La recesión en Rusia comenzó a mediados de 2014, cuando el PIB trimestral empezó a descender. Al principio, el descenso fue lento (en 2014, el crecimiento anual se mantuvo en un 0,6%), pero en 2015 el PIB real se redujo intensivamente, con una caída del 2,2% respecto a 2014 en el primer trimestre y un 4,6% en el segundo. Para entender las causas profundas de la actual recesión, tenemos que analizar la historia de la transición rusa y su reversión parcial.
Rusia nunca se caracterizó por ser un país muy reformista. Su transición económica en los años 90 fue larga y dolorosa por la compleja herencia que recibió del sistema soviético (distorsiones estructurales, desequilibrios macroeconómicos y carencia de instituciones de mercado) y por el insuficiente apoyo político que hubo a las reformas orientadas hacia el mercado. Sin embargo, al comienzo del nuevo milenio, esas reformas comenzaron a dar fruto. En 1999, la economía rusa entró en una fase de rápido crecimiento impulsada por el incremento del precio del petróleo. En ese momento, Rusia podía ser considerado un país que había completado la agenda básica de transición y logrado construir una economía de mercado basada en la propiedad privada, aunque seguían existiendo distorsiones e imperfecciones muy significativas.
El punto de inflexión se produjo en 2003, con la intervención estatal por motivos políticos de la mayor empresa privada rusa, Yokos, de cuyos activos se apoderó consiguientemente la empresa estatal Rosneft. A esto siguieron otras expropiaciones por parte del Estado en los años siguientes, especialmente en los sectores del petróleo, el gas, el financiero y el de infraestructuras. En consecuencia, Rusia empezó a construir una especie de sistema híbrido fuertemente controlado y dominado por la burocracia estatal y la élite dirigente. Este control se vio acompañado por un repunte del autoritarismo.
Los efectos negativos de la recentralización en Rusia se hicieron totalmente visibles en 2008-2009, cuando estalló la crisis financiera mundial. En 2009, la economía rusa se contrajo en un 7,8%, y desde entonces no ha vuelto a recuperar su crecimiento previo a la crisis. Entre 2010 y 2012 el crecimiento fue amortiguado con un incremento anual del PIB del 5,4%, 4,3% y 3,4% respectivamente. Sin embargo, para 2013, bastante antes del conflicto con Ucrania y las posteriores sanciones internacionales, y también de la caída de los precios del petróleo, ya se había ralentizado hasta el 1,3%.
Debido a que las reformas económicas de los años 90 fueron incompletas y a su posterior reversión parcial, Rusia no resulta un país apetecible para las inversiones, nacionales o extranjeras. Esto lo confirman varios ránking internacionales, en particular el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional de 2014, en el que Rusia se sitúa el 136 de 175 países, y el Índice de Libertad Económica de ese mismo año de la Fundación Heritage, que coloca a Rusia en el puesto 140 de 178 como economía «predominantemente no libre».A efectos comparativos el Índice de percepción de la corrupción de Rusia es 119 mientras que España, a pesar de la visibilidad de casos puntúa con un 36 en 2015.
El informe ‘Hacer negocios’ del Banco Mundial y el Índice de Competitividad Mundial del Foro Económico Mundial situó a Rusia en mitad del ránking, con cierta mejora en los últimos años. Sin embargo, en los dos listados Rusia mostraba un mal comportamiento en relación con la protección de los derechos de propiedad, la corrupción, la independencia judicial, la carga de regulación gubernamental, la eficiencia del arbitraje legal de conflictos, el crimen organizado, la fiabilidad de los servicios policiales, la competencia y la calidad de las infraestructuras. Ante esta demostración de mal gobierno y clima para los negocios, apenas sorprende que Rusia sea un exportador neto de capital, en el que una parte sustancial de sus ahorros brutos internos no se invierte en el país sino en el extranjero.
Además de las raíces sistémicas de la ralentización de la economía, en 2014 la economía rusa sufrió dos golpes adicionales. Primero, las sanciones internacionales en respuesta a la anexión de Crimea y la intervención militar en Donbass (Ucrania), seguidas por la respuesta rusa en forma de sanciones al comercio. Y, en segundo lugar, una fuerte caída en los precios internacionales del petróleo y otros bienes. Ambas circunstancias provocaron una intensificación de las huidas de capital, a una fuerte depreciación del rublo (un 48,5% frente al dólar americano entre el 30 de junio de 2014 y el 30 de septiembre de 2015) y una severa contracción de la demanda interna.
