La última reunión de la OTAN, celebrada el pasado 25 de mayo para inaugurar su nueva sede central y dar la tradicional bienvenida al presidente norteamericano, acabó con dos nuevos cambios que van a marcar el futuro próximo de la OTAN.
El primero fue la aprobación, el pasado jueves, por parte de los 28 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) del ingreso de un nuevo país eslavo, Montenegro, tras su proposición de adhesión el pasado mes de Diciembre. Montenegro, procedente de la descomposición de la antigua Yugoeslavia, con una población de más de 600.000 habitantes y con poco menos de 10 años de vida como república independiente, se va a convertir en el vigésimo noveno estado de la OTAN.
Pero su proceso de integración no será inmediato, puesto que aún tiene que conseguir la aprobación de todos los parlamentos nacionales de todos los estados miembros, un proceso que puede tener una duración de hasta dos años.
Por consiguiente, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, apuntó que “todavía quedan reformas pendientes en el país balcánico para reforzar el Estado de derecho, la lucha contra la corrupción y la construcción del apoyo ciudadano». Por lo que este último paso le proporcionaría el tiempo suficiente para conseguir cumplir las condiciones de acceso a la alianza.
La última vez que la OTAN se amplió fue en 2009, también con la adhesión de otros dos Estados balcánicos: Croacia y Albania. Sin embargo, la entrada de un país de la antigua esfera de influencia soviética se ha producido en medio de un contexto de deterioro de las relaciones entre la organización atlántica y Rusia a causa de los conflictos de Ucrania y Siria.
Rusia ya protestó con anterioridad contra la iniciativa de invitar a Montenegro a ser parte de la OTAN. Y la reciente reacción rusa se produjo paralelamente a la de los grupos opositores montenegrinos que “piden que se celebre un referéndum para que sea el propio pueblo quién decida” sobre la integración del país en la alianza. Recordemos que la integración de la propia España en la OTAN, se produjo tras un referéndum nacional al respecto de dicha adhesión.
La opinión pública del país está dividida respecto a la OTAN, con un 47 % que apoya el ingreso del país en la Alianza, mientras que un 38 % lo rechaza, según una reciente encuesta. No hay que olvidar que la Alianza Atlántica bombardeó el país, entonces unida con Serbia (Serbia-Montenegro era la denominación oficial) parte de Yugoslavia, entre marzo y junio de 1999 en medio de la denominada guerra de Kosovo. De hecho, los bombardeos tuvieron lugar sin autorización previa de la ONU, por lo que son muchas las voces que los consideran crímenes de guerra.
El analista en asuntos balcánicos Tim Judah señala que un buen número de los que se oponen a la entrada en la OTAN son nacionalistas serbios, los mismos que rechazaron en 2006 la independencia. «No quieren que les pase como a Ucrania con Rusia. Ahora Serbia no es una amenaza para ellos, pero quién sabe si lo será en 10 años», añade. “Los rusos seguirán manteniendo lazos importantes con las elites de estos países, como Montenegro, e intentarán influir en Europa desde dentro del sistema, como un caballo de Troya», concluye.
Por tanto, “uno de los principales objetivos de Rusia es reafirmarse como una gran potencia mundial”, considera Hannah Thoburn, investigadora del ‘think tank’ Hudson Institute. Por ello Rusia ha sido percibida por la OTAN como una “amenaza” a su estabilidad. Por ello, desde hace tiempo, pretexta la “amenaza” rusa para acumular fuerzas militares cerca de las fronteras rusas. La OTAN inició hace poco ,en diferentes países del sureste europeo, ejercicios militares a gran escala, denominados Noble Jump, con la participación de unos 4.000 soldados y 500 vehículos militares, con el fin de examinar la capacidad de la Alianza Atlántica para desplazar grandes cantidades de fuerzas y equipos en la región.
