Por regla general, los vuelos de entrenamiento sobre Estonia se realizan cada semana, pero se ha acordado que estos movimientos se realicen diariamente y a bajas alturas, según el Estado Mayor de la Defensa de este país[1]. Al no disponer de sus respectivas fuerzas aéreas, los países del Báltico confían la protección de su espacio aéreo a las fuerzas aéreas de la Alianza.
Aun así, Estonia no deja toda su fuerza en manos de sus aliados; el país ya prepara a su población en tácticas de guerrilla (Liga de Defensa de Estonia, que funciona como una Guardia Nacional)[2] en caso de combate contra Rusia teniendo como ejemplo la guerra híbrida y urbana de Ucrania justo en un momento en el que se quiebra la coalición tripartita que gobernaba el país (de orientación europea y conformada por la fuerza sociodemócrata -SDE-, conservadora -IRL- y centro derecha -Partido de la Reforma-) para abandonar el lado más centrista y mirar hacia el Partido Centro (de orientación prorrusa, muy popular entre la minoría rusa del país), según dijo a la AFP el analista político Ahot Lobjakas[3]. Este viraje del país se advierte como un desajuste político y social que, a pesar del apoyo militar de los aliados, queda lejos del alcance e influencia de la OTAN.
Ya en junio del 2016, la OTAN estableció un cuartel en ese país de la región báltica debido a la solicitud de Estonia de una mayor presencia internacional en su territorio y, especialmente, en su flanco este, apelando a la responsabilidad de cooperación de los países miembros de la OTAN y ante la intimidación militar rusa en la frontera, despertada desde que se produjo la anexión de Crimea en el 2014 y su intromisión en Ucrania ese mismo año. En septiembre, decidido durante la cumbre la OTAN en Polonia[4], se ha desplegado una fuerza disuasoria de unas 4.000 unidades que conforman cuatro batallones multinacionales[5], hecho que ha remarcado el papel de los países bálticos como plataformas de actuación militar, con una enorme dependencia defensiva internacional.
Pero el pulso de la disuasión se tambalea también hacia el otro lado, sobre todo cuando Rusia, a principios del mes de noviembre, puso en práctica el avanzado sistema de misiles antiaéreos S-400 Triumph -cuyo objetivo es proteger la capital rusa y las principales instalaciones de la defensa y la economía del país de ataques aéreos enemigos, y con los que también suministrará a la India[6]-, estableció misiles nucleares Iskander en Kaliningrado[7] y sustituyó el misil de mayor carga destructiva (el RS-36M Voevoda, más conocido como SS-18 Satan) por el misil balístico intercontinental RS-28 Sarmat que, según The Sun, es “la cabeza nuclear más potente y mortal en el planeta”[8] -es mucho más ligero y tiene un mayor alcance (10.000 km), con 15 ojivas divisibles de guiado individual, capaz de destruir cualquier sistema de defensa antimisiles[9]-.
La maniobra del gobierno ruso no ha sido aleatoria y sucede tras el enfriamiento de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia a tenor del desacuerdo en la situación en Siria, que provocó la anulación de cualquier acuerdo y diálogo para colaborar en la paz siria[10], a lo que se sumó la suspensión del acuerdo sobre la destrucción del plutonio militar[11]. Igor Sutyagin, experto en capacidad nuclear rusa del Royal United Services Institute de Londres, señala que, al igual que la OTAN, a Putin le gusta mantener esa imagen de superioridad. No obstante, su amenaza está incluso desfasada (basada en un diseño del año 1988) y no supone un reto superior a como lo exageran en los medios o en las cumbres internacionales, en comparación, por ejemplo, con el escudo defensivo de misiles colocado por Estados Unidos en Rumanía en caso de ataque fuera de la zona euro-atlántica[12].
Remarcar el poderío militar y especialmente aéreo-nuclear es fundamental ahora cuando las principales potencias mundiales (Estados Unidos, Rusia, China…) se enfrentan a escenarios donde las alianzas geoestratégicas (como por ejemplo, la ambigua relación abierta entre Turquía, miembro de la OTAN, y Rusia para el suministro de gas o las miras de la India, cercano a Estados Unidos, hacia Irán, antiguo compañero estratégico) son la moneda de cambio para alimentar el protagonismo regional y mantener la imagen de superpotencia.
As a rule, training flights over Estonia are carried out every week, but it has been agreed that these movements need to be carried out daily and at low altitudes, according to the Defense Staff of this country [1]. By not having their respective air forces, the Baltic countries entrust the protection of their air space to the air forces of the Alliance.
