ANTONIO SÁENZ PECO- Political analyst
El conflicto de Darfur , eminentemente étnico, tiene su origen en el año 2003 derivado de la marginación histórica y la opresión ejercida por las autoridades de Jartum hacia las numerosas tribus de raza negra que viven en esta región, condenándolas durante décadas al subdesarrollo. La formación de milicias rebeldes sublevadas contra el gobierno provocaron una brutal contrainsurgencia por parte del ejército sudanés. La ofensiva, principalmente aérea, estuvo coordinada con milicias árabes (conocidas localmente como milicias Janjawid) respaldadas y armadas por el Gobierno. Se recurrió a la táctica militar de la ”tierra quemada”, minando así las esperanzas de un posible retorno de aquellos que consiguieron huir de una ofensiva que tomó tintes de limpieza étnica y que dejó un balance de más de 300 mil muertos y 2.7 millones de desplazados.
La atención mediática sobre el conflicto ha disminuido de forma drástica en los últimos años, prácticamente hasta el punto de hacerlo olvidar. Sin embargo, Darfur continúa siendo una región marcada por la opresión y la violencia política, representando un claro ejemplo de desastre humanitario. La crisis que vive esta región desértica de Sudán (con una superficie aproximada a la de la Península Ibérica) no podrá resolverse mientras no se ataquen las bases sociopolíticas del conflicto.
El Congreso estadounidense ha anulado recientemente parte de las sanciones económicas impuestas a Sudán de forma unilateral en 1997 por la administración Clinton y planea eliminarlo de su lista de países promotores del terrorismo. Lo hace en respuesta a la colaboración prestada por el gobierno de Jartum en la lucha contra la yihad internacional y por supuestos avances por parte del ejecutivo sudanés en el respeto a los derechos humanos.La medida ha sido bien recibida por parte de la ONU alegando las repercusiones negativas que tienen las medidas coercitivas unilaterales en el ejercicio de los Derechos Humanos.
Sin embargo, la realidad en Darfur nos muestra que Omar Al-Bashir sigue promoviendo el terror, en tiempos recientes mediante el uso de armas químicas lanzadas desde aviones de transporte Antonov del ejército sudanés contra la población civil en la región de Yebel Marra. Se trata de una cordillera volcánica que abarca 5 mil kilómetros cuadrados y alberga en torno a 1.500 aldeas. Durante los seis primeros meses de año 2016 fueron documentados por Amnistía Internacional (AI) 30 ataques con armas químicas, que provocaron la muerte de 367 personas, la mayoría niños.
La investigación realizada por parte de AI suma a los ataques realizados durante el año 2016 con armas químicas otras graves infracciones del derecho internacional humanitario, como son “el bombardeo de civiles y bienes civiles, el secuestro y homicidio ilegítimo de civiles, la violación de mujeres, el desplazamiento forzado de un cuarto de millón de civiles, el saqueo, así como la destrucción de poblaciones enteras. El informe se basa en más de 200 entrevistas a víctimas, imágenes satélite que muestran más de 170 aldeas arrasadas y diversos análisis médicos independientes de las heridas de las víctimas, revelando el uso por parte de la aviación de Jartum de sustancias tóxicas como la lewisita, la mostaza sulfurada o la mostaza nitrogenada. Pese a las evidencias, ninguna nación ha denunciado formalmente los hechos para promover una investigación.
El día 12 de enero del presente año fue elegido como nuevo jefe para la misión híbrida para el Mantenimiento de la Paz UNAMID al diplomático sudafricano, J.K. Mamabolo, el cual tiene el reto de cumplir con el principal objetivo de la misión, proteger a la población civil ante la amenaza de ataques y hacer frente a la reciente proliferación de armas en la región. Esta misión fue desplegada en el año 2007 de forma conjunta por la ONU y la Unión Africana y actualmente cuenta con una dotación de 19.248 efectivos uniformados. Podemos afirmar que el fracaso de la misión ha venido determinado tanto por las constantes reticencias y la nula colaboración del gobierno sudanés como por no contar con las capacidades necesarias para hacer cumplir su mandato de forma eficaz. El gobierno de Jartum ha limitado el acceso de la misión UNAMID a la región de Yebel Marra, impidiendo así que se informe sobre el reciente uso de armas tóxicas por parte del ejército.
Una investigación realizada por Amnistía Internacional entre octubre de 2015 y octubre de 2016 (basada en 84 entrevistas a estudiantes en el exilio) pone de manifiesto que tiene lugar en Sudán una represión sistemática contra todos aquellos que condenan públicamente las violaciones humanitarias en Darfur, esta represión política llega al asesinato y tiene especial virulencia en el entorno universitario. En este sentido, el Servicio de Inteligencia y Seguridad Nacional de Sudán (NISS) está involucrado en numerosos casos de malos tratos, arresto injustificado, tortura, persecución y expulsión del país. La represión ejercida por los agentes de inteligencia cuenta con la colaboración de grupos de estudiantes afines al Partido del Congreso Nacional, la formación en el gobierno, a los cuales se les conoce como “Unidades Yihad”. Los estudiantes víctimas de la represión son acusados de afinidad y colaboración con grupos armados contrarios al gobierno.
