La República de Camerún, formada en 1961, se compone del Camerún francés y del Camerún Británico, los cuales se unificaron el 1 de octubre de 1961. Sin embargo, la tradición colonial no culminó con la descolonización del territorio. Franceses e ingleses asentaron sistemas propios en los territorios que administraron, y materias tales como la educación, la justicia e, incluso, la cultura quedaron asentados en cada una de las excolonias.
A pesar de que la unificación se hizo por propia voluntad, estas diferencias han impedido que la convivencia sea favorable y, a pesar de que los gobiernos han negado la animadversión que han presentado hacia las zonas anglófonas, el repaso de los acontecimientos que han tenido lugar desde 1961 no respalda este argumento en pro de la convivencia.
De las 10 regiones que conforman Camerún, 2 son anglófonas. Esto equivale a un 17% de la población. Aunque tanto el inglés y el francés son lenguas oficiales, la mayoría abrumadora de francófonos ha monopolizado el sistema jurídico del país, motivando esto a asentar la educación francesa también.
Tras la independencia y la unificación, el gobierno del país ha defendido la igualdad, el equilibrio y la convivencia. Sin embargo, ya en 1990 los anglófonos fundaron el “Southern Cameroons National Council” SCNC) aquejándose de los desplantes y la marginación que sufrían por la actitud del gobierno. Reconocer las dos lenguas no implicó reconocer los dos sistemas distintos que cada ex colonia había mantenido. Sin embargo, se concedió cierta autonomía para que el cambio legal no supusiera un elemento de inestabilidad en un estado recién creado. Pero, esto no fue suficiente. El SCNC intentó presentarse a las elecciones desde su fundación, hasta que en 2011, tras una violenta protesta, el grupo se desintegró, siendo sus principales miembros condenados por las tensiones en ellas producidos.
Esto no provocó sino aumentar el malestar de los anglófonos, que hasta la fecha se han mantenido en contra de las políticas del gobierno para con sus comunidades.
Sin embargo, lo que acontece en Bamenda desde el pasado mes de noviembre supone un cambio en el contexto de seguridad del país y, por ende, de la zona. La presencia y proliferación de células terroristas relacionadas con el grupo Boko Haram se ven motivadas por la inestabilidad que se ha establecido en Bamenda, motivada por la actuación de las fuerzas de seguridad camerunesas que, intentando controlar a los manifestantes han creado un clima de completo rechazo hacia el gobierno del país.
En efecto, Boko Haram aprovecha la inestabilidad de las zonas de la región para asentarse en ellas y aumentar su presencia. La Región del Extremo Norte de Camerún ya se considera un territorio controlado por el grupo terrorista, puesto que son numerosos los atentados que en él se suceden y dado que células afines a Boko Haram controlan las carreteras de la región y las rutas comerciales que, al pasar por esa región, comunican Chad con la capital camerunesa.
La manera de asentarse en nuevos territorios que utiliza Boko Haram supone aprovechar las zonas en conflictos para adentrarse en ellas. A partir de esto, el grupo suele actuar de dos formas distintas, dependiendo de los intereses que posea sobre la zona en cuestión:
- Si el interés responde a conseguir adeptos y ser un movimiento apoyado entre la población el grupo terrorista apoyará las reivindicaciones de la minoría, protegiendo a esta y contribuyendo a que el gobierno se pronuncie al respecto.
- Por el contrario, si el interés es conseguir un territorio en el que asentarse lejos de las fuerzas militares que persiguen al grupo terrorista, simplemente utilizarán la tensión para adentrarse en el pueblo, pasando desapercibidos.
En cualquiera de los casos parece que en Bamenda se dan las condiciones necesarias para que Boko Haram, que intenta adentrarse en más regiones camerunesas, se asiente. Esto podría traer consigo diversas implicaciones:
- Aumento de la violencia y uso indiscriminado de la misma: podrían desarrollarse atentados del grupo terrorista.
- Extensión de la red de Boko Haram en Camerún: esto supondría que aumentase el peso del grupo terrorista en el país, por lo que habría que intensificar el control policial, y aumentar el despliegue de fuerzas militares en Camerún.
- Continuidad en las tensiones de Bamenda: si el grupo se instala en Bamenda y retroalimenta la lucha de los angloparlantes las tensiones podría continuar, produciéndose en las mismas un aumento de la violencia, a tenor de los resultados de las últimas manifestaciones, por las que varios manifestantes resultaron heridos tras enfrentamientos con la policía.
En definitiva, nuevas consecuencias coloniales pueden provocar, de nuevo, el estallido de un conflicto de calado internacional que dé poder a un grupo que ha jurado lealtad al Estado Islámico y que, cada vez, tiene más poder en el Sahel.
Although unification was done of their own accord, these differences have prevented coexistence and, despite the fact that governments have denied the animosity that they have presented to Anglophone areas, a review of the events that have taken place since 1961 does not support this argument of coexistence.
Of the 10 regions that make up Cameroon, two are Anglophone. This is equivalent to 17% of the population. Although both English and French are official languages, the overwhelming majority of Francophones have monopolized the country’s legal system, motivating this to support French education too.
After independence and unification, the government of the country has defended equality, balance and coexistence. However, as early as 1990 Anglophones founded the Southern Cameroons National Council (SCNC), because of the disgrace and marginalization they suffered from the attitude of the government. Recognizing the two languages did not imply recognizing the two distinct systems that each former colony had maintained. However, some autonomy was granted so that legal change did not represent an element of instability in a newly created state. But, this was not enough. The SCNC attempted to stand for election from its foundation until in 2011, after a violent protest, the group disintegrated, its main members being condemned by the tensions in them produced.
This increase the displeasure of Anglophones, who have been faced government policies towards their communities.
However, what happens in Bamenda since last November is a change in the security context of the country and, therefore, the region. The presence and proliferation of terrorist cells related to the Boko Haram group are motivated by the instability that has been established in Bamenda, which has been motivated by the actions of the Cameroonian security forces who, attempting to control the demonstrators have created a climate of complete rejection towards the government of the country.
Indeed, Boko Haram takes advantage of the instability of areas of the region to settle in them and increase their presence. The Far North Region of Cameroon is already considered a territory controlled by the terrorist group, since there are numerous attacks on it and because Boko Haram-related cells control the region’s roads and trade routes, which to pass through that region, communicate Chad with the Cameroonian capital.
In short, new colonial consequences can once again provoke the outbreak of a conflict of international significance that gives power to a group that has sworn allegiance to the Islamic State and which has more power in the Sahel.
PATRICIA JURADO DE LA SANTA
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