1991, la URRSS confirma su desintegración debido a los procesos de independencia iniciados en hasta 15 de sus repúblicas socialistas soviéticas. Occidente ha ganado, el gran poder rojo ha desaparecido y EEUU se convierte en la única e indiscutible superpotencia de referencia: rico, poderoso e influyente.
En la recién nacida Federación Rusa, los antiguos poderes oligárquicos del politburó soviético se arrojan a los brazos del capitalismo y se zambullen en sus nuevos roles, que incluirán el mantenimiento de su parcela de poder mediante la utilización de los mecanismos de la mafia. El país no asimila bien el capitalismo, parece desordenado y débil, de modo que acaba por perder influencia internacional y verse relegado al ostracismo ante el repentino auge de China.
2016, la Federación Rusa, tras una decisiva participación en el avispero sirio a lo largo del conflicto, lidera las negociaciones de igual a igual con EEUU para llegar a un acuerdo de paz; Mientras tanto, Israel y Turquía giran la mirada hacia la nueva Rusia en busca de un aliado firme en el continente. La pregunta que surge es la siguiente, ¿Cómo se ha llegado a una situación en la que la “derrotada” nación rusa ha vuelto a la primera línea del escenario internacional?
Rusia ha sufrido pérdida de territorio, contracción de su economía e inestabilidad política y social, pero ha llegado a amortiguar el golpe de la desintegración de la URRSS gracias, en parte, al liderazgo de Vladimir Putin, desde el principio del nuevo milenio.
Las diversas actuaciones de las administraciones de Putin y Mevdeveyev en los últimos 16 años han llevado a Rusia a controlar su territorio de manera eficaz, sofocando los movimientos violentos en regiones tradicionalmente inestables (Chechenia) y controlando el auge de radicalismos, además se ha conseguido reducir significativamente la influencia de las mafias sobre las decisiones del gobierno. El ejército, prioridad soviética, se ha ido renovando y perfeccionando de manera progresiva, a razón de un presupuesto controlado de entre el 15% y el 21% del gasto público anual. El gasto ruso en defensa es suficiente para mantener al país en la segunda posición del ranking de superpotencias militares, pero suponiendo para sus ciudadanos del orden de 1000€ menos de coste por habitante y año en comparación con un ciudadano americano (datos de gasto en defensa per cápita).
A estas medidas de estabilización interna se han sumado una serie de acertadas actuaciones internacionales, de las que Rusia ha salido claramente beneficiada ya fuera por su acierto al elegir el modo de actuar (Siria), o bien por la contundencia en la toma de decisiones (Crimea). Dichas actuaciones, especialmente durante los últimos 5 años, han dotado a Rusia de un halo de suficiencia que les ha valido para volver a enfrentarse cara a cara con los intereses de su ya clásico enemigo: Estados Unidos.
Actualmente Rusia goza de ventaja en algunos de los escenarios clave de la geopolítica mundial, y parece que dicha ventaja va a marcar una tendencia debido al desgaste cada vez mayor al que se ve sometida la imagen de los EEUU, así como a la focalización de los esfuerzos norteamericanos en el Pacífico:
- Oriente Medio y Asia Central: La intervención en Afganistán ha quedado “olvidada”, superada con creces por la catástrofe que han propiciado tanto el apoyo de occidente a los Taliban como la ocupación del país y el intento de democratización. Mientras Occidente se enreda desmantelando gobiernos y apoyando a grupos radicales de dudosa vocación demócrata, teniendo luego que contrarrestar los desastres resultantes, Rusia se limita a hacer honor a sus compromisos con los gobiernos de su órbita (Irán, Siria). La clave del éxito de Rusia en esta zona del mundo, y el porqué de que Rusia cuente con una mejor imagen entre sus aliados pese a su contundencia, radica en el hecho de que Rusia no trata de influir en la dinámica raíz de los sistemas sobre los que actúa. Rusia ha asumido, en la región, el papel de aliado tenaz, fiel y responsable, y su imagen de víctima del americano imperialista lo acerca mucho a los países de la zona.
- En Europa: Las relaciones con la UE son tensas, sobre todo por las pretensiones rusas en el Báltico y por la instalación del escudo antimisiles norteamericano en los países que otrora fueran parte del cordón sanitario soviético. A pesar de esto, Rusia parece estar intentando postularse como opción viable a largo plazo para Europa si en algún momento llega a producirse una ruptura con EEUU; el chantaje energético, el poder militar y el ofrecimiento de crear un espacio económico y de defensa común (escudo antimisiles continental) son puntos a favor de Rusia, mientras que aspectos como la transparencia de su democracia o el respeto a los derechos humanos son, hoy por hoy, obstáculos insalvables. El deshielo del ártico y la apertura de nuevas rutas comerciales podría suponer un terreno de unión entre Europa y Rusia en un futuro no muy lejano.
- En Asia: El juego de ambigüedad con China es una ventaja diferencial con respecto a todas las demás superpotencias. Rusia tiene buenas relaciones con el gigante asiático y no tiene ningún impedimento en protagonizar alejamientos o acercamientos en función de sus necesidades puntuales. Tener el comodín chino en el bolsillo asegura a Rusia un mercado ajeno a las sanciones occidentales y les proporciona una libertad de acción fundamental para seguir actuando en favor de sus intereses.
