán unidades incrustadas en la misión, así como un mando de drones.
– El futuro sin Francia
La retirada del contingente galo presenta una serie de riesgos críticos para la seguridad del país.
La presencia de una minoría islámica rebelde podría ser un aliciente para la llegada de más radicales, vía Sudán y Chad, a fin de empeorar las condiciones de seguridad en la RCA. Cabe recordar que, tras las derrotas en Oriente Medio, África parece postularse como la mejor opción para la perpetuación de modelos como el de DAESH y no debería despreciarse la posibilidad de que la entrada de ciertos países en la esfera del conflicto religioso pueda favorecer la implantación de organizaciones terroristas que previamente no estaban presentes.
A pesar de ello, el riesgo más importante es que la mayoría cristiana desate una limpieza étnica sobre los centroafricanos musulmanes, siendo especialmente vulnerables las regiones rurales del norte y los distritos musulmanes de Bangui. Si bien las milicias cristianas están pobremente armadas, la incapacidad del ejército centroafricano para afrontar una crisis es manifiesta, y un brote significativo de violencia podría desembocar en un nuevo conflicto civil, toda vez que el ejecutivo no está asentado y que la misión de la ONU probablemente resulte inoperante en caso de un recrudecimiento de la violencia.
En el caso de que se dé cualquiera de estos escenarios y consecuentemente se impida al nuevo gobierno afianzar su control sobre las instituciones, RCA continuará siendo un estado fallido y la única manera de revertir la situación será una nueva intervención francesa.
La estabilidad, por el contrario, aumentaría las perspectivas de crecimiento y llevaría a una reapertura del mercado del diamante. La estabilidad y la seguridad son, para la RCA, el primer paso a dar en la construcción de un estado estable.
With the announcement of the end of the French military intervention in Central African Republic (Operation Sangaris, since 2013), a new period of uncertainty in this failed state starts. Before talking about the possible future development of events in the CAR, a review of the historical and economic background is necessary.
– CAR Facts:
The CAR is a landlocked country, with an extension like France, and located on the border between the Central African jungle and the Sahel, although it is affected by increasing desertification. The Central African Republic shares borders with up to 6 countries (Democratic Republic of Congo, Congo, Cameroon, Chad, Sudan and South Sudan), some of which, especially South Sudan, are important centres of instability and religious violence.
The Central African Republic is inhabited by 5.5 million people (60% under 24), of whom 15% are Muslims, 35% practice ancestral cults and 50% are Catholic and Protestant Christians, although the influence of the abovementioned ancestral practices (animism) over Christian practitioners is very significant. There are 7 main ethnic groups, among which are the Baya (33%), Band (27%) and Mandjia (13%).
As for the Central African economy, it should be noted that the country has never reached a situation of stability, hit by continuous coups that have harassed the system and stopped the development. As a recent economic event, we find that the country’s GDP fell by more than 36% in 2013, because of the last coup perpetrated by Michel Djotodia’s Seleka (Muslim) rebels.
The Central African Republic has a subsistence economy based on agriculture (accounting for 50% of GDP), mining and timber production. It is one of the poorest countries in the world (228 out of 229, only Somalia has a lower per capita income – est. 2015), and the situation of political instability only worsens the conditions of the state which, after the fall of 36%, is growing at a rate of between 1% and 5% per year. It should also be noted that political conditions have led the countries adhering to the «Kimberley Process» to reject RCA’s diamond trade, marking the diamonds as risky (blood diamonds), so this lucrative market is, on today, partially closed (diamond output much lower than registered in 2012).
– Historical background of the conflict:
The Central African Republic, despite its perennial instability since the independence of France in 1960, has never experienced the phenomenon of religious violence until the outbreak of the last conflict. Since 2005, ethnic-religious tensions between the Muslim minority (represented in the conflict by the Seleka militias) and the Christian majority (whose militiamen form the Anti-balaka or Anti-machete groups) have caused the displacement of about 385 thousand people and the forced emigration of virtually the same number of refugees, mainly to Chad.
The history of this religious violence begins in the northern side of RCA, where is the largest concentration of Muslims in the country, during the civil war that took place following the seizure of power by François Bozizé. Later in 2012, the Seleka uprising took place and the Muslim militia took over the government, François Bozizé fled the country and Michel Djotodia assumed the presidency, which he would abandon in 2014 unable to control the growing violence between Muslim militias and their Christian counterparts.
Is in this scenario of violence and chaos in which France decides to mediate after the approval of its proposal of intervention in the UN security council. Since 2013, France has deployed up to 2,500 soldiers in the CAR.
A particularly illustrative scenario of the current situation in RCA may be its capital, the city of Bangui, where the different districts of the city are controlled by one or another armed militia (Muslims are grouped in the PK-5, The state is unable to impose order among violent political-ethnic-religious groups, who are locked in a conflict of increasing hatred that only the presence of Foreign troops can contain.
Regarding this violent scenario, the UN installed in the CAR a permanent peace mission (since 2014), the MINUSCA. This mission was an element of support for French troops who, despite withdrawing (and aware of the constraints of the UN contingent) will keep units embedded in the UN’s contingent, as well as a drone team.
– A future without France
The withdrawal of the French contingent presents several critical risks for the security of the country.
The presence of a rebellious Islamic minority could be an incentive for the arrival of more radicals, via Sudan and Chad, interested in a worsening of the security conditions in the CAR. It is important to remember that, after the defeats in the Middle East, Africa seems to be becoming the best option for the perpetuation of organizations like DAESH, and it won’t be discarded the possibility that the entrance of some countries in the religious-conflict sphere could stimulate the implantation of new terrorist organizations, not formerly present.
Despite this, the most important risk is that the Christian majority starts an ethnic cleansing over Muslim Central Africans, being the rural regions of the north and the Muslim districts of Bangui especially vulnerable. Although the Christian militias are poorly armed, the inability of the Central African Army to confront a crisis is clear, and a significant outbreak of violence could lead to a new civil conflict, since the government is not settled and the UN mission Is likely to be inoperative in the event of a resurgence of violence.
If any of these scenarios occur, and if consequently the new government is unable to consolidate its control over the institutions, CAR will continue to be a failed state and the only way to reverse the situation will be a new French intervention.
Stability, on the other hand, would increase growth prospects and may bring a reopening of the diamond market. Stability and security are, for the CAR, the first step in the construction of a stable state.
FERNANDO LAMAS MORENO
[1]http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/30/actualidad/1477851880_185299.html
[2]https://www.cia.gov/library/publications/the-world-factbook/geos/ct.html
[3] https://www.globalwitness.org/en/campaigns/forests/bloodtimber/
[4]http://www.europapress.es/internacional/noticia-onu-advierte-caos-rca-podria-acabar-conflicto-etnico-religioso-20131126111620.html
[5]http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/30/actualidad/1477851880_185299.html
[6]http://www.elmundo.es/internacional/2016/05/14/5735fe4be2704ef11c8b4585.html
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