El récord que alcanzó la huida de capitales en 2014 reflejó un deterioro adicional del clima para hacer negocios (en particular, la inseguridad de los derechos de prioridad), que a su vez se derivó de controles más estrechos del Gobierno sobre los medios, el sistema judicial, la sociedad civil y la actividad económica, además de nuevas restricciones sobre las inversiones extranjeras. Las sanciones de Estados Unidos y la UE redujeron sensiblemente las posibilidades de financiación externa a las grandes empresas y bancos rusos. Las contra-sanciones rusas golpearon por una parte las importaciones de alimentos desde la UE y otros países occidentales y, por otro, a los mercados de consumidores y las empresas rusas que dependen de la importación.
Según el pronóstico de perspectivas económicas mundiales publicado por el FMI en octubre de 2016, el PIB ruso se contrajo un 3,7% durante 2015 y un 0,2% en 2016. Los datos preliminares sugieren que la economía rusa absorbió los choques duales de menores precios del petróleo y la continuación de las sanciones occidentales el año pasado con fortaleza. Una política fiscal y monetaria más estricta y un tipo de cambio flexible permitieron una menor contracción económica de la esperada. Hay indicios adicionales de que el repunte económico naciente en el último trimestre de 2016 continuó a principios de este año.
Se prevé que el crecimiento vuelva sólo a partir de 2017, y en un margen del 1 al 1,5%.
A corto plazo, el potencial crecimiento dependerá de los precios del petróleo y la capacidad política de resolver el conflicto ucraniano. Unos precios más elevados, por ejemplo de 60 o 70 dólares por barril, y una relajación del régimen de sanciones podría proporcionar cierto respiro a la economía y el presupuesto rusos, y mejorar un tanto la percepción ampliamente negativa que hay de la atmósfera para hacer negocios en Rusia.
En el medio y largo plazo, no obstante, Rusia tiene que enfrentarse a sus fundamentales deficiencias estructurales e institucionales: la gran dependencia del petróleo y otros productos, y el ambiente nada amistoso con los negocios y la inversión, apuntalado por el mal gobierno. Comparado con muchos de los otros países productores, Rusia tiene un potencial mayor para diversificar su economía, sobre todo gracias a su excelente capital humano.
La depreciación del rublo hace más fácil esta tarea. El que se materialice una diversificación así depende, sin embargo, de que se mejore el clima para la inversión y los negocios y se detenga la deriva autoritaria en la política interior y la confrontación geopolítica con Occidente y con los países vecinos.
Pero, ¿hasta cuándo aguantará?
Según diversos expertos, como el financiero George Soros, el régimen de Putin estará al borde de la quiebra durante el año 2017, cuando llegue el momento de pagar gran parte de la deuda externa, mientras que las protestas políticas podrían estallar incluso antes» según opinó a través de un comunicado.
La economía de Rusia, al compararse con otros países, presenta una gran asimetría en sus gastos militares. Con una economía modesta, poco más grande que la de España, Rusia realiza un enorme esfuerzo por mantener una maquinaria militar impresionante. Veamos algunos datos:
Hay que recordar las contracciones que ha sufrido la economía rusa.
Sin embargo, su decidido apoyo por medio de la fuerza militar a regímenes como el de Siria, representan una carga de difícil mantenimiento en el medio plazo.
Si lo comparamos en términos del gasto del gobierno, los resultados son muy acusados:
Rusia, con una economía sólo un 11% mayor que la de España, destina a gasto militar declarado casi un 500% más presupuesto que el asignado a este concepto por el gobierno español.
Si se compara con el gasto del gobierno los resultados son también impactantes: el gobierno de la federación Rusa destina a gastos militares un 800% más que el mismo concepto presupuestario en España. Y en términos de su Producto Interior Bruto (GDP) el cuádruplo que España.
Con todas estas cifras cabe preguntarse si esta carrera se puede mantener mucho tiempo.
En opinión de Soros, el Presidente ruso Vladimir Putin intentará evitar el colapso, provocando el colapso de la Unión Europea.