- África y Sudamérica: La ventaja de Rusia en estas regiones radica en su condición de economía emergente. Rusia no tiene experiencias previas catastróficas en África o Sudamérica, no al menos tan catastróficas como Europa o Estados Unidos, lo que de la mano de su sintonía con China supone un plus a la hora de entablar relaciones.
Actualmente Rusia es un país con una economía castigada pero creciente, una fuerza militar abrumadora (con sobresaliente capacidad nuclear) y una enorme influencia en la geopolítica. Que Rusia se mantenga o no como referente mundial dependerá de su capacidad de combinar, en las regiones conflictivas en las que tiene ventaja, las dosis correctas de poder duro o poder blando. Podemos estar siendo ya testigos de un importante cambio de polo geopolítico, puesto que Israel lleva semanas protagonizando acercamientos significativos a Rusia y Turquía parece decidida a dejar de lado sus diferencias históricas con Rusia en pro de una cooperación más estrecha.
1991, USSR definitely disintegrates due to its own independence processes, started in up to 15 of its soviet socialist republics. Western won the cold war, the big red power has disappeared and USA becomes the only and undeniable benchmark nation: rich, powerful and influential.
In the new-born Russian Federation, the old oligarchic powers of the soviet politburo were running to the embrace of the capitalism and accepting their new roles, which included the maintaining of their piece of power using the mechanisms of the mafia. The new country didn’t assimilate well the capitalism, it seemed to be weak and disorganized, and finally lost its international influence and got set aside due to the China’s rising.
2016, Russian Federation, after its decisive participation in the Syrian conflict is now leading the peace negotiations among equals with USA; Meanwhile, Israel and Turkey turn the eye to the new Russia searching for a new continental ally. The resultant question is, How the “defeated” Russia has come back to the first line of the international scenario?
Russia has suffered territorial loss, economic contraction, political and social instability… But it has finally softened the impact of the USSR disintegration due to the leadership of Vladimir Putin since the start of the new millennium.
The last 16 years’ politics have led Russia to take control over its territory in a very efficient way, smothering the violent movements in regions like Chechenia, and controlling the growing radicalisms. In addition, the mafia’s influence over the governmental decisions has decreased. The army, a soviet priority, has been renovated and improved progressively, with a controlled defense budget between 15% and 21% of the annual public spending. The Russian defense spending is enough to keep Russia as the second military power of the world, but meaning only 400€ for inhabitant and year (1000€ less than an American citizen).
Many good international actions, added to the mentioned internal stabilization politics, have given them huge benefits, either for the way of intervention (Syria) or for the strength of their decisions (Crimea). Those actions, especially the last 5 years, have given Russia a competence aura that have allowed them to face USA interests in equal conditions.
Now, Russia has advantage in some of the key geopolitical scenarios of today and it seems that this advantage will start a trend due to the greater and greater wear of USA’s international image, as well as due to the USA focus on the Pacific:
- Middle East and Central Asia: The Russian intervention in Afghanistan is forgotten, far outpaced by the disaster created as a result of supporting Taliban and later occupying the country (trying a failed democracy). While the Western entangles taking governments apart and supporting questionable radical groups, having to compensate the resultant disasters later, Russia is just honouring its allegiances with its orbital governments (Iran, Syria). The Russian key to success, and the reason why Russia has a good image among its allies despite its hardness, is that they don’t try to influence on the systems over which they are acting. Russia has assumed the role of a tenacious, loyal and responsible ally, and their image as a victim of the American imperialism moves them closer to the countries of this region.
- Europe: Relations with EU are tense, especially for the Russian Baltic aspirations and for the installation of the American anti-missile shield in countries of the Russian cordon sanitaire. Despite that, Russia seems to be trying to become a viable option for Europe if the relation with USA ever breaks; the energetic blackmail, the military power and the offer of creating a special economic space and building a continental anti-missile common shield are points for Russia, while issues as its democracy’s transparency and the human rights respect are, today, insurmountable obstacles. The Arctic’s melting and the opening of new commercial routes would mean a point of union between Europe and Russia in the not too distant future.
- Asia: The ambiguity game with China is a significant difference regarding all the other global powers. Russia has good relations with the Asian giant, and it has no problems with starring departures and approaches in order to its punctual necessities. To have the Chinese joker in the pocket assure them an open market unconnected to the Western economic sanctions, and give them a crucial freedom of action to continue fighting for their interests.
- Africa and South America: Russia is an emergent economy and has no catastrophic past experiences in Africa or South America, or at least not as bad as the European and American experiences. This fact, added to their relation with China (the world biggest investor), is a bonus to start relations.
Today, Russia is a country with a crippled but emergent economy, a huge military power (with outstanding nuclear capacity) and an enormous influence in geopolitics. If Russia will or won’t be a world leader will depend on its ability to combine, in the conflictive regions where Russia has advantage, the correct dose of soft and/or hard power.
We may be already being witnesses of a major shift of geopolitical pole, since Israel has been starring significant approaches to Russia the last weeks, and Turkey seems determined to put aside their historical differences with Russia towards closer cooperation.
FERNANDO LAMAS MORENO
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