Entre tanto, el Departamento de Defensa estadounidense anunció que cerca de 9.000 efectivos, ocho aviones de combate F-16, cuatro aviones cisterna KC-135 Stratotankers y unos tres avión de espionaje AWACS E-3 de la Fuerza Aérea, participan ya en masivos ejercicios de la Alianza en la región del mar Báltico, denominados BALTOPS, en los que también toman parte otras 14 naciones aliadas de la OTAN.
Dicho creciente aumento del despliegue militar, el más grande desde el fin de la Guerra Fría, contradice las declaraciones que han tenido hasta el momento los líderes europeos, abogando que no tienen una actitud hostil hacia la potencia rusa, incluso que el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, insistió el domingo en que “la OTAN no es una amenaza para Rusia, sino que debe considerar su futuro ligado a Europa”.
Por todo ello, los intentos de la OTAN para cambiar el panorama político en Europa, suponen una complicación para la potencia rusa y afectan inevitablemente a los intereses rusos. Y, ante la existencia de más candidatos rezagados a sumarse a la Alianza (como son Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Georgia) esta situación obligará a Rusia a responder proporcionalmente si no quiere perder fuerza en este pulso por la hegemonía europea. Y no hay que olvidar que el tamaño de la economía Rusa es 23 veces menor que la de los países de la OTAN (PIB de USA + UE: 30 Billones USD vs 1,3 Rusia).
El segundo cambio que se produjo en esta reunión fue la decisión de la alianza de formar parte de la coalición internacional que lucha contra el grupo terrorista DAESH en Irak y Siria. Su intervención será indirecta (sin pisar campo de batalla) dando apoyo y financiación y ampliando la presencia de sus potentes aviones de vigilancia AWACS. “No volveremos a una operación de combate”, recalcó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Puede que esta decisión haya sido tomada tras la presión ejercida por el presidente Trump de aumentar el compromiso de los miembros de la OTAN a destinar un 2% de su PIB a Defensa y de que tuvieran una mayor involucración en la coalición, liderada por Washington que realiza ataques aéreos contra Daesh en Siria e Irak desde 2014 y donde se encuentran sumados más de 60 naciones.
En sus primeros pasos, la OTAN adoptó en su Concepto estratégico (CE)- documento oficial que especifica los objetivos permanentes de la alianza, así como las misiones fundamentales de seguridad- se basó en una creciente aproximación a los conceptos y nociones de cooperación y seguridad complementados, en este caso, con las citadas estrategias de disuasión y defensa.
En 1991, con la desaparición de la URSS y del Pacto de Varsovia, la recuperación de la soberanía de las “repúblicas populares” de Europa Central y la independencia de los Países Bálticos, este CE cambió. Se basó en la concentración de aspectos de defensa y disuasión, en los que imperaban las estrategias de Defensa Adelantada y Respuesta Flexible. Por tanto, su principal objetivo era defender y salvaguardar la estabilidad de Europa.
Pero, a partir de los atentados del 11-S el interés estratégico de la Alianza se trasladó hacia el terrorismo transnacional y hacia Oriente Medio, como después constataría el Concepto Estratégico del 2010 todavía vigente.
Este Concepto Estratégico del año 2010 ha venido recogiendo la experiencia de las intervenciones de la Alianza en los diferentes conflictos en su zona de referencia y en el exterior de ella. Se basa en la disuasión y defensa- tanto convencional como nuclear-, control de armamentos, preocupación por el número desmesurado de misiles de corto alcance rusos en Europa, lucha contra el terrorismo, defensa antimisiles, ciberseguridad, seguridad cooperativa, partenariado con todas las organizaciones mundiales, etc.
Es evidente que en la actual situación, marcada especialmente por la problemática expansión del terrorismo yihadista y por el aumento de los atentados en suelo europeo (el último ocurrido ayer en la capital francesa), van a configurar y perfilar este nuevo concepto estratégico, basándose en la no intervención y en la acción indirecta. Sin olvidar las últimas anexiones de la Federación Rusa, la cuestión de Ucrania, el flanco sur de Europa balcánica y la amenaza tanto de Irán como de Corea del Norte van a tener un papel protagonista en el futuro inmediato de la OTAN.