Según la publicación germana Energy Report, el petróleo y el gas suponen el 68% de las exportaciones de Moscú y el 50% de su presupuesto federal. El barril de Brent se vende ahora en torno los 50 dólares, lo que supone una caída del 50% respecto a hace dos años. Asimismo, el rublo se ha depreciado un 40% en relación a la divisa estadounidense desde el año 2014.
La compañía Bloomberg, especializada en información financiera, señala que el actual declive del petróleo es el más grave desde el colapso financiero de 2008 y amenaza con provocar el mismo impacto que las caídas de los precios hace tres décadas, lo que llevó a la crisis de la deuda en México y al colapso de la Unión Soviética.
El impacto de Siria
La intervención rusa en Siria está haciendo que las arcas del Estado se resientan. Si el precio del petróleo no despega, a partir del año que viene el Gobierno ruso va a tener serias dificultades para controlar el déficit y encontrar recursos para no dañar el sistema social del país. Durante uno de los desayunos que organiza el Sberbank, el ex ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin aconsejó moderar el gasto militar. Los economistas de oposición rusos creen que los gastos de la guerra en Siria y la ayuda a los separatistas en el este de Ucrania, terminarán hundiendo la economía del país en un contexto desfavorable debido a las sanciones
Pero los imperios rara vez aprenden. La soberbia y las victorias iniciales les suelen hacer sentirse invencibles. En la guerra de guerrillas, los ejércitos regulares no ganan, no importa lo fuertes que sean. Estados Unidos perdió en Vietnam y en Irak, Rusia perdió en Afganistán y probablemente acabará hundida en el lodazal sirio.
Aunque algunos imperios acaban saliendo del barro, otros no. Como Estados Unidos es una democracia, la opinión pública antibélica obliga al Gobierno a recular y retirarse, sea de Vietnam o de Irak. Rusia, en cambio, no abandonó Afganistán hasta que el Imperio soviético estaba entrando en quiebra y al borde del colapso. En el caso de Siria, y sabiendo la populista imagen de líder fuerte que le gusta proyectar al presidente ruso, Vladímir Putin, es poco probable que Moscú se retire en un futuro próximo. Y hay que recordar que a la mayoría de los rusos les gusta Putin.
Como ha ocurrido con las autocracias a lo largo de la historia, la relación entre la prosperidad de Rusia y su militarismo son indirectamente proporcionales. A 100 dólares el barril de petróleo, el Kremlin se podría permitir encandilar a unos y a otros, asegurando así una estabilidad social y política.
Pero con los precios del crudo a 40 dólares el barril, Putin optó por la jugada clásica. Reforzó su control dentro del país y aumentó su aventurismo militar en todo el mundo, en un intento de impulsar el nacionalismo y bloquear a la creciente disidencia.
Para compensar la menguante economía y la depreciación de la moneda, Putin pensó que lo mejor era reactivar a Rusia como contrapeso militar de Estados Unidos, con la salvedad de que Estados Unidos no tiene interés en jugar en la zona, y aunque lo tuviera, su potencia militar es muy superior a la de Rusia.
Entre los éxitos del crecimiento ruso en la primera década del siglo XXI se encuentran haber erradicado la pobreza en grandes capas de la sociedad y la aparición de una importante clase media, sobre todo en las grandes ciudades. Ahora es precisamente esa clase media la que siente que el crecimiento se ha acabado, y que la vida que habían ganado (compra de una vivienda, acceso a productos de importación, viajes al extranjero) se puede esfumar.
En la última encuesta de “Los Ivanov”, que toma uno de los apellidos más comunes en Rusia para estudiar el comportamiento de los consumidores, Sberbank CIB encontró que a mediados del 2016 el 41% de la clase media rusa carecía de ahorros, un 5 % más que a finales de 2015, por la caída de los ingresos.
Un informe parecido, realizado por el holding de investigación Romir mostraba que el 73 % de las familias rusas no tiene un colchón para las vacas flacas, frente al 61 % que carecían de él al inicio de la crisis actual. La pobreza en Rusia se redujo del 29 % en el año 2000 al 11 % en 2012, pero los datos oficiales muestran que en el 2015 aumentó al 14 %.
El Gobierno ha elaborado un plan anticrisis de 10.000 millones de euros destinados a algunos de los sectores punteros de la industria rusa, como la automoción, así como a las pequeñas y medianas empresas. También incluye subsidios a los más desfavorecidos. Pero no se aumentarán las pensiones, a pesar de ser uno de los sectores que más sufren la inflación: la pensión media en Rusia es de 13.132 rublos (175 euros).
