Roberto Mateos (Director y Jefe de Seguridad)
El Daesh tiene una serie de publicaciones periódicas en las que fomenta el odio y la destrucción; en ellas forma a sus acólitos en el manejo del terror y enseña a cometer atentados, instruyendo, en todas sus fases, a aquellos a los que anima a cometerlos, siempre bajo la premisa de que estos actos son aprobados y bendecidos por la religión islámica. En Europa y Estados Unidos, estas difusiones propagandísticas tienen un calado importante entre sus seguidores, pues en los últimos atentados cometidos con vehículos, se han seguido al pie de la letra todos y cada uno de los puntos que estas publicaciones dictaban: la utilización de vehículos pesados para arrollar y causar el mayor número de víctimas y la preparación de cada una de las fases de un atentado hasta su ejecución y huida, estaban claramente definidas en un artículo yihadista de hace apenas dos meses.
Recientemente en una de estas últimas revistas y continuando esta línea de adoctrinamiento y adiestramiento, en Rumiyah 5, se insta a cometer atentados utilizando elementos fáciles de conseguir y que no llamen la atención a la hora de adquirirlos, como los Cócteles Molotov.
El cóctel Molotov es una bomba incendiaria de fabricación casera, para cuya elaboración se utilizan elementos cotidianos y que están al alcance de cualquiera. Su nombre proviene de Vyachislav Molotov, ministro de Asuntos Exteriores de Stalin; aunque fue inventado en la Guerra Civil Española. Está compuesto principalmente por cuatro elementos: una botella de vidrio, liquido inflamable, liquido impregnante y una mecha. Su utilización actual está ligada al vandalismo y a los conflictos urbanos, aunque en otros tiempos se utilizó como arma de guerra.
En este último magazine, aparte de instruir en su construcción, también se dan pautas de utilización y modus operandi, con el fin de hacer el mayor daño material posible y también causar el mayor número de bajas. Esta última instrucción se trata de un verdadero manual de guerra, en el que se indica cómo, cuándo y dónde atentar.
Todo atentado terrorista pasa por una serie de fases para su ejecución, en una primera fase se elabora una lista de posibles objetivos a los que atentar, en este caso, estos objetivos vienen marcados y definidos en las publicaciones terroristas aunque de manera general. En una segunda fase se realizará, por parte de terrorista, un estudio detallado de los posibles objetivos a los que puede acceder con las máximas garantías de éxito, descartando aquellos que puedan ofrecer una fuerte resistencia o cuyas medidas de seguridad imposibiliten la ejecución del atentado. Después de haber estudiado la posible viabilidad de los objetivos, en una tercera fase, el terrorista elegirá uno de ellos y según los datos recogidos en la anterior fase, elegirá el más vulnerable, que también será el más fácil de ejecutar y el que mayores probabilidades de éxito tenga. En una cuarta fase y tras haber elegido el objetivo, el terrorista iniciara una vigilancia detallada, en la que tomará datos valiéndose de la observación directa, fotografías, estudio de recorridos, tiempos, etc., analizando todos los detalles que rodean a su objetivo. Tras haber recopilado al detalle toda la información del objetivo, el terrorista, en una quinta fase, realizará la planificación del atentado, preparando los detalles del mismo, la elección del arma, vestimenta, recorrido, momento y lugar, etc. Una vez tenga planificada la acción terrorista, en una sexta fase pre-atentado, el terrorista se acercará al objetivo de nuevo, en una fecha muy próxima a la ejecución, para comprobar que todo está en su lugar y no hay ningún contratiempo. Hasta aquí, es posible detectar y anular el atentado, bien porque las circunstancias del objetivo hayan cambiado o porque se haya detectado y neutralizado al terrorista. En la séptima fase, la ejecución del atentado, la experiencia nos dice que es muy difícil evitar la catástrofe a no ser que el terrorista cometa algún fallo o error. La última fase corresponde a la huida del lugar del atentado que por lo general esta previamente definida por el ejecutor, dentro de esta fase, también cabe la posibilidad de que el mismo se entregue o de que se trate de un ataque suicida.
En anteriores publicaciones y en las redes sociales, los terroristas del Daesh han utilizado hasta la saciedad imágenes de París en llamas, como una clara amenaza de incendio y destrucción de la ciudad. En esta última edición, amenazan directamente con quemar el First Baptist de Dallas en Estados Unidos, un referente complejo de culto y que acoge actividades cristianas; además fija como objetivos de ataque con cócteles molotov en Europa y Estados Unidos edificios de apartamentos, áreas forestales cercanas a zonas residenciales, fábricas de automóviles, muebles, prendas de vestir, estaciones de servicio, hospitales, bares, clubes nocturnos, bancos, salas de exposiciones de automóviles, escuelas, universidades…
Frente a esta amenaza, los profesionales de seguridad deberán prestar especial atención en los controles de acceso que tengan encomendados el intento de pasar por los mismos botellas o envases de vidrio así como cualquier recipiente que pueda contener líquidos inflamables y también a ciertas indumentarias que presumiblemente podrían utilizar los terroristas para protegerse del fuego como ropa ignífuga, gorros, guantes y gafas.
En materia de terrorismo, las fuerzas y cuerpos de seguridad españolas, así como los servicios de inteligencia, tienen una dilatada experiencia que las posiciona muy por encima del resto de Europa, así lo demuestra el gran número de detenciones de presuntos terroristas del Daesh en nuestro país y la desarticulación de varias células a punto de atentar. Aun así y pese a este bagaje de nuestros protectores, es indispensable la colaboración ciudadana en esta materia, desde nuestra posición como ciudadanos debemos estar atentos a nuestro entorno, fijarnos en actitudes y elementos poco corrientes que puedan destacar de la normalidad de nuestro día a día y ante cualquier incidencia siempre informar, actitudes como cerrar puertas de acceso comunes tras nuestro paso, no abrir a desconocidos, y observar lo que nos rodea, son medidas de seguridad básicas que debemos de aplicar en nuestros centros de trabajo o nuestros domicilios, la seguridad es cosa de todos.
ROBERTO MATEOS
Muy bueno el texto y desarrollo del mismo, al mismo tiempo bien documentado.
Da gusto leer un documento basado en información verídica y real.
No pares de trabajar de esta forma.
Gracias por tu esfuerzo de informar.