A mediados de octubre, las tropas etíopes que defendían la localidad de Hira del avance de Al Shabaab abandonaron, con la responsabilidad como miembros de la AMISOM y tomando una decisión unilateral, una base militar y estratégica a manos de los terroristas al no poder repeler un ataque de artillería. Pero la salida de las fuerzas etíopes del territorio amenazado viene produciéndose desde antes, desde que en junio Al Shabaab asesinara a 60 soldados de las fuerzas de Etiopía con la toma de la base militar de Halgan; desde entonces, con sus retiradas han permitido el avance del grupo terrorista en Moqokori, Halgan y el-Ali[1]. La ciudad próxima de Bakol está empezando a ser evacuada por muchos de sus residentes, con el temor de la cada vez mayor iniciativa de Al Shabaab, motivada por el abandono etíope.
Tropas etíopes se encuentran en Somalia por su pertenencia a la Unión Africana y por el acuerdo de cooperación en seguridad firmado con el país. La amenaza a la frontera de Etiopía es cada vez mayor y el gobierno central de este país advierte la urgencia de defender primeramente su integridad territorial -especialmente desde la declaración de estado de emergencia por el aumento de la inseguridad interna[2]-, aunque eso signifique quebrar la responsabilidad para con otros. Etiopía ha contribuido en la lucha contra Al Shabaab con 4.400 tropas a las ya desplegadas por AMISON de unos 22.000 hombres, lo que demuestra la enorme pérdida de unidades que supondría una definitiva retirada de este país, además de capacidades (ya que el ejército de Etiopía es uno de los mejores equipados y preparados de África) de la cooperación en defensa en Somalia.
No obstante, la presencia etíope en territorio somalí también ha sido fuente de discordias y ha alimentado el terrorismo en la región, empezando en el 2006 con su entrada en el país contra el ICU (Islamic Court Union) con el apoyo de Estados Unidos -y que coincide con el nacimiento de Al Shabaab-. En Somalia, las tropas etíopes ya han sido acusadas de cometer crímenes contra la población civil, casos de violación, tortura o asesinatos extrajudiciales, incluso dentro de sus fronteras (donde tuvo que admitir la muerte de más de 500 personas durante las protestas)[3].
Los ataques de Al Shabaab se han incrementado en la última semana, produciéndose en menos de 24 horas tres: el asesinato de un oficial de Inteligencia en Mogadiscio[4], dos atentados cerca de la frontera con Kenia, en Mandera[5] (donde se ha declarado el toque de queda desde entonces hasta diciembre)[6], otro en Nairobi con el objetivo de la embajada de Estados Unidos[7] y otro contra una base de AMISOM con un coche bomba[8]. Pero la amenaza de Al Shabaab sobre Kenia no se ha reducido ni se reducirá, como así anunció el grupo terrorista hasta el abandono de las tropas keniatas del territorio somalí; realidad que no ocurrirá al ser fundamental su posición ahí para la defensa de las fronteras con Somalia y la seguridad de su propio país.
Estos ataques que se vienen produciendo, en mayor medida en comparación con los últimos meses, declaran la incapacidad de los ejércitos desplegados a lo largo de las fronteras de hacer frente a la amenaza terrorista ante el sobrecargo de amenazas en la región, debido a sus débiles capacidades defensivas y por la incapacidad de gestionar la propia seguridad interna. La respuesta más directa y contundente se afronta desde el aire, pero la lucha terrestre contra el grupo terrorista aún supone un desafío en un estado fallido en el que participan militarmente países que sufren igualmente golpes contra su propia seguridad y que han sido incluso protagonistas de atentados contra los derechos humanos de la población local.
In mid-October, the Ethiopian troops defending the town of Hira the advance of Al Shabaab abandoned, even though they have responsibility as members of AMISOM taking an unilateral decision, a military and strategic base at the hands of terrorists, unable to repel an artillery attack. But the departure of the Ethiopian forces has been occurring since June when Al Shabaab murdered 60 soldiers of the Ethiopian forces with taking the military base of Halgan; since then, their withdrawals have allowed the advance of the terrorist group in Moqokori, Halgan and el-Ali. The nearby town of Bakol is beginning to be evacuated by many of its residents, fearful of the growing initiative of Al Shabaab, motivated by the Ethiopian abandonment.
The Ethiopian troops are in Somalia due to their belonging to the African Union and the security cooperation agreement signed with the country. The threat to the border of Ethiopia is growing and the central government of this country feels the urgency of first defend its territorial integrity, especially since the declaration of the state of emergency due to the rising of internal insecurity – even if it means breaking the responsibility to others. Ethiopia has contributed to the fight against Al Shabaab with 4,400 troops to the 22,000 men already deployed by AMISOM and capabilities (as the Ethiopian army it is one of the best equipped and prepared Africa) cooperation in defense in Somalia, demonstrating the enormous loss of units that would happen if a final withdrawal of this country occurs.
However, the Ethiopian presence in Somalia has also been a source of discord and fueled of terrorism in the region, starting in 2006 with its entry into the country against the ICU (Islamic Court Union) with the support of the United States-and which coincides with the birth of Al Shabaab. In Somalia, the Ethiopian troops have been accused of committing crimes against the civilian population, cases of rape, torture or extrajudicial killings, even within its borders (where they had to admit the death of more than 500 people during the protests).
The attacks by Al Shabaab have increased in the last week, occurring in less than 24 hours: the murder of an intelligence officer in Mogadishu, two attacks near the border with Kenya in Mandera (where has been declared curfew until December), one in Nairobi at the US embassy and another against a base of AMISOM with a car bomb. But the threat of Al Shabaab on Kenya has not been reduced and won’t be reduced, until the abandonment of the Kenyan troops from Somalia; reality which will not happen due to the critical necessity to defend the borders with Somalia in order to secure their own country.
These attacks that have taken a greater extent compared to recent months, declare the failure of the armies deployed along the borders to deal with the terrorist threat to the purser of threats in the region, due to their weak capacity of defense and the inability to manage their own internal security capabilities. The most direct and forceful response is approached from the air, but the earth’s fight against the terrorist group still poses a challenge in a failed state in which the countries involved also suffer blows to their own security and have been even protagonists of attacks against human rights of the local population.
MARTA Gª OUTÓN
[1] http://www.bbc.com/news/world-africa-37616973
[2] http://www.ecnmy.org/engage/ethiopia-state-emergency/
[3] http://qz.com/807617/ethiopia-has-finally-admitted-to-the-death-of-over-500-protestors-but-still-warns-of-a-forceful-response-to-extremists/
[4] http://cctv-africa.com/2016/10/25/al-shabaab-gunmen-kill-intelligence-officer-in-somali-capital/
[5] http://www.bbc.com/news/world-africa-37759749
[6] http://www.telam.com.ar/notas/201610/168542-kenia-toque-queda-norte-ataque-yihadista-al-shabaab.html
[7] http://english.alarabiya.net/en/News/africa/2016/10/30/ISIS-claims-responsibility-for-attack-outside-US-embassy-in-Nairobi.html
[8] http://www.france24.com/en/20161025-kenya-somalia-shabaab-attacks
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