Even so, Estonia does not leave all its force in the hands of its allies; the country already prepares its population in guerrilla tactics (Estonian Defense League, which functions as a National Guard) [2] in case of combat against Russia, taking as an example the hybrid and urban war of Ukraine just at a time when it is bankrupt the tri-partite coalition that ruled the country (European-oriented conformed by the socio-democrat force -SDE-, the conservative power -IRL- and center right one -Reform Party-) to abandon the more centrist side and look towards the pro-Russian Center Party, very popular among the country’s Russian minority), political analyst Ahot Lobjakas told to AFP [3]. This turnaround of the country is perceived as a political and social maladjustment that, despite the military support of the Allies, is far from the reach and influence of NATO.
Already in June 2016, NATO established a barracks in that country of the Baltic region due to an Estonia’s request for a greater international presence in its territory and especially in its eastern flank, appealing to the responsibility of cooperation of the countries Members of NATO and the Russian military intimidation at the border, which has been aroused since the annexation of Crimea in 2014 and its intrusion into Ukraine that same year. In September, during the NATO summit in Poland [4], a deterrent force of some 4,000 units was formed -that comprises four multinational battalions [5]-, a fact that has remarked the role of the Baltic countries as platforms of military action, with a huge international defensive dependency.
But the pulse of deterrence also is taken by the other side, especially when Russia, in early November, put into practice the advanced S-400 Triumph anti-aircraft missile system – whose aim is to protect the Russian capital and the main Defense facilities and the country’s economy of enemy air strikes, and with which it will also supply India [6] -, established Iskander nuclear missiles in Kaliningrad [7] and replaced the most destructive missile (the RS-36M Voevoda, better known as SS -18 Satan) with the RS-28 Sarmat intercontinental ballistic missile which, according to The Sun, is «the most powerful and deadly nuclear head on the planet» [8]- is much lighter and has a longer range (10,000 km), with 15 warheads Divisible individual guidance, capable of destroying any missile defense system [9].
The maneuver of the Russian government has not been random, and it follows the cooling of relations between the United States and Russia in the face of the disagreement in the situation in Syria, which caused the annulment of any agreement and dialogue to collaborate in Syrian peace [10], which has been added to the suspension of the agreement on the destruction of military plutonium [11]. Igor Sutyagin, an expert on Russian nuclear capability at the Royal United Services Institute in London, points out that, like NATO, Putin likes to maintain that image of superiority. However, its threat is even outdated (based on a 1988 design) and poses no greater challenge than exaggerating it in the media or at international summits, compared, for example, with the missile defensive shield placed by United States in Romania in case of an attack outside the Euro-Atlantic zone [12].
Reducing the military and especially the aerial-nuclear power is fundamental now when the major world powers (the United States, Russia, China …) face scenarios where the geostrategic alliances (such as the ambiguous open relationship between Turkey, a member of NATO, and Russia for the supply of gas or the sights of India, close to the United States, towards Iran, former strategic partner) are the currency of exchange to fuel the regional protagonism and maintain the image of superpower.
MARTA Gª OUTÓN
[1] https://mundo.sputniknews.com/defensa/201610241064324190-otan-ejercicios-estonia/
[2] http://www.pri.org/stories/2016-11-02/tiny-estonia-trains-its-people-guerrilla-war-against-russia
[3] http://www.lainformacion.com/politica/partidos/derrumba-coalicion-tripartita-gobernante-Estonia_0_969804693.html
[4] http://www.elmundo.es/internacional/2016/07/08/577e94da46163f1d4d8b459f.html
[5] https://mundo.sputniknews.com/europa/201609181063538075-alianza-atlantica-despliega-baltico-rusia/
[6] http://www.hispantv.com/noticias/la-india/301182/ejercito-indio-contrato-sistemas-antiaereos-rusos-triumf
[7] http://www.europapress.es/internacional/noticia-lituania-condena-traslado-misiles-rusos-capacidad-nuclear-kaliningrado-20161018190700.html
[8] https://actualidad.rt.com/actualidad/222319-sarmat-satan-rusia-misil-nuclear
[9] http://www.dailymail.co.uk/sciencetech/article-3870192/Russia-unveils-image-terrifying-Satan-2-missile-Super-nuke-destroy-area-size-FRANCE.html
[10] http://internacional.elpais.com/internacional/2016/10/03/estados_unidos/1475522588_726345.html
[11] https://actualidad.rt.com/actualidad/222465-putin-firmar-ley-congelar-acuerdo-plutonio
[12] http://www.elmundo.es/internacional/2016/05/12/5734ad29468aeb17278b456d.html
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