En el año 2010 la Corte Penal Internacional culpó a Omar Hassan Al-Bashir de haber cometido crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio en su ofensiva militar sobre Darfur (2003-2008). A día de hoy, Al-Bashir continúa evadiendo su detención pese a las reiteradas órdenes de arresto emitidas desde la Haya. La impunidad de Al-Bashir tiene lugar gracias a la complicidad de gobiernos como el de Sudáfrica, país que visitó en 2015 sin ser arrestado. O más recientemente, Uganda, que pese a estar incorporada al derecho de la CPI desde 2010, permitió en el pasado año 2016 su visita al país para asistir a la toma de posesión del presidente Yoweri Museveni.
Darfur conflict, eminently ethnic, can trace its history back to 2003 derived from historical marginalization and the oppression by the Khartoum authorities against the numerous black tribes who live in this region, forcing these people to live in underdevelopment. The integration of armed rebel militias rose up against the government provoked a brutal counter-insurgency by Sudanese Army. The offensive, mainly aerial, was coordinated with Arab militias (known locally as the Janjaweed militias) backed and armed by the Government, Was employed «scorched earth» tactic, undermining any hope about a possible return of those who managed to flee to the safety of an offensive of ethnic cleansing , leaving a balance of more than 300 thousand deaths and 2,7 million displaced people.
The media attention covering the conflict has fallen drastically in recent years, to the point of forgetting. But nevertheless, Darfur remains to be a region marked by oppression and political violence and represent a clear example of a humanitarian disaster. The crisis suffered by this extensive Sudanese desert region will be not possible to solve without attacking socio-political roots of the conflict.
The U.S. Congress has recently cancelled part of the sanctions against Sudan imposed unilaterally in 1997 by the Clinton Administration and plans to remove it from the list of countries who promote terrorism . This has been done in response to the collaboration of Khartoum in the fight against yihadist terrorism and alleged advanced of the Sudanese government in the respect of Human Right. The measure has been well received by the UN that alleged the negative impact of unilateral coercive measures on the enjoyment of human rights
However, reality shows that President Omar Al-Bashir continues promoting terror. In recent times through the use of chemical weapons air-launched by Antonov cargo aircraft against the civilian population in the Jebel Marra region. This is a volcanic range, which extends across 5 thousand square kilometres and host around 1.500 villages. During the first six month of 2016 were documented by Amnesty International (AI) 30 attack with chemical weapons, resulting in the death of 367 civilians, most of them were children.
The research carried out by AI added to those attacks executed during 2016 other grave violations of international humanitarian law, such as “bombardment of civilians and civilian property, kidnapping, unlawful killing, the rape of women, forced displacement of the population, the plundering and the total destruction of villages”The report is based in over 200 interviews with victims, satellite images that show over 170 villages razed and various independent analyses and medical tests of the wound of victims, disclosing the use by Khartoum´s aviation of toxic substances such as Lewisite, sulphur mustard or nitrogen mustard. Despite the evidences, no nation has formally denounced the facts to promote an investigation.
On 12 January of current year was appointed as new head of the hybrid peacekeeping force for Darfur (UNAMID) the South African diplomat, J.K. Mamabolo, which is intended to achieving the mision main objective, to protect civilians over the threat of attacks and face the reacent proliferation of weapons in the region. This mission was deployed in 2007 jointly by U.N. and African Union, currently is endowed by 19.248 contingent military personnel. We can affirm that the failure of the mission has been determined by the continuous reticences and the complete absense of collaboration from the Sudanese government combined with the lack of capacities necessary to enforce effectively its mandate. Khartoum government has limited the access of UNAMID mission to Jebel Marra region, thereby preventing the reporter concerning the recent use of toxic weapons by the army.
A research carried out by Amnesty International between October 2015 and October 2016 (based on interviews with 84 students in exile) shows that is taking place in Sudan the systematic repression against all those who dare speak out against human rights violations in Darfur. This political repression may result in death and put a particular focus in the university environment. In this context the National Intelligence and Security Service (NISS) is involved in numerous cases of ill-treatment, unjustified detentions, torture, persecution and expulsion from the country. The agents of Sudan´s intelligence count with the collaboration of student supporter of the rulling National Congress Party, known as “Jihad Units”. The students victims of the repression are accused of affinity and collaboration with anti-Government armed groups.
In 2010, the International Criminal Court blamed Omar Hassan Al-Bashir for war crimes, crimes against humanity and genocide during its military offensive in Darfur (2003-2008). To date, Al-Bashir continues evading his detention despite repeated arrest warrands issued from the Hague. The impunity of Sudanese President takes place thanks to the complicity of Government such as South Africa´s, country he visited in 2015 without being arrested. Or more recently, Uganda, that even though be incorporated into ICC law since the year 2010, the last year 2016 allowed his visit to the country to attend the inauguration of the president Yoweri Museveni.
Antonio Sáenz Peco
http://www.aljazeera.com/news/2016/09/amnesty-sudan-carried-chemical-attacks-darfur-160929043759049.html
https://www.nytimes.com/2016/10/03/opinion/poisonous-smoke-in-darfur.html?_r=0
http://cajnewsafrica.com/2017/01/20/varsity-students-killed-for-darfur-protests/
http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=56009#.WIKVgxvJyM8
http://www.african-defense.com/defense-news/sudan-accused-of-using-chemical-weapons-in-darfur/
http://www.unitedexplanations.org/2016/11/21/los-gases-de-la-muerte-en-darfur/
https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/05/uganda-president-al-bashir-must-be-arrested-and-surrendered-to-the-icc/
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/sudan-hallados-indicios-creibles-del-uso-de-armas-quimicas-en-darfur-para-matar-y-mutilar-a-cien/
https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/stop-a-los-ataques-por-motivos-politicos-contra-estudiantes-de-darfur/