Esta pasada semana se ha celebrado en la ciudad de Lima, Perú, la cumbre Asia-Pacífico (APEC), en la cual se reúnen 21 de los países más potentes económicamente hablando de la región, como China, Estados Unidos, Rusia o Japón. En ella se han centrado principalmente en la defensa del sistema de libre comercio como forma de prosperidad para las distintas economías frente a la intención del futuro presidente Trump de imponer de nuevo un sistema económico proteccionista en la mayor economía del mundo[1].
Aunque en esta cumbre haya asistido el todavía presidente Obama no ha podido hacer nada por defender la posición estadounidense ya que en sus 8 años de mandato ha estado promoviendo activamente la creación de una zona de libre comercio en la región conocida como TPP (Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica) y el presidente entrante ya ha dicho que nada más llegar al poder se retirara del mismo, echando por tierra todos los logros cosechados en este ámbito.
Este acuerdo además dejaba fuera a China, la segunda economía mundial, con el objetivo de que esta zona hiciera de contrapeso a la influencia china y así además poder mantener la influencia que viene ejerciendo los EE.UU. desde hace años[2]. Es por ello que el presidente Xi anuncio durante la cumbre que su apuesta por el libre comercio será doble para intentar ocupar el espacio que dejara la economía estadounidense, y especialmente en Latinoamérica[3], una región donde llevan ejerciendo una gran influencia desde la formulación de la Doctrina Monroe.
El resto de países miembros del TPP y posibles aspirantes a formar parte del mismo dejaron claro durante la cumbre que no están dispuestos a renunciar al acuerdo que tanto tiempo ha llevado negociar y que les generara múltiples beneficios económicos, por lo que han expresado que el mismo continuara adelante con o sin la presencia de los EE.UU. dentro del mismo[4].
Con todo esto lo que se puede ver es el evidente giro de 180 grados que Trump está dispuesto a dar a la política exterior y económica de EE.UU. Si bien hace años acertó al señalar el Océano Pacífico como el futuro eje económico del mundo, especialmente la zona asiática, Trump está cayendo en el mismo error que los británicos al pensar que ellos solos son capaces de salir delante de mejor forma que en conjunto a través de acuerdos, si bien aún no tenemos datos concretos de si Trump llevara a cabo estas decisiones y de cómo lo hará llegado el caso. La cuestión es que China no está dispuesta a esperar y ya está moviéndose en todos los ámbitos, lo cual le puede conferir una enorme ventaja sobre EE.UU. que puede ser fatal para este.
This last week it has been held in the city of Lima, Peru, the Summit Asia-Pacific (APEC), which brings together 21 of the most powerful economical countries in the region, including China, United States, Russia and Japan. It has been centred mainly in the defence of the system of free trade as a form of prosperity for the different economies facing the intention of the future President Trump of imposing again an economic protectionist system in the first economy of the world[1].
Although in this Summit the still President Obama has assisted, he couldn’t have made nothing to defend the American position that he has been defending for 8 years of mandate, promoting actively the creation of a free trade area in the region known as TPP (Trans-Pacific Partnership) and the incoming President has already said that when he will reach the power he will withdraw of the same, casting by land all those achievements harvested in this area.
This agreement also left out China, the second world economy, with the aim that this area did counterweight to china’s influence and thus also to maintain the influence that comes to exercise the United States for years[2]. Is for this that the President Xi announced during the Summit that his bet for the free trade will be double, trying to occupy the space that will leave the American economy, and especially in Latin America[3], a region where they have had a great influence since the formulation of the Monroe doctrine.
The rest of the countries members of the TPP and possible aspiring to form part of it cleared during the Summit that they are not willing to give up the agreement that has took so many time to negotiate and that generates multiple economic benefits, by what they have expressed that they will continue forward with or without the presence of the U.S. within the same[4].
With all this what is can be seen is the apparent turn of 180 degrees that Trump is willing to give to the foreign and economic politics of USA. While many years ago they nailed noticing the Pacific Ocean as the future economic axis of the world, especially the Asian area, Trump is falling in the same error that the British did, thinking that they alone are capable of exiting ahead in a best way that in joint through agreements, while we still not have data concrete of if Trump will take to out these decisions and of how it will make it arrived the case. The issue is that China is not willing to wait and already is moving in all the areas, which can confer a huge advantage on US that can be fatal for this.
JORGE GARCÍA ALONSO DE CELADA
[1] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/18/america/1479495356_710127.html
[2] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/19/actualidad/1479575479_798498.html
[3] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/16/actualidad/1479299756_340447.html
[4] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/20/actualidad/1479680654_545868.html