Lo más complejo es ver si los europeos serán capaces de convertir sus diferentes crisis, desacuerdos, angustias y frustraciones en una actitud constructiva que permita una mayor responsabilidad hacia sí mismos y hacía su socio americano, así como el establecimiento de una mayor eficacia a la hora de abordar los problemas.
Pero, por ahora, en el contexto de los desafíos políticos y en materia de seguridad, sin un liderazgo firme y claro, predomina la consideración estratégica elemental: resulta más fácil y barato preparar la defensa que una posible ofensiva preventiva. Olvidamos siempre el pasado. Parafraseando a los clásicos: Si vis pacem, para bellum.
The first one was the approbation, the last Thursday, on the part of the 28 countries member in The North Atlantic Treaty Organization (NATO) of the revenue of a new Slavonic country, Montenegro, after his proposition of adhesion last December. Montenegro, proceeding of the decomposition of the former Yugoslavia, with a population of more than 600.000 inhabitants and with little less than 10 years of life as independent republic, is going to turn into the twenty-ninth sate of the NATO.
But his process of integration will not be immediate, since it yet has to obtain the approval of all the national parliaments of all the member states, a process that can have duration of up to two years.
Consequently, the secretary general of the NATO, Jens Stoltenberg, aimed that «still hanging reforms stay in the Balkan country to reinforce the Constitutional state, the fight against the corruption and the construction of the civil support «. For what the latter step would provide him the sufficient time to manage to fulfill the conditions of access to the alliance.
The last time that the NATO extended was in the 2009, also with the adhesion of other two Balkan States: Croatia and Albania. Nevertheless, the entry of a country of the former sphere of Soviet influence has been produced in the middle of a context of deterioration of the relations between the Atlantic organization and Russia because of the conflicts of Ukraine and Syria.
Russia already protested previously against the initiative to invite Montenegro to be a part of the NATO. And the recent Russian reaction happened parallel to that of the groups opponents Montenegrin that «ask that a referendum should be celebrated in order that it is the own people who decides » on the integration of the country about the alliance. Let’s remember that the integration of the own Spain in the NATO, was produced after a national referendum with regard to the above mentioned adhesion.
The public opinion of the country is divided with regard to the NATO, with a 47% that supports the revenue of the country in the Alliance, while a 38% rejects it, according to a recent survey. It is not necessary to forget that the Atlantic Alliance bombarded the country, then joined with Serbia (Serbia – Montenegro was the official name) part of Yugoslavia, between March and June, 1999 in the middle of the war called of Kosovo. In fact, the bombardments took place without previous authorization of the UNO, for what there are great the voices that they them consider to be war crimes.
The analyst in Balkan matters Tim Judah indicates that a good number of those who are opposed at the entry in the NATO they are Serbian nationalists, the same ones that rejected in 2006 the independence. «They do not want that it happens to them like to Ukraine with Russia. Now Serbia is not a threat for them, but who knows if it will be in 10 years», adds. «The Russians will continue supporting important bows with the elites of these countries, as
Montenegro, and will try to influence Europe from inside the system, as a Trojan horse «, he concludes.
Therefore, «one of the principal aims from Russia is to be reaffirmed as a great world power «, considers Hannah Hudson, researcher of ‘think tank’ of Hudson Institute. For it Russia has been perceived by the NATO as a «threat» to his stability. For it, for time, it pretexts the Russian «threat» to accumulate military forces near the Russian borders. The NATO initiated, recently, in different countries of the European south-east, military large-scale exercises, named Noble Jump, with the participation of approximately 4.000 soldiers and 500 military vehicles, in order to examine the aptitude of the Atlantic Alliance to displace big quantities of forces and teams in the region.