Según los expertos del Banco Europeo de Crecimiento y Desarrollo, el crecimiento de la economía rusa no llegará hasta finales de 2017, un pronóstico en el que coincide con el Ministerio de Desarrollo Económico.
Pero la realidad ha acabado dándole alcance. La economía rusa sigue manteniéndose bajo mínimos, lo que genera agitación política, lo que incluye posibles desafíos de gente poderosa del ámbito de la seguridad y el petróleo, como Igor Sechin. La situación de Putin se ha debilitado tanto que el Kremlin ha suspendido el tradicional anuncio de los viajes del presidente, por temor a que sus detractores puedan planificar posibles golpes en torno a ellos.
Rusia es un tigre de papel con un botón nuclear y poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por lo demás, su prosperidad se ha esfumado y su potencia militar es mediocre.
En Siria, la batalla de Alepo ha demostrado los límites del poderío aéreo ruso. Si persisten las actuales tendencias y sigue intensificándose la implicación militar de Rusia en Siria, Putin se verá presidiendo un eximperio; un eximperio cuya sombra también se está hundiendo.
The recession in Russia began in the middle of the 2014, when the quarterly GDP started descending. In the beginning, the decrease was slow (in 2014, the annual growth was kept in 0,6%) but in 2015, the real GDP has reduce intensively, with a fall of 2,2% with regard to 2014 in the first quarter and with a 4,6% in the second one.
To understand the deep causes of the current recession, we have to analyze the history of the Russian transition and his partial reversion. Russia was never characterized of being a country very reformist. His economic transition in the 90s was long and painful for the complex heredity that received of the Soviet system (structural distortions, macroeconomic imbalances and lack of institutions of market) and for the insufficient political support that existed to the reforms market-orientated.
Nevertheless, the beginning of the new millennium, these reforms began to yield its fruit. In 1999, the Russian economic entered in a phase of fast growth stimulated by the increasing of the oil price. In this moment, Russia could be considerate a country that had completed the basic agenda of the transition and achieved to build a market economy based in the private property, though distortions and very significant blemishes continued existing.
The point of inflexion took place in 2003, with the state intervention by politics motives of the major Russian private company, Yokos, of whose actives empowered consequent the state company Rosneft. To this they followed other expropriations on the part of the State in the next years, especially in the sector of oil, the gas, the financier, and the infrastructures. In consequence, Russia began to build a kind of hybrid system strongly controlled and dominated by the state bureaucracy and the leader elite. This control met accompanied by a recovery of the authoritarianism.
The negatives effects of the recentralization in Russia became totally visible in 2008-2009, when there exploded the financier world crisis. In 2009, the Russian economy contracted a 7%, and since then has not returned to recover his growth before the crisis. Between 2010 and 2012 the growth was muffed with an increasing of the annual GPD of 5,4%, 4.3% and 3,4% respectively. Nevertheless, to 2013, well before to the conflict of Ukraine and the posterior international sanctions and also a fall of the oil price, it has already slowed until the 1,3%.
Due to the economic reforms of the 90s was uncompleted and his posterior partial reversion, Russia does not turn out to be an attractive country for the investments, natives or foreigners. Several confirm this ranking international, especially the Index of Perception of the Corruption of International Transparency of 2014, in which Russia places 136 of 175 countries, and the Economic Freedom of the World (EFW) of the same year of the Foundation Heritage, which places to Russia in the position 140 of 178 as economy “predominantly does not free «.
To comparative effects, the Index of the perception of corruption or Russia is 119 whereas Spain, in spite of the visibility of cases rate with 36 in 2015.
In the report of “doing business” of World Bank and the Global Competitiveness Report of the World economic Forum placed Russia in the middle of the ranking, with certain improvement in the last years. Nevertheless, in both lists, Russia was showing a bad behavior in relation with the protection of the rights of property, the corruption, the judicial independence, the load of governmental regulation, the efficiency of the legal arbitration of conflicts, the organized crime, the reliability of the police services, the competence and the quality of the infrastructures.
In this situation of wrong govern and climate to business, scarcely it is surprise that Russia is a clear exporter of the capital, in which a substantial part of his brute internal savings is not inverted in the country but abroad.
