Mientras Alemania y Francia claman por la necesidad de una Europa unida para reforzar la seguridad, gestionar en común los desafíos bajo los que se tambalea (terrorismo, inmigración, nacionalismos, extremismos…) y la recuperación de la identidad y los valores fundacionales de la Unión[1], la Europa más oriental aboga por una política más radical: el cierre de fronteras y la expulsión inmediata de los inmigrantes.
Aunque la Unión Europea estableció el acuerdo de inmigración con Turquía por el que se repatriaba de inmediato a los refugiados que llegaban ilegalmente a Europa hacia Turquía a cambio de 3.000 millones de euros[2], los inmigrantes y refugiados han seguido cruzando desesperadamente los cercos levantados en los países balcánicos (FYROM, Serbia, Croacia, Hungría, Bulgaria y Eslovenia especialmente)[3] para continuar su paso hacia Europa, de formas cada vez más inseguras ante una mayor seguridad y control fronterizo, exponiéndose a traficantes, señores de la guerra y otras penalidades. En una cumbre celebrada a principios de esta semana entre los líderes europeos, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk dictaminó que se debía terminar con la ruta de las Balcanes mientras que defendía la propuesta de Merkel de reforzar la actuación de Frontex para acabar con la entrada ilegal a Europa y buscar nuevos acuerdos, similares al establecido con Turquía, para regular este fenómeno con países como Pakistán, Afganistán y otros del norte de África.
Por otro lado, la amenaza del yihadismo en los Balcanes es una situación silenciada pero cada vez más preocupante. De todos es sabido que esa región ostenta una alta población musulmana (especialmente en Bosnia-Herzegovina, Albania y Kosovo) en un complejo entramado político social donde aún no se han sanado las heridas de la guerra de Yugoslavia ni las diferencias étnico-sociales. Otra de las características de la población musulmana de las Balcanes es que la mayoría se encuentra en zonas rurales y practica un islam más tradicional (los municipios de Tuzla, Gradacac, Kalesija, y Lukavac, cuentan con alta representación del wahabismo). Bosnia-Herzegovina es la gran encrucijada últimamente, porque es la que mayor proporción de población musulmana posee de las antiguas Repúblicas Yugoslavas, además de que en la guerra de 1990 fue donde más se avivaron movimientos extremistas islámicos para vincular la Guerra de Bosnia con una guerra santa (el dirigente bosnio Alija Izetbegovic declaró que uno de sus objetivos era establecer un estados islámico organizado según la Sharía no solo el Bosnia sino en todos aquellos territorios balcánicos donde alguna vez los musulmanes habían gobernado; el hijo de Izetbegovic, Bakir Izetbegovic, elegido en 2010 como miembro bosnio de la presidencia de Bosnia-Herzegovina, ha heredado las aspiraciones de su padre).
Pero es que incluso después del 11S, se han avivado las actividades yihadistas en Bosnia, donde se ha constatado la presencia de campos de entrenamiento y la llegada de fondos para financiar la Yihad por parte de Al Qaeda[4]. Actualmente, la policía en Bosnia busca cortar el corredor secreto yihadista que existe desde Albania hasta el norte de Serbia[5], donde los seguidores del Daesh se refugian en las zonas más apartadas y rurales para extender su Yihad[6], de momento en silencio. Bosnia se ha convertido, por tanto, junto con las comunidades islámicas de Albania, Serbia y Kosovo, en una zona objetivo y propicia para la expansión e influencia del yihadismo promovido por grupos como Al Qaeda o Daesh, un nuevo núcleo de asentamiento además de los ya forjados en la Península del Khorasan (que abarca parte de Pakistán y Afganistán) y el norte de África.
Pero la situación en las Balcanes no acoge sólo situaciones que ya nos suenan o conocemos, como la inmigración y el yihadismo, sino que en la última semana se ha llamado la atención en Bosnia con un controvertido referéndum mientras que se está intentando el reconocimiento internacional de un nuevo país entre Serbia y Croacia: Liberland[7]. Bosnia-Herzegovina se ha mantenido políticamente estable con un sistema de gobierno repartido, pero con una cada vez mayor división étnica, que no se sienten vinculadas entre sí (los bosnios serbios -de la República de Srpska-, los musulmanes y la minoría cristiana croata). Ante esto, la República de Srpska, en la compleja y quebrada Bosnia, ha retomado un tema que no sanó completamente tras el final de la guerra de 1990: la independencia de la zona de mayoría serbia del resto del país. Sin duda, la partición de Bosnia-Herzegovina, completamente dependiente de la ayuda exterior, dificultaría la estabilidad político-económica de la zona, incrementando aún más la inseguridad de las Balcanes.
El cobijo de un mayor movimiento yihadista en las Balcanes, desestabilizada por los constantes y descontrolados movimientos de inmigración y por la precaria situación económica, además de la cada vez más tensa situación en el este de Europa por la mayor militarización de línea ruso-europea, y la amenazante y débil frontera sur ante los conflictos de Siria, Irak, Afganistán y Pakistán, refuerzan una situación que no interesa para nada, ni a Europa ni a la vecina Rusia.