Meanwhile, the Department of American Defense announced that close of 9.000 effectives, eight planes of combat F-16, four air tankers KC-135 Stratotankers and some three plane of espionage AWACS E-3 of the Air Force, take part already in massive exercises of the Alliance in the region of the Baltic sea, named BALTOPS, in those who also take it divides other 14 nations allied of the NATO.
The above mentioned increasing increase of the military, the biggest from the end of the Cold War, contradicts the declarations that the European leaders have had up to the moment, pleading that they do not have a hostile attitude towards the Russian power, even the secretary of Defense of the United States, James Mattis, insisted on Sunday that “the NATO is not a threat to Russia, but it must considerate his future linked to Europe”.
For all of this, the attempts of the NATO to change the politic panorama into Europe, suppose a complication for the Russian power and concern inevitably the Russian interests. And, before the existence of the more candidates left behind to this situation adding to the Alliance (like it is Bosnia-Herzegovina, Macedonia and Georgia) it will force Russia to answer proportionally if it does not want to lose force in this pulse for the European hegemony. And it is not necessary to forget that the size of the Russian economy is 23 times a minor that that of the countries of the NATO (GDP of USA + EU: 30 Trillion USD vs 1,3 of Russia).
The second change that has produce in this meeting was the decision of the Alliance of from part of the international coalition that fights against the terrorist group ISIS in Iraq and Syria. His intervention will be indirect (without treading on battlefield) giving support and financing and extending the presence of his powerful planes of vigilance, AWACS. «We will not return to an operation of combat «, there heeled the secretary general of the NATO, Jens Stoltenberg.
It might be that this decision has been taken after the pressure exercised by the president Trump of increasing the commitment of the members of the NATO to destining 2 % of his GDP to Defense and of which they had a major involvement in the coalition, led by Washington that realizes air raids against Daesh in Syria and Iraq from 2014 and where they are added more than 60 nations.
In his first steps, the NATO adopted in his Strategic Concept (SC)- an official document that specifies the permanent aims of the alliance, as well as the fundamental missions of safety-
was based in an increasing approximation to the concepts and notions of cooperation and safety, complemented, in this case, with the mentioned strategy of dissuasion and defense.
In 1991, with the disappearance of the URSS and the Warsaw Pact, the recovery of the sovereignty of the «popular republics» of Central Europe and the independence of the Baltic Countries, this SC changed. It was based in the concentration of aspects of defense and dissuasion, in which prevailed the strategies of Anticipated Defense and Flexible Response. Therefore, his principal lens was to defend and to safeguard the stability of Europe.
But, from the attempts of 11-S the strategic interest of the Alliance moved towards the transnational terrorism and towards Middle East, since later would state the Strategic Concept of 2010, still in force.
This Strategy Concept of the year 2010 has been collecting the experience of the interventions of the Alliance in the different conflicts in his zone of reference and in the exterior from her. It is based on the dissuasion and defense -both conventional and nuclear-, control of armaments, by the enormous number of Russian short range missiles on Europe, fight against the antiballistic terrorism, defense, cyber-safety, cooperative safety, partnership with all the world organizations, etc.
It is evident that in the current situation, marked specially by the problematic expansion of the terrorism jihadist and for the increase of the attempts in European soil (the last one happened yesterday in the French capital), they are going to form and outline this new strategic concept, intervention being based in not and in the indirect action. Without forgetting the last annexations of the Russian Federation, the question of Ukraine, the south flank of Balkan Europa and the threat both of Iran and of North Korea they are going to have a paper protagonist in the immediate future of the NATO.
The most complex thing is to see if the Europeans will be capable of turning his different crises, disagreements, distresses and frustrations into a constructive attitude that allows a major responsibility towards yes same and his American partner was doing, as well as the establishment of a major efficiency at the moment of approaching the problems.
But, for the present, in the context of the political challenges and as for safety, without a firm and clear leadership, it predominates over the strategic elementary consideration: it turns out to be easier and cheap the defense prepares that a possible preventive offensive. We forget always the past. Paraphrasing the classic ones: If vis pacem, for bellum.
MARTA E. MOLINA
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