Besides the systematic roots of the slowdown of the economy, in 2014 the Russian economy suffered two additional blows. First, the international sanctions in response to the Crimea annexation and the military intervention in Donbass (Ukraine), followed by the Russian response in form of market sanctions. And, secondly, a dramatically fall of the international prices of oil and other goods. Both circumstances provoked an intensification of the capital flights, to a strong depreciation of the ruble (48,5 % opposite to the American dollar between June 30, 2014 and September 30, 2015) and a severe contraction of the domestic demand.
The record that reached the capital flights in 2014 reflected an additional deterioration of the clime to doing business (especially, the insecurity of the rights of priority), that in turn derived from narrower controls of the Government on the means, the judicial system, the civil society and the economic activity, besides new restrictions on the foreign investments. The sanctions of the United States and the EU reduced sensitively the possibilities of external financing to great companies and to Russian banks. The Russian counter-sanctions struck on one hand the food imports from the EU and other Western countries and, on other hand, to the market of consumer and the Russian companies that depend on the import.
According to a prognostic of the economic world perspectives published by the IMF in October of 2016, the Russian GPD contacted 3,7% during the 2015 and 0,2% in 2016. The preliminary information suggests that the Russian economy absorbed the dual shocks of minor oil prices and the continuation of the western sanctions last year with strength. A fiscal and monetary politics more strict and a type of flexible change permitted to a minor economic concentration of the awaited one. There are additional indications of which economic nascent recovery in the last quarter of 2016 continued at the beginning of this year. It is expected that the growth returns only from 2017, in a margin of 1 to 1,5%.
In the short term, the potential growth will depend on the oil prices and the political aptitude to solve the Ukrainian conflict. A few higher prices, for example of 60 or 70 dollars for barrel, and an easing of the regime of sanctions might provide certain respite to the economy and the Russian budget, and to improve rather the widely negative perception that exists of the atmosphere to do business in Russia.
In the half and long term, nevertheless, Russia has to face to his fundamental structural and institutional deficiencies: the great dependence of oil and other products, and the not friendly at all environment with the business and the investment, supported by the wrong govern. Compared with many of other producing countries, Russia has a major potential to diversify his economy, especially thank to his excellent human capital.
The depreciation of the ruble makes this task easier. The fact that materializes a diversification like that depends, nevertheless, on that improves the climate for the investment and the business and the authoritarian drift is stopped in the interior politics and the geopolitical confrontation with the West and with the neighbor countries.
But, how long will he endure?
According to diverse experts, like the financier George Soros, “the Putin regime will be at the edge of the bankruptcy during the year 2017, when the moment to pay a major part of the external debt comes, while the politics protests might explode even before” as he opined across a communique.
The Russian economy, on having be compared with other countries, presents a great asymmetry in his expenses. With a modest economy, little bigger than the economy of Spain, Russia realizes a huge effort to keeping amilitary impressive machinery. Let’s see some information:
It is necessary to remember the contractions that the Russian economy has suffered.
Nevertheless, his decisive support by means of the military force to rate as that of Syria, they represent a load of difficult maintenance in the medium term.
If we compare it in terms of the expense of the government, the results are very marked:
Russia, with an economy only 11 major % that that of Spain, destines to military declared expense almost 500 % more presupposed that the expense assigned to this concept by the Spanish government.
If it is compared with the expense of the government to the results, they are also striking: the government of the Russian federation destines to military expenses 800 % more than the same budgetary concept in Spain. In terms of his Gross domestic product (GDP), it is the quadruple that Spain.
With all these numbers, it is necessary to ask if this career can be kept a lot of time.
In opinion of Soros, the Russian President Vladimir Putin will try to avoid the collapse, provoking the collapse of the European Union. The best way of doing this, is to send there waves of Syrian refugees, says in the blog.
According to the Germany publication Energy Report, the oil and the gas suppose the 68% of the exportations of Moscow and the 50% of his federal budget. The barrel of Brent is sells nowadays in wheel 50 dollars, which it supposed a fall of 50% with regard to two years ago. Likewise, the ruble has depreciated 40% in relation of the American currency since 2014.
The Bloomberg company, specialized in financial information, indicates that the current decline of the oil is the most serious since the financial collapse of 2008 and threatens with provoking the same impact that the drops of the oil prices three decades ago, which led to led to the crisis of the debt in Mexico and to the collapse of the Soviet Union.