While Germany and France call for the need of a united Europe to enhance security, jointly manage the challenges under which it wobbles (terrorism, immigration, nationalism, extremism …) and recovery of the identity and the founding values of the Union, the eastern Europe advocates for a more radical policy: the closing of the borders and the immediate expulsion of immigrants.
Although the European Union established the immigration agreement with Turkey by which repatriated immediately to refugees arriving illegally to Europe to Turkey in exchange for 3,000 million euros, the immigrants and refugees continue desperately crossing the fences erected in the Balkan countries (FYROM, Serbia, Croatia, Hungary, Bulgaria and Slovenia in particular) to continue its path towards Europe, by increasingly unsafe ways due to greater security and border control, exposing themselves to traffickers, warlords and other penalties. At a summit earlier this week between the European leaders, the European Council President Donald Tusk ruled that it should end the route of the Balkans while he defended Merkel’s proposal to strengthen the performance of FRONTEX to end the illegally entrance to Europe and the need for new agreements, similar to that established with Turkey, to regulate this phenomenon with countries like Pakistan, Afghanistan and north African partners.
On the other hand, the threat of jihadism in the Balkans is a muted situation but increasingly worrisome. It is well known that the region boasts a high Muslim population (especially in Bosnia-Herzegovina, Albania and Kosovo) in a complex social political framework which have not yet healed the wounds of the war in Yugoslavia and the ethnic and social differences. Another feature of the Muslim population of the Balkans is that most are situated in rural areas and they practice a more traditional Islam (the municipalities of Tuzla, Gradacac, Kalesija and Lukavac have high representation of Wahhabism). Bosnia-Herzegovina is the great crossroads lately, because it has the highest proportion of Muslim population, plus the 1990 war was where most Islamic extremist movements were stoked to link the Bosnian War as a saint war (the Bosnian leader Alija Izetbegovic stated that one of its objectives was to establish an Islamic state organized according to the Sharia law, not only in Bosnia but in all Balkan territories, where once the Muslims had ruled; the son of Izetbegovic, Bakir Izetbegovic, elected in 2010 as Bosnian member of the presidency of Bosnia-Herzegovina, has inherited his father’s aspirations).
But it is that even after September 11th, the jihadist activities have been stoked in Bosnia, where it has been found the presence of training camps and the arrival of funds to finance jihad by Al Qaeda. Currently, police in Bosnia seeks to cut the jihadist secret corridor that exists from Albania to northern Serbia, where followers of Daesh found refuge in remote and rural areas to extend their jihad, in silence for the moment. Bosnia has, therefore, along with the Islamic communities in Albania, Serbia and Kosovo, in an objective and conducive area for expansion and influence of jihadism promoted by groups like Al Qaeda or Daesh, a new core settlement in addition to the forged in the Khorasan Peninsula (which includes part of Pakistan and Afghanistan) and in the north Africa.
But the situation in the Balkans does not welcome only situations that we already have heard or known, like immigration and Jihadism, but in the last week Bosnia has drawn attention with a controversial referendum while a new country between Serbia and Croatia is trying to get international recognition: Liberland. Bosnia-Herzegovina has remained politically stable with a system of divided government, but with a growing ethnic division, who are not linked to each other (Bosnian Serb-of the Republic of Srpska, Muslims and the Croatian Christian minority). Given this, the Republic of Srpska in Bosnia, broken and complex, has resumed a topic not fully healed after the end of the 1990’ war: the independence of the Serb-majority area of the country. Undoubtedly, the partition of Bosnia-Herzegovina, completely dependent on foreign aid, hinder the political and economic stability of the region, further increasing the insecurity of the Balkans.
The shelter of a larger jihadist movement in the Balkans, the destabilization by the constant and uncontrolled movements of immigration and the precarious economic situation, plus the increasingly tense situation in the East of Europe for the further militarization of Russian-European line, and the threatening and weak south conflicts (in Syria, Iraq, Afghanistan and Pakistan border), reinforce a situation in which anyone is interested at all, neither Europe nor neighboring Russia.
MARTA GARCÍA OUTÓN
[1] http://www.larazon.es/internacional/europa-central-y-del-este-apuesta-por-cerrar-las-fronteras-y-repatriar-refugiados-KO13591209#.Ttt1m7TmFuY4P1y
[2] http://www.abc.es/internacional/abci-turquia-dobla-precio-colaboracion-para-contener-refugiados-201603080741_noticia.html
[3] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/02/actualidad/1456946984_915807.html
[4] http://elmed.io/el-peligro-del-estado-islamico-en-los-balcanes/
[5] http://www.ogj.com/articles/2016/09/jordanian-firm-agrees-to-buy-leviathan-gas.html
[6] http://theobjective.com/investigations/las-banderas-del-estado-islamico-ondean-en-aldeas-de-los-balcanes
[7] https://www.stratfor.com/image/meet-europes-newest-self-proclaimed-state?utm_source=LinkedIn&utm_medium=social&utm_campaign=article