The Syria impact.
The Russian intervention in Syria is doing that the arks of the State suffer. If the oil price does not take off, from the next year the Russian Government is going to have serious difficulties to control the deficit and to find resources not to damage the social system of the country. During one of the breakfasts that the Sberbank organizes, the ex-secretary of Finance, Alexéi Kudrin advised to moderate the military expense. The Russian economists of opposition believe that the expenses of the war in Syria and the help to the separatists in the East of Ukraine will end up by destroying the economy of the country in an unfavorable context due to the sanctions.
But the empires rarely learn. The arrogance and the initial victories they are in the habit of making feel invincible. In the guerrilla war, the regular armies do not win. It does not import forts that are. The United States lost in Vietnam and in Iraq, Russia lost in Afghanistan and probably it will finish sunk in the Syrian mud.
Though some empires end up by going out of the mud, others not. Since The United States is a democracy, the public anti-war opinion forces the Government to back and to move back, like from Vietnam or from Iraq. Russia, on the other hand, did not leave Afghanistan until the Soviet Empire was entering bankruptcy and at the edge of the collapse. In case of Syria, and knowing the populist image of strong leader that he likes to project the Russian president, Vladimir Putin, it is slightly probable that Moscow retires in the near future. And it is necessary to remember that to the majority of the Russians they like Putin.
Since it has happened with the autocracies along the history, the relation between the prosperity of Russia and his militarism they are indirectly proportional. To 100 dollars the barrel of oil, the Kremlin might allow become emotional to some and to others, assuring this way a social and political stability.
But with the prices of the crude oil to 40 dollars the barrel, Putin chose for the classic play. He reinforced his control inside the country and increased his adventurism military in the whole world, in an attempt of stimulating the nationalism and of blocking to the increasing dissent.
To compensate the diminishing economy and the currency depreciation, Putin thought that the better thing was to reactivate Russia as military counterweight of The United States, with the exception of which The United States does not have interest to play in the zone, and though it had it, his military power is very superior to that of Russia.
Between the successes of the Russian growth in the first decade of the 21st century they are to have eradicated the poverty in big caps of the society and the appearance of an important middle class, especially in the big cities. Now it is precisely this middle class the one that it feels that the growth has been ended, and that the life that they had gained (purchase of a housing, access to import products, travel abroad) it is possible to blur.
In the last inquiry of » The Ivanov «, which takes one of the most common surnames in Russia to study the behavior of the consumers, Sberbank CIB thought that in the middle of 2016 41 % of the Russian middle class was lacking savings, 5 % more than at the end of 2015, for the fall of the income.
A similar report realized by the holding company of investigation, Romir was showing that 73% of the Russian families do not have a mattress for the thin cows, opposite to 61 % who were lacking him to the beginning of the current crisis. The poverty in Russia diminished of 29 % in the year 2000 to 11 % in 2012, but the official information shows that in 2015 it increased 14%.
The Government has elaborated a plan anti-crisis of 10.000 million Euros destined for some of the top sectors of the Russian industry, as the automotive, as well as to the small and medium companies. Also it includes subsidies to the most disadvantaged. But the pensions will not increase, in spite of being one of the sectors that more suffer the inflation: the average pension in Russia is 13.132 rubles (175 Euros).
According to the experts of the European Bank of Growth and Development, the growth of the Russian economy will not come until ends of 2017, a prognostic with which coincides with the Department of Economic Development.
But the reality has finished giving him scope. The Russian economy continues being kept under minimums, which generates political agitation, which includes possible challenges of powerful people of the area of the safety and the oil, as Igor Sechin. The situation of Putin has weakened so much that the Kremlin has suspended the traditional advertisement of the trips of the president, for dread of that his detractors could plan possible blows concerning around them.
Russia is a tiger of paper with a nuclear button and power of veto in the Security Council of the UNO. For the rest, his prosperity has faded away and his military power is mediocre.
In Syria, battle of Aleppo has demonstrated the limits of the air Russian power. If the current trends persist and it continues the military implication of Russia being intensified in Syria, Putin will meet presiding at an ex-empire; an ex-empire whose shade also is sinking.
MARTA E. MOLINA
FUENTES:
The SIPRI Military Expenditure Database includes data for 172 countries for the period 1988-2015.*
https://www.sipri.org/
http://www.